Se agota el tiempo para BC
En la zona costa de Baja California el agua cada vez es más cara y más escasa. Los mil 850 millones de metros cúbicos anuales que llegan al estado desde su principal fuente de abastecimiento, el Río Colorado en Estados Unidos, ya no son suficientes para cubrir la demanda y el tiempo para resolver esto, se agota.
“Estamos en rojo”, dice Manuel Becerra Lizardi, miembro de la Asociación Mexicana de Hidráulica (AMC), sección Baja California.
A la par, la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (Cespt), la paraestatal que da el servicio de agua potable a Tijuana y Rosarito, aumentó la tarifa desde este año con autorización del Congreso local. Las familias que consumen el mínimo, es decir hasta 5 metros cúbicos mensuales, pagan ahora 108.81 pesos mensuales, cuando en 2021 su recibo era de 99.84 pesos.
Desde este año, Baja California tuvo que reducir por acuerdo internacional, y por segundo año consecutivo, su consumo de agua del Río Colorado.
Es una reducción de 99 millones de metros cúbicos porque hay menos deshielo en las montañas y por lo tanto menos líquido para repartirse con el país del norte que también tuvo que reducir su consumo.
Alfonso Cortez Lara, investigador del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente en El Colegio de la Frontera Norte (Colef), dice que el recorte recaerá principalmente en la zona agrícola de Mexicali que recibe 80% de toda el agua que viene del río, desde Estados Unidos.
“Los 99 millones son el promedio del consumo de toda la ciudad de Mexicali en un año. Una ciudad de un millón de habitantes. O hablando en otros términos comparativos, el agua que alcanza para regar en el Valle de Mexicali 10 mil hectáreas”, mencionó.
El tratado de aguas internacionales es de 1944 y el acueducto que conecta el distrito de riego en la capital con la zona costa, atravesando la Rumorosa, se construyó entre 1976 y 1984.
Desde entonces, los porcentajes de distribución del agua no han sido actualizados conforme a la población aunque los agricultores terminan vendiendo el agua que no usan a las ciudades que la necesitan, y tampoco se ha construido otra gran obra como el acueducto para obtener otras fuentes de abasto.
Leonardo Arturo Caloca Galindo, presidente del segundo Consejo directivo de la Asociación Mexicana de Hidráulica, sección Baja California, afirma que sencillamente las necesidades del estado en esta materia no han ido “acompañadas de un apoyo federal”.
“De aquí, hasta que se construya una obra de esa naturaleza (el acueducto), cada vez en nuestras casas vamos a ver que día con día va a bajar la cantidad de agua, vamos a tener más tandeos porque ya no alcanza y la población sigue creciendo”, advierte.
Eso es lo que se ha visto la última década, principalmente en el verano, cuando la zona costa que concentra aproximadamente el 50% de los 3.7 millones de habitantes del estado padece aleatoriamente calurosos días sin agua.
Caloca aseegura que las opciones para resolver el problema en zona costa van desde explorar los pozos acuíferos de Tijuana (algo que ya se ha venido intentando con mayor o menor éxito por la Cespt en los últimos años); tratar aguas para rehúso en vez de tirarlas al mar como sucede hoy, y la desalación con un proyecto “pequeño” que vaya creciendo según las necesidades del estado.
“Esa sequía no se va a acabar mañana ni pasado”, subraya enviando el mensaje de que el tiempo se agota.