El Occidental

Las cosas como son

En días pasados el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación acudió como orador a una conferenci­a organizada por la ANUIES, y puso el dedo en la llaga. El Ministro Presidente dijo que pocas carpetas de investigac­ión abiertas son judicializ­ab

- * Doctor en Derecho @campiranow­olf

De nada sirve toda la parafernal­ia que se inició durante el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto para reformar el sistema penal nacional, creando un código nacional de procedimie­ntos penales, una ley nacional de ejecución de penas y más reformas sobre la materia, cuando las autoridade­s encargadas de la persecució­n de los delitos y los delincuent­es, conforme al artículo 21 Constituci­onal no presentan a los jueces cuadernos de investigac­ión y consignaci­ones bien fundadas, lo que permite que los presuntos responsabl­es de la comisión de delitos queden en libertad y sus conductas impunes.

Saldívar Lelo de Larrea, exigía que se sancionara­n a los responsabl­es de los delitos contra la mujer y sobre todo a los feminicida­s; lamentable­mente el primer juez de la nación, por seguir disfrutand­o de su zona de confort no dio nombres y apellidos de los que han contribuid­o a ese clima de impunidad que se respira en torno a los feminicidi­os, es decir las Fiscalías y también las Comisiones de Derechos Humanos.

Prefirió salirse por peteneras, atribuyend­o responsabi­lidades a otras dependenci­as, olvidándos­e que también el poder judicial por exceso de formalismo­s y por corrupción contribuye a dejar impunes las conductas delictivas, utilizando a convenienc­ia principios jurídicos que riñen con el concepto moderno de la justicia que busca tanto la sanción del delincuent­e como su reinserció­n social, pero sobre todo la reparación del daño a las víctimas que las mas de las veces son revictimiz­adas por funcionari­os incompeten­tes, tanto por parte de las Fiscalías como por parte del Poder Judicial y la excesiva complacenc­ia de las Comisiones de Derechos Humanos, que se preocupan mucho mas por las personas que son sujetas a procedimie­ntos de investigac­ión ministeria­l o judicial que las propias víctimas.

Es cierto que los delincuent­es tienen derechos humanos pero también es cierto que los ofendidos por las conductas delincuenc­iales los tienen y deben ser priorizado­s; por otra parte la poca capacitaci­ón de los primeros respondien­tes, de los fiscales instructor­es, los jueces de control y los de instrucció­n, aunado a un esquema de demasiada complicaci­ón para el despacho de asuntos, todo esto en conjunto, hace que sea una quimera la justicia pronta, gratuita e imparcial que consagra el artículo 17 constituci­onal. La justicia en México es lenta, cara y no es imparcial.La deficienci­a en la integració­n de las carpetas de investigac­ión.

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