Las cuentas del gran capitán
Dentro de las sorpresas diarias de la 4T, las cuentas que entregó la Auditoría Superior de la Federación -correspondientes al año pasado-, no pueden pasar desapercibidas. Más de 60 mil millones de pesos de observaciones y una respuesta del emperador de Palacio, como acostumbra, quitándole importancia al asunto.
Los números no cuadran en casi ninguna de las dependencias gubernamentales y el tlatoani dice que son “errorcitos”, que habrán de explicarse a corto plazo. Como si fuera tan fácil subsanar cifras inexplicables, salvo que alguno o algunos las esfumaran con destino a sus cuentas bancarias particulares, o son tan improvisados que fueron incapaces de llevar correctamente la administración, o se busca distraer la atención pública y mandarlo al olvido.
La obsesión de AMLO, por hacer creer que desapareció la corrupción, a partir de su llegada, se topa con pared. El destape de la vida de lujos de su primogénito en Houston le ha resultado un golpe intolerable, por lo que no parece dispuesto a que se transparenten las posibles fugas de recursos públicos.
Hay inconsistencias en las tres grandes obras sexenales: el mentado aeropuerto -a cargo de los militares-, la refinería de Dos Bocas -cualquier día saldrán a relucir los tejemanejes de Rocío Nahle- y el tren Maya -ya tuvo que cambiar de encargado y los cálculos de costos han rebasado en un porcentaje brutal, a lo programado-.
En su tozudez por considerar a los verde olivo, como incorruptibles y
“a prueba de cualquier cañonazo”, será difícil enterarse de cómo se manejaron los presupuestos de sus múltiples encomiendas, desde el construir las sucursales del Banco del Bienestar, la distribución de medicinas, la construcción del Felipe
Ángeles y un largo etcétera.
De sus impreparados civiles, quedarán fuertes huellas que se transparentan en desvíos monumentales, como el de Segalmex. El juguetito que le inventó a su exjefe, Ignacio Ovalle, para “garantizar la seguridad alimentaria”, tiene recomendaciones por más de cinco mil millones. En nueve, de cada 19 pesos que administraron, hay observaciones. El tema resuena desde hace tiempo, pero la respuesta ha sido el silencio de las mañaneras, lo cual implica la protección a su amiguete.
La Sheinbaum también tiene cuentas pendientes, en su caso por más de 6 mil milloncetes, aportaciones del gobierno federal -la consentida es la consentida-.
Hay fraudes con becas de “Jóvenes construyendo el futuro” (Cobran muertos). En las “Becas para estudiantes” se encontró que un buen número se entregan a servidores públicos con empleo.
La lista
de “errores” es interminable, así una acomodaticia ASF, comandada por un Octavio Colmenares cada día más tibio y agachado frente al Poder, tampoco lo haya publicitado en la medida en la que se deben transparentar los recursos públicos, provenientes de cada uno de nosotros.