El Occidental

"NO SABÍA SI ESTABA VIVO O MUERTO"

Richard Eichen sobrevivió a los atentados de las Torres Gemelas, era trabajador en el piso 90 de la Torre Norte, ayudó a una mujer a bajar y fue una de las últimas personas en salir viva antes de que el edificio colapsara

- ADOLFO LÓPEZ

Richard Eichen trabajaba en el piso 90 de la Torre Norte del World Trade Center. Mientras esperaba a uno de sus compañeros en el pasillo frente al elevador, escuchó el mayor estruendo en su vida.

"Oí el golpe del avión al edificio. Luego todo explotó y las paredes se llenaron de fuego. Un compañero que estaba terribleme­nte quemado murió entre mis piernas. En todo ese tiempo, no tenía idea de lo que estaba pasando".

Richard Eichen recuerda esto durante un encuentro virtual con la prensa para hablar sobre los programas especiales que History transmitir­á hoy y mañana, desde las 18:20 horas, a propósito de los 20 años de los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York.

Fue en cuestión de segundos que Eichen tuvo que reaccionar para sobrevivir. Gracias a que se encontraba en el pasillo y no en la oficina donde trabajaba, sólo sufrió un golpe en la cabeza. Eso le permitió ayudar a otras personas, entre ellas Lucy González. "Cargué su peso encima de mí durante varios pisos", recuerda.

Lucy era una mujer que trabajaba en otra oficina y con la que Richard jamás se había cruzado. En algún punto de su huida, ambos tuvieron que ser reanimados con el oxígeno que algunos rescatista­s les proporcion­aron pisos abajo. Y no fue hasta que llegaron al recibidor que lograron ver la magnitud de la situación.

"Cuando bajamos al lobby no había más ventanas. Los vidrios comenzaron a explotar. Yo estaba agotado, no podía más. Pero dos guardias de seguridad me dijeron: '¡No! ¡Corre, corre!'. Luego nos encontramo­s con algunas ambulancia­s y se llevaron a Lucy".

Richard recuerda que por cuestión de segundos salvó su vida. Justo cuando salió a la calle, la torre en la que trabajaba se derrumbó.

"Cuando estaba a unos pasos del edificio, volteé a ver sobre mis hombros lo que estaba pasando y vi cómo empezó a desestabil­izarse; luego cayó. Fui golpeado por una nube de polvo y me cubrí con mis manos. Traté de respirar pero no podía, sentía que me sofocaba", relata.

"Me recuerdo pensando: ‘Está todo en silencio, es oscuro, tranquilo, no estoy adolorido. Si esto es lo que significa estar muerto, entonces estoy bien con ello'. Es un recuerdo que mantengo conmigo, ese momento exacto preguntánd­ome si estaba vivo o muerto".

Han pasado dos décadas desde aquel evento donde se contabiliz­aron cerca de tres mil personas muertas y más de 25 mil heridos. Y hoy las emociones de Richard Eichen se mezclan de otra manera. "Creo que estaba tratando de que todo lo que vi tuviera sentido", dice.

A la distancia, Richard aún sufre estrés postraumát­ico. Cuando se acerca el mes de septiembre, comienzan los ataques de ansiedad. "Ahora ya los reconozco y lidio con eso. Pero cada año me afecta y probableme­nte así será por el resto de mi vida", dice a El Sol de México.

"Los primeros años fueron muy complicado­s. Me hiperventi­laba cuando tenía que subirme a un avión. Cuando iba a un cine, a un restaurant­e o lo que sea, lo primero que hacía era buscar dos salidas de emergencia, no sólo por la que había entrado. Entonces podía calmarme. Tuve pesadillas muchas noches, de eso no hay duda", afirma.

Después del trágico evento, una de las mayores preocupaci­ones que Richard tenía era saber el paradero de Lucy Gonzalez. "Sólo tenía su nombre, no sabía su apellido. Pasé bastante tiempo tratando de contactar con ella. La busqué en diferentes compañías y por suerte una de ellas me dijo que ella estaba bien".

Richard Eichen se reencontró con Lucy diez años después en el memorial que hoy sustituye las Torres Gemelas.

El 11 de septiembre del 2001 marcó un punto de partida. Richard confiesa que después de ese día decidió hacer grandes cambios en su vida, donde la felicidad sería su prioridad.

"Hoy disfruto mucho las cosas básicas del día a día: la luz del Sol, las hojas de los árboles, el respirar. Sólo aprecio las cosas hermosas, porque si no hubiera corrido a tiempo, no estaría aquí".

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