Gregorio Meraz vivió su propia pesadilla
El periodista y corresponsal de guerra mexicano cubrió en directo el ataque al Pentágono; “era un día flojo”, recuerda del inicio de su rutina aquella mañana
GREGORIO MERAZ
CORRESPONSAL
“Esperaba información del Pentágono, pero estaba en una condición terrible, con cerca de 25 mil empleados siendo evacuados”
Después del ataque se alistó para cubrir la operación Libertad duradera en Afganistán
Radiante, en el día no pintaba ningún nubarrón, pero sí sería complicado para Gregorio Meraz, quien reportaba desde Washington para Televisa. Aquel 11 de septiembre de 2001, “era un día flojo porque no había muchas notas”, recuerda en entrevista para El Sol de México el corresponsal de guerra mexicano.
“Washington se estaba reactivando después de la conmemoración del Día del Trabajo, que se realizó la primera semana de septiembre. Entonces mi día estaba flojo como decimos en el argot periodístico. Me disponía a salir de casa, tomé un café y encendí la televisión. Vi que había un incendio en una de las Torres Gemelas y me pareció un evento terrible. Hice llamadas a varios contactos y nadie decía nada, pero estaban sumamente nerviosos. Eso fue a las 8:46 y a las 9:03, o 9:06, nos enteramos del segundo avión que se impactó contra la Torre”.
A partir de entonces, su día y el de gran parte del mundo, cambió por completo.
“Empecé a recibir llamadas urgentes de México, pidiendo que les enviara información. Fuentes como el Pentágono, el Departamento de Estado, la Casa Blanca, decían que no tenían nada confirmado”.
Mientras seguía por televisión lo que ocurría en las Torres Gemelas, su sorpresa iba en aumento. “Luego vino el ataque al Pentágono y con esta acción se vio claramente que era una agresión directa contra Estados Unidos”.
ENFRENTADO A LOS RUMORES
Al corresponsal le tocó vivir un ambiente de histeria colectiva, “había una gran incertidumbre, porque en estas situaciones, se diseminan rumores. Se hablaba de un coche bomba en el Departamento de Estado, otro en la explanada del Capitolio y que posiblemente otro avión podría atacar la Casa Blanca”.
Tras la declaración de emergencia del presidente George W. Bush, Washington hizo un despliegue de seguridad inédito. “Hasta ese día, yo no había visto vehículos militares, soldados en cada esquina, lanzamisiles. Era como una pesadilla”. Y el reportero vivía su propio terror: Ninguna fuente oficial confirmaba nada.
“Esperaba información del Pentágono, pero estaba en una condición terrible, con cerca de 25 mil empleados siendo evacuados. Algunos sobrevivientes narraban cómo sintieron el impacto, se cimbró todo el edificio y luego se quedó a oscuras, algunos nos dijeron que en las oficinas cercanas se acumuló tanto calor que el piso y las paredes eran como planchas calientes. Una persona nos contó que los dedos de sus manos se le reventaron como salchichas a causa del calor.
“Durante el resto del día estuve transmitiendo para Televisa, primero para el programa de Jorge Berry y Lourdes Ramos, luego con los demás titulares de noticias, Joaquín López Dóriga, Adela Micha y Leonardo Kourchenko, ya con fuentes fidedignas acerca del ataque terrorista”.
Además de recordar “escenas dantescas” de traslados de heridos en helicóptero y destrucción alrededor, Gregorio Meraz evoca esa cobertura con emoción. “Una nota buena implica nuestra entrega en cuerpo y alma. Intercalaba mis envíos en vivo con llamadas telefónicas, trabajaba toda la tarde y noche. En las mañanas hacía resúmenes para los principales programas de noticias de Televisa”.
Hace 20 años, la tecnología para transmisiones era distinta. “La información era enviada por satélite, tenía que coordinar los tiempos, correr a un lugar para transmitir y enviar, después prepararme para el enlace en vivo, que hacía en la Casa Blanca, afuera del Pentágono o frente al Capitolio; fueron días muy intensos, de no dormir mucho, ni comer bien”.
Después de trabajar toda esa cobertura, Gregorio Meraz se alistó para cubrir la llegada a Afganistán de la operación Libertad duradera de soldados estadounidenses. Fue testigo de la ocupación que hace unas semanas terminó con el retorno de los soldados a su país.
Estos trabajos periodísticos se recopilan en su libro El periodismo: Una lección en cada nota diaria (2020), que se puede adquirir en versión digital.