Apología del feminicidio por investigador de la UNAM
No cabe duda de que viralizar algún hecho, evento o información en redes sociales causa una conmoción social, y tan cierto es que, unos días después, esa noticia deja de serlo. Tal es el caso del ex director del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Iván Ruiz García, quien fuera removido de su cargo, tras sus misóginas declaraciones en una entrevista en el programa Primer Movimiento de Radio UNAM, el pasado 30 de junio, donde aseveró que el feminicidio “es un acto de amor”.
Cincuenta y siete días después, el viernes 27 de agosto, luego de una reunión entre la Comisión Interna de Equidad de Género del Instituto de Investigaciones Estéticas y la Junta de Gobierno de la UNAM, deliberaran y resolvieran por unanimidad remover de su cargo a Iván Ruiz García.
No obstante, quedan muchas preguntas en el aire. Por qué la Junta de Gobierno decidió remover de su cargo al doctor Iván Ruiz García conforme a lo establecido en el artículo 52 del Estatuto General que al pie de la letra dice: “ARTÍCULO 52.- Son obligaciones y facultades de los coordinadores de Investigación Científica y de Humanidades: I. Convocar y presidir las sesiones de los consejos técnicos de Investigación científica y de Humanidades; II. Servir de órgano ejecutivo de las decisiones tomadas por los consejos técnicos, y III. Coordinar e impulsar las labores de los institutos de Investigación Científica y de Humanidades, dentro de los lineamientos generales que fijen los propios consejos técnicos”.
Nada que ver con los procedimientos disciplinarios y los criterios para juzgar con perspectiva de género.
¿De qué sirve que el Consejo Universitario haya aprobado recientemente, cambios en la legislación universitaria, que califica la violencia de género como “causa especialmente grave de responsabilidad”? ¿Por qué entonces otorgar facultades a la Defensoría de los Derechos Universitarios de Igualdad y Atención de la Violencia de Género, al establecer paridad con la integración del Tribunal Universitario?
El 27 de agosto en un tuit se publica un pronunciamiento de Iván Ruiz García, investigador asociado “c” tiempo completo definitivo del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en el que básicamente argumenta en su defensa que: “Al día de hoy – 26 de agosto 2021- me encuentro en un proceso de rehabilitación física y emocional debido a un derrame cerebral que fue tipificado como síndrome de Wallerberg y que me llevó a estar largo tiempo en un coma inducido. Mi condición a pesar de que perdí equilibrio fuerza y deglución, me han permitido trabajar para la UNAM mientras atravieso el proceso de recuperación (…).
“Fui imprudente e irreflexivo al designar al feminicidio como un acto de amor, y por eso mismo pido una disculpa pública. Mi interés no se encuentra en alentar la violencia, sino más bien en sosegarla para que en este país puedan vivir las mujeres de una manera segura y gozosa. Reitero mi disculpa pública y me atormenta pensar que el movimiento feminista vea en mí un detractor de sus demandas ( que no son sólo legítimas sino fundamentales e indispensables). Si, por mi error, la Honorable Junta de Gobierno de la UNAM solicita mi sustitución, abandonaré de inmediato mi cargo con la plena convicción de que he trabajado en el Instituto de Investigaciones Estéticas con enorme compromiso y entrega”.
Debería renunciar y no regresar a su plaza de tiempo completo, pues lo correcto y de acuerdo a la sanción que estipula tanto el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género en paridad con el Tribunal Universitario y la Defensoría de los Derechos Universitarios Igualdad y Atención de la Violencia de Género, Iván Ruiz García debería ser expulsado de la UNAM.