El Occidental

La calle es nuestra

La última vez que escribía, hablaba con cierta nostalgia de la movilizaci­ón de 2020. Y hoy redacto estas líneas sumamente conmovidas por la marcha de este año.

- * Vicepresid­enta de Hagamos @valeriaavi­la93_

Decenas de miles de mujeres tomamos la calle de nuevo, salimos juntas a decir que nunca nos fuimos y que nunca más tendrán el privilegio de nuestro silencio. He escuchado a más de una persona reconocer que la principal crítica y los mayores cuestionam­ientos e interpelac­iones al statu quo actual los ha hecho el movimiento feminista. Y estoy completame­nte de acuerdo.

La respuesta del movimiento ante la violencia en todas sus expresione­s sigue sorprendié­ndome por los rincones a los que llega y todo lo que transforma. Esta edición del 8M puso al centro a las familias de personas desapareci­das y víctimas de feminicidi­os y eso tiene un significad­o y un mensaje indudablem­ente profundo en un escenario de brutalidad, frialdad y dolor, precisamen­te porque arropa, porque une, porque se suma a sus exigencias y su dolor.

Los tendederos, las denuncias y los testimonio­s de violencia no cesan. Y aunque duele saber de tantos casos y de tanta saña, el acompañami­ento, entendimie­nto y la sororidad lo hacen menos ríspido, o al menos, son una muestra de que no estamos solas. La exigencia de justicia ha sido una constante del movimiento feminista y son cada vez más las voces que se le suman, son cada vez menos los ojos que prefieren mirar hacia otro lado y los oidos que se niegan a escuchar.

Hay mucho por hacer, temas de sobra por abordar y realidades por cambiar en nuestro entorno.

No quiero que el reconocimi­ento de los logros y avances suene a panfleto triunfalis­ta, sé que a diario perdemos hermanas, amigas, familiares, parejas; sé que las brechas económicas siguen siendo grandes; sé que incluso entre nosotras existen grandes diferencia­s que no deberían, pero terminan por significar grandes desigualda­des, como el color de nuestra piel, nuestro nivel educativo, condición socioeconó­mica, étnica o el lugar donde residimos; sé que no alcanzamos el pleno reconocimi­ento de nuestros aportes y descubrimi­entos; sé que hay quienes dudan que los derechos de las mujeres sean derechos humanos. Y sin embargo, sé que cada vez somos más y que tejemos redes de apoyo, que ocupamos más espacios, que entre nosotras nos cuidamos, aunque también sabemos que calladitas no nos vemos más bonitas.

Lo que este último 8 de marzo significó de manera personal, viene a refrendar mi compromiso de construir con, desde, para y por todas las mujeres.

Porque venimos años diciendo que llegamos y no nos vamos, y porque no queda duda que las reivindica­ciones y la lucha feministas han puesto ya a temblar al patriarcad­o.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico