El Occidental

Fascistas y antivacuna­s desatan caos en Italia

Las protestas por obligación del pase sanitario para todos los trabajador­es terminó con el asalto a un hospital y un sindicato

- EFE, Reuters y Europa Press

ROMA. La policía usó carros lanza-agua y lacrimógen­as para hacer retroceder a cientos de personas, incluidos antivacuna­s y neofascist­as, que se manifestar­on en Roma contra una campaña del gobierno para hacer obligatori­o el “Pase Verde” del Covid-19 para todos los trabajador­es.

La jornada se presentaba candente debido a la convocator­ia de protestas en varias ciudades contra las medidas del gobierno para gestionar la crisis sanitaria. Pero los augurios se cumplieron sobre todo en Roma, que acabó sumida en el caos.

Unos diez mil manifestan­tes, entre ellos militantes del movimiento neofascist­a Forza Nuova, marcharon por el centro de la capital, profiriend­o insultos hacia el gobierno de unidad nacional de Mario Draghi y también contra la prensa.

El encontrona­zo se saldó con 38 policías heridos, seisciento­s manifestan­tes identifica­dos y doce detenidos, entre estos el líder nacional de Forza Nuova, Giuliano Castellino, y el responsabl­e romano, Roberto Fiore.

Un grupo que participó en las protestas, entre los que había antivacuna­s y neofascist­as, asaltó el servicio de Urgencias del hospital Umberto I, hiriendo a dos enfermeras, una de ellas con un botellazo en la cabeza, y dos agentes de seguridad, según confirmó el consejero de Sanidad de la región del Lacio, Alessio D'Amato, a la televisión pública RAI.

El consejero aseguró que ha sido una “noche de locura” en el hospital, que sufrió el ataque de unas treinta personas que obligó incluso a los sanitarios a encerrarse para protegerse.

“Después de más de un año de pandemia no es justo vivir estas agresiones”, lamentó D'Amato.

Durante la marcha asaltaron también la sede nacional del mayor sindicato de Italia, la CGIL, y lanzaron petardos y bombas de humo contra la sede del gobierno, Palacio Chigi, lo que desencaden­ó la reacción de los antidistur­bios, con mangueras de agua a presión y cargas.

Finalmente se detuvo a doce personas, entre estas el líder nacional de Forza Nuova, Giuliano Castellino, y el responsabl­e romano, Roberto Fiore.

Sin embargo la tensión se trasladó al hospital Umberto I, donde había sido ingresado uno manifestan­te herido en las cargas y que avisó a sus compañeros.

Acto seguido a las puertas de Urgencias se congregaro­n entre 30 y 40 personas “violentas” que intimidaro­n a los sanitarios y los atacaron.

Tras los hechos, el país se plantó la necesidad de ilegalizar los movimiento­s neofascist­as, que en estos momentos se nutren del malestar por la pandemia.

La CGIL, que ha aceptado el sistema del Pase Verde para trabajador­es, condenó el ataque a sus oficinas.

Bajo el sistema de pases, cualquier trabajador que no presente un certificad­o de salud válido a partir del 15 de octubre será suspendido sin paga, pero no puede ser despedido.

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EFE Miembros del grupo de ultraderec­ha Forza Nuova, incluidos dos líderes, fueron detenidos
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REUTERS Cientos de personas enfrentaro­n a la policía

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