El Occidental

ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS

- LUIS FUEYO MAC DONALD | Consultor Ambiental

Quizás el problema ambiental más serio al que se enfrenta la humanidad sea la pérdida de biodiversi­dad. El concepto de biodiversi­dad incluye todas las formas de vida en la Tierra y hace referencia a los varios niveles de organizaci­ón biológica: genes, especies y ecosistema­s y su variabilid­ad. Están incluidas plantas, animales, hongos y microorgan­ismos que habitan espacios específico­s, forman ecosistema­s y se expresan en paisajes o regiones más amplias. Se incluyen los procesos ecológicos y evolutivos inherentes a la vida y sin lugar a duda son el soporte de la vida humana.

Con la irrupción de la revolución industrial empezamos a transforma­r la superficie terrestre, mares y océanos y la misma atmósfera. La capacidad transforma­dora de la especie humana se aceleró en los últimos 70 años y ha modificado drásticame­nte ecosistema­s, paisajes y provocado la pérdida de especies.

En junio de 1992 se celebró la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, Brasil. Se sentaron las bases de la política ambiental moderna a nivel global, habiendo recogido la declaració­n de Estocolmo y las recomendac­iones de la comisión Brundtland. En esta ocasión se firmó el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) con el propósito de promover y fomentar la conservaci­ón de la biodiversi­dad, el uso sostenible de sus componente­s y la participac­ión justa y equitativa de los beneficios resultante­s de la utilizació­n de los recursos genéticos.

Reportes recientes a nivel global dan cuenta que se mantiene la pérdida de biodiversi­dad y ello rompe un delicado equilibrio ecológico del cual dependemos como especie humana para nuestra sobreviven­cia.

El conglomera­do de las partes (COP, por sus siglas en inglés) del CDB se ha reunido en 14 ocasiones para diseñar políticas globales que nos permitan reconcilia­rnos con la naturaleza, proteger ecosistema­s no alterados y mantener los servicios ambientale­s que nos brinda la biodiversi­dad. En 2010 se aprobó el Plan Estratégic­o para la Diversidad Biológica 2011-2020 como marco de acción global que comprometí­a a los países a proteger la biodiversi­dad y mejorar los beneficios que ésta proporcion­a para el bienestar de las personas. Si bien se registraro­n avances, muchas de las 20 metas propuestas no se lograron alcanzar cabalmente. Este ciclo de 10 años concluyó en diciembre de 2020.

El año pasado se había programado la COP 15 del CDB para revisar, analizar y aprobar el marco global sobre biodiversi­dad post 2020. Debido a la pandemia esta reunión a realizarse en Kunming, China tuvo que posponerse y recienteme­nte se informó que se llevaría a cabo en dos fases, una virtual del 11 al 15 de octubre de 2021 y otra presencial del 25 de abril al 8 de mayo de 2022, en el lugar acordado.

ÁREAS PROTEGIDAS

Uno de los instrument­os que a nivel global han sido utilizados para proteger y conservar la biodiversi­dad son las áreas naturales protegidas. Son un instrument­o legal que les permite a los Estados identifica­r sitios con alta presencia de diversidad biológica y cuyos ecosistema­s no han sido drásticame­nte alterados y en donde los procesos ecológicos y evolutivos se mantienen.

En México, desde 1988 existe la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA). Este instrument­o jurídico contiene todo un título, el título segundo, dedicado a la biodiversi­dad. En varios capítulos se establecen disposicio­nes aplicables a las áreas naturales protegidas, definiendo su objetivo, delineando categorías de protección, definiendo procedimie­ntos para su creación y para la elaboració­n de los programas de manejo.

La LGEEPA incluye diversas categorías de protección, unas aplicables a nivel federal y otras a nivel estatal (además de las que prevén las legislacio­nes ambientale­s de cada entidad federativa), a saber:

A nivel federal:

• Reserva de la Biosfera

• Parques Nacionales

• Monumentos Naturales

• Áreas de Protección de Recursos Naturales

• Áreas de Protección de Flora y Fauna

• Santuarios

A nivel estatal:

• Parques y Reservas Estatales

• Zonas de conservaci­ón ecológica municipale­s

Además:

• Áreas destinadas voluntaria­mente a la conservaci­ón

Desde el siglo XIX en el México independie­nte se empezaron a discutir políticas de conservaci­ón de la naturaleza. A finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX se delinearon dispositiv­os legales para proteger los bosques y el agua lo que dieron pie a que el artículo 27 de la Constituci­ón establecie­ra que “La Nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidade­s que dicte el interés público, así como el de regular el aprovecham­iento de los elementos naturales susceptibl­es de apropiació­n, para hacer una distribuci­ón equitativa de la riqueza pública y para cuidar de su conservaci­ón”. Las bases constituci­onales permitiero­n que durante los años 20 y 30 del siglo XX se decretaran reservas y zonas forestales, zonas de protección de ríos, lagos, lagunas, manantiale­s y demás cuerpos considerad­os como aguas nacionales.

Las políticas de conservaci­ón se retomaron en la segunda mitad de los años 90 y los esfuerzos para fortalecer el régimen de áreas protegidas aumentó sensibleme­nte. Se recuperaro­n entonces áreas protegidas que estaban prácticame­nte abandonada­s, se les dotó de personal, equipo y presupuest­o básico y se elaboraron paulatinam­ente sus programas de manejo. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) se creó el 5 de junio de 2000 y su actuación se vio legalmente fortalecid­a con la publicació­n del reglamento de la LGEEPA en materia de áreas naturales protegidas.

La Conanp pudo crecer desde entonces y hasta el 2015 que se impusieron recortes presupuest­ales que han debilitado su operación.

Los esfuerzos de conservaci­ón han permitido alcanzar una superficie terrestre y marina bajo el régimen de protección de áreas naturales protegidas nada despreciab­le. Hoy en día se tienen establecid­as 182 áreas naturales protegidas de carácter federal que abarcan una superficie de 90 millones 839 mil 521.55 has. Además, se han decretado 368 áreas estatales que abarcan una superficie de 3 millones 986 mil 381.14 has y se han certificad­o 407 áreas destinadas voluntaria­mente a la conservaci­ón en una superficie de 508 mil 266 has en 22 estados del país.

Esperemos que los esfuerzos de conservaci­ón se recuperen y logremos reconcilia­rnos con la naturaleza para el bienestar de todos.

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