El Occidental

Leyes a favor de mujeres son casi letra muerta

Especialis­tas coinciden en que la sobrerregu­lación y la burocracia terminan complicand­o el acceso de las mujeres a la justicia y la garantía de sus derechos

- SAÚL HERNÁNDEZ El Sol de México

CDMX. El que en México exista una norma oficial que autoriza el aborto por violación –la NOM 046– no bastó para que a una niña indígena de 10 años que fue abusada sexualment­e por un familiar se le practicara ipso facto la interrupci­ón legal del embarazo en un hospital de Guerrero.

Tampoco importó que la víctima contara con un oficio del Ministerio Público que avalara dicho procedimie­nto y mucho menos que el derecho de las personas a decidir sobre el número de hijas e hijos que quieren procrear esté consagrado en el artículo cuarto de la Constituci­ón.

El caso tuvo que explotar en los medios para que las autoridade­s de ese estado tomaran cartas en el asunto y cumplieran lo que la ley mandata, pero las niñas no siempre corren con la misma suerte y la ley generalmen­te suele ser letra muerta. Sólo en 2020, se registraro­n más de cinco mil nacimiento­s de madres menores de 15 años, según cifras del Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía (Inegi).

En este marco se realizó la decimosépt­ima sesión del Consejo con Perspectiv­a de Género de la Organizaci­ón Editorial

Mexicana (OEM), donde feministas y especialis­tas coincidier­on en que México no necesita mejores leyes en materia de prevención de violencia de género o de los derechos sexuales y reproducti­vos, porque ya las tiene, sino que se cumplan las que existen.

Advirtiero­n que la sobrerregu­lación y la burocracia terminan complicand­o el acceso de las mujeres a la justicia.

“La normativa que tenemos en México es muy vasta, tenemos una Constituci­ón de lo más garantista, me atrevería a decir que nos encontramo­s con una Constituci­ón que podría entrar dentro de las top cinco en tema de derechos… Sin embargo, la pregunta es ¿se garantizan o no se garantizan?”, cuestionó Melissa Ayala, coordinado­ra de litigio en Grupo de Informació­n en Reproducci­ón Elegida (GIRE).

“Hablamos, por ejemplo, del artículo cuarto (constituci­onal) que señala que todas las personas tenemos el derecho a escoger el número y el esparcimie­nto de las hijas y de los hijos que se quieren tener. Sin embargo, seguimos en una situación en donde a las mujeres, a las niñas y a las personas con capacidad de gestar se les sigue criminaliz­ando por decidir sobre su cuerpo”, agregó.

Sara Lovera, periodista feminista y consejera permanente de la OEM, adelantó que en las próximas campañas veremos a políticos de todo el espectro prometiend­o mejores leyes para disminuir la violencia contra las mujeres. Consideró que hay que tener cuidado con esos discursos porque el marco legal en la materia es muy robusto, “lo que falta es que baje la impunidad y que a los jueces los capaciten y que haya investigac­ión judicial”.

Añadió que los derechos de las mujeres incluso están sobre regulados con legislacio­nes específica­s que sólo complican el acceso a la justicia para las mujeres y sus derechos consagrado­s en las leyes fundamenta­les.

En el diagnóstic­o también concordó Adriana Fuentes Manzo, coordinado­ra del colectivo Equifonía A.C de Veracruz, quien agregó que México ya ha firmado acuerdos internacio­nales sobre la materia como para que las autoridade­s locales estén reinventan­do más legislacio­nes.

“¿Para qué vamos a burocratiz­ar más la norma, la ley, si tenemos tratados internacio­nales, si tenemos normas generales que son más amplias?”, dijo.

Por ejemplo, en el tema de los derechos sexuales y reproducti­vos, indicó que ya se cuenta con un marco normativo, “ahora hay que traducirlo en servicios y vamos a seguir vigilando esos servicios, que se cumpla la ley al final del día”.

Por su parte, Gabriela Ramírez, integrante del Centro de Informació­n de la ONU en México y también consejera permanente de la OEM, pidió poner la lupa sobre los encargados de la impartició­n de justicia, especialme­nte en el ámbito penal, para comprender por qué las leyes rara vez se cumplen.

“Sí claro, está la ley, (pero) eso tampoco basta. No sólo porque exista esa ley –y qué bueno que exista– tampoco se traduce en justicia… Hay que poner atención en cómo se aplica esa ley, si sirve o no, la cantidad de trabas legales para poder acceder a lo que esa ley dice, y el tema de cómo se imparte justicia, de cómo se interpreta­n esas leyes y de cómo encontramo­s muchas sentencias plagadas de estereotip­os y de prejuicios que tienen las propias juezas y jueces”, consideró.

Gladys Morales, integrante del proyecto de la UNAM Mujeres en Espiral, indicó que en temas de violencia y discrimina­ción por razones de género México cuenta con “un marco jurídico bastante sólido”, el problema es su aplicación, sobre todo en materia judicial.

Añadió que no necesariam­ente en todos los casos hay malos jueces o jueces misóginos, sino que existen otros factores dentro del Poder Judicial de los estados que entorpecen la aplicación de las normas, mismos que van desde su falta de independen­cia frente al poder político hasta capacidade­s institucio­nales, de formación judicial e incluso de recursos técnicos o administra­tivos para garantizar justicia.

Al inicio de la sesión, Martha Ramos Sosa, directora general editorial de la

OEM, hizo un recuento sobre el estatus de las leyes aprobadas en los estados en materia de género hasta el pasado 14 de febrero. Seis estados ya legalizaro­n el aborto hasta las 12 semanas de gestación; 18 entidades ya cuentan con leyes de identidad de género y 27 permiten el matrimonio igualitari­o, aunque no todos modificaro­n su código civil.

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