Y se marchó, adiós anunciado
Coapa amaneció con una sensación lúgubre, un ambiente frío, todos estaban conscientes de lo que iba a pasar, pero algunos se negaban a creerlo. Santiago Solari llegó a las instalaciones azulcremas sólo para despedirse de sus futbolistas y el personal del club. La decisión de cortar su proyecto estaba tomada.
El Indiecito llegó más temprano de lo normal. La camioneta negra de Santiago apareció en la puerta 1 de Coapa a las 9:45 horas. En el interior del club estaba Gilberto Adame, hasta el momento el candidato que lleva la delantera para tomar al equipo de manera interina.
Poco después, a las 10:01 arribó Santiago Baños por la puerta trasera. El directivo evitó a los medios de comunicación. Santiago Solari y su cuerpo técnico estuvieron frente al directivo. Todo estaba listo para el adiós. América emitió el comunicado de la salida de Santiago a las 10:28 horas.
Mientras se oficializaba el despido del argentino Santiago en la puerta principal comenzaron a llegar los jugadores azulcremas para realizar su entrenamiento regenerativo.
Solari esperó a que estuvieran todos sus futbolistas para despedirse de ellos. A algunos los pidió específicamente como el caso de Álvaro Fidalgo, ese fue el último contacto entre el estratega y los jugadores. El ambiente fue triste, la práctica la llevaron a cabo preparadores físicos. En el interior del club hubo rostros cabizbajos. Solari dejó buenas amistades a pesar de que su proyecto se fue en picada.
Las puertas corredizas de Coapa se volvieron a abrir a las 11:44 horas, la camioneta de Solari se detuvo, Santiago se bajó y se despidió de los guardias de seguridad. El Indiecito regresó a su vehículo y salió del lugar, los medios de comunicación le pidieron detenerse para que emitiera alguna declaración, pero Solari se limitó a despedirse con la mano a través de la ventana.
Ese fue su adiós, su último día en Coapa duró menos de dos horas. Su vuelo del Nido estaba cantado. Sí, Santiago se marchó.