Unos nacían, otro morían, debido a las explosiones
Ese 22 de abril para muchos fue de contrastes para cientos de familias, mientras unos tenían la felicidad de la llegada de un nuevo miembro de la familia en medio del caos, la desesperación y el dolor, otros lloraban la desaparición o fallecimiento de sus seres queridos o conocidos a unas horas de las explosiones, “la vida sigue igual” se escucha en la canción de Julio Iglesias. En el caso de la señora Silvia Saavedra Torres, las emociones eran encontradas porque precisamente ese día desde temprano entró en labores de parto y precisamente la clínica a la que iba a ir estaba cerca de la zona cero, por lo que tuvo que irse a otra y mientras nacía su bebé, su marido acudió a Analco para ver en qué podía auxiliar a quienes resultaron afectados por las explosiones.
Conscientes de las necesidades de los jaliscienses y de la ayuda que se necesitaba que “mi esposo fue, me dejó en la clínica en labor de parto, nació a las 6:50 de la tarde y mi esposo se fue a hacer labores de rescate, como voluntario ya que no podía estar en el hospital”. Una frase que le quedó muy presente en ese día en el que el miedo se generalizó, de que el hospital fuera afectado por una segunda explosión y es por eso que ella no se olvida de lo que escuchó en la canción de Julio Iglesias de que “la vida sigue igual”.