Tragedia de Tula: se pudo evitar
Tragedia tras
tragedia confirman la negligencia oficial. La naturaleza azota a varias entidades de la República y, entre el temblor y sobre todo, las inundaciones, causa daños catastróficos. Los 14 muertos del IMSS en Hidalgo, no tiene perdón y amerita una investigación en forma.
Es desolador ver el sufrimiento de miles de personas que, de golpe, pierden todo. Que de súbito te quedes sin techo, enseres, ropa, papeles, sin lo esencial para la vida cotidiana, es más allá de lo frustrante. Para colmar las angustias, el drama les llega a quienes apenas y sobreviven, o cuentan con escasos recursos y menos ahorros.
A muy pocos “servidores públicos” se les vio asomarse a los daños. Hay que reconocer al Gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, con el agua a la cintura, haciendo recorridos. El señorito Del Mazo (EDOMEX), fue incapaz de hacer otro tanto y a los de Veracruz y Puebla tampoco se les vio esforzarse.
Del tlatoani, ni comentar. Siguió con sus sandeces mañaneras, agrediendo a la prensa, mientras se refería por encimita y sin darles mayor importancia, a sucesos tan graves
Con la escasa ayuda de la propia sociedad civil y de algunos cuerpos del ejército, se dio el rescate de personas a las que arrastraron las aguas, incluido un bebé de cuatro meses, al que los vecinos ayudaron a salvar.
Imágenes de dolor, de angustia, de impotencia frente a los caudales que inundaron viviendas, comercios y se llevaron todo a su paso. Después, en ciertos sitios donde el agua empezó a bajar, los lodazales y el intento de regresar a la casa, para encontrarse una auténtica catástrofe.
En los tiempos de la “corrupción”, el FONDEN (Fondo Especial para Desastres), canalizaba de inmediato, auxilio a las víctimas. Lo desapareció AMLO, “porque era un barril sin fondo”. Llevó a su santuario de Palacio a la ahora encargada de Protección Civil, una damisela desconocida, de la que no se ha visto ni su sombra en los lugares donde tendría que haberse presentado, como rayo veloz.
Estamos en manos de la negligencia y la incompetencia. A merced de la desgracia y sin esperanza en que las autoridades tengan respuesta. Al igual que con el resto de la problemática –económica, de salud, de inseguridad- solo contamos con un desgobierno, el más ineficiente de que tengamos memoria. Sálvese el que pueda.