Empleo y salario mínimo
El Inegi
dio a conocer la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) relativa al mes de enero que arroja claroscuros: muestra un crecimiento de la población ocupada que es de 55.5 millones de personas, 3.7 millones más que en enero de un año antes, pero al mismo tiempo resalta un aumento de personas trabajadoras que ganan hasta un salario mínimo del 25 por ciento de enero de 2021 al 34 por ciento a enero de este año.
Una primera conclusión es que continúa la precarización en las condiciones de empleo y subempleo, de las y los trabajadores en el mercado laboral mexicano. Del total de personas ocupadas 21.7 millones son mujeres y 33.8 millones hombres. En el periodo referido, el incremento de mujeres ocupadas en diversas actividades fue de dos millones, aunque lo hicieron en circunstancias de sobrevivencia.
Como ha venido ocurriendo en lo que va del sexenio, en 2022 el salario mínimo tuvo un incremento sustancial al pasar de 141.70 a 172.87 pesos diarios, un alza de 22 por ciento.
Por nivel de ingresos, el Inegi refiere que el número de personas trabajadoras que percibió un salario mínimo fue de 19 millones, y sólo el 1.5 por ciento de la población gana más de cinco salarios mínimos. En suma, la cifra de los que ganan de uno hasta tres salarios mínimos, alcanza el 77 por ciento de la población ocupada en México. Si bien creció la ocupación respecto del año pasado, la pauperización de los salarios es una realidad.
Respecto a la tasa de informalidad laboral, la ENOE muestra que la cifra para todos los trabajadores es la misma que para las mujeres (55 por ciento), lo que supone que más de la mitad de las personas trabajadoras se encuentran en la informalidad, agravando la precariedad laboral.
La pandemia del Covid está cumpliendo dos años de su presencia en México; los serios daños económicos que trajo consigo aún se cuantifican resultando en el cierre de pequeños negocios familiares hasta medianas empresas de distintos giros comerciales con el consecuente desempleo, así como el impacto en el crecimiento de la economía que tuvo un rebote de 5 por ciento en 2021 tras una caída considerable el año previo (-8.4 por ciento). La alta tasa de inflación del 7 por ciento anual es otro saldo negativo dejado por el coronavirus.
Esta circunstancia no es exclusiva de nuestro país; Estados Unidos y las naciones europeas también han mostrado una lenta recuperación de sus sectores económicos y del empleo.