EL DOLOR QUE NO SE ENTIENDE
En la década de los noventa era muy común que, en las comunidades, la gente se dirigiera hacia quienes tienen una enfermedad mental como “locos” o “loquitos”, un término que incluso era común entre el personal médico.
Rosa Moreno Matluk lo recuerda muy bien, durante su internado, mientras estudiaba la Especialidad en Psiquiatría de Niños y Adolescentes, nunca estuvo de acuerdo con el uso del término y hoy ve con buenos ojos que cada vez sea menos común para quienes se refieren a personas que enfrentan una enfermedad de la mente.
Desde el municipio de Cuautla, la hoy responsable del Centro Integral de Salud Mental (Cisame) de la región ha enfocado su trabajo y el de su equipo en lograr que las personas con ansiedad, depresión, trastorno de déficit de atención y esquizofrenia afronten estas enfermedades con ayuda de expertos y se desarrollen productivamente.
“Lo que fui aprendiendo es que a veces los pacientes únicamente necesitaban que se les escuchara, y de ahí decidí dedicarme a esta parte, sobre todo porque me encanta la medicina, pero no me gusta el dolor físico y eso me llevó a estudiar psiquiatría, porque, ¿qué pasa con este dolor que no se siente, y que a veces ni los mismos médicos entienden?”, cuenta la psiquiatra.