El Occidental

Insegurida­d en el macrobus tapatío

El transporte conocido como macrobús que circula por la Calzada Independen­cia de Norte a Sur desde las estaciones Mirador en Huentitán hasta llegar a Fray Angélico en la colonia Miravalle de Tlaquepaqu­e, recorre más de cuarenta kilómetros, fue un proyecto

- Antonio de Jesús Mendoza Mejía Profesor de Derecho de la Universida­d de Guadalajar­a. antonio_dejesus@hotmail.com

El proyecto del macrobús se creó ante la necesidad de un transporte rápido, económico y seguro, para desplazar el transporte privado, la movilidad dentro del desarrollo del Estado representa la generación de empleos en una ciudad con planeación urbana que trata de gestionar capital y mano de obra en la oferta del mercado laboral y el desarrollo de la empresa.

El transporte urbano en Guadalajar­a conocido como el macrobús que circula por la Calzada Independen­cia es generado por energía eléctrica, la que no contamina y ayuda en mucho con la construcci­ón de un transporte colectivo a resolver el problema del transporte público, asimismo el macrobús es rápido, económico pero no seguro, ya que muchos pasajeros han sido víctimas de robos por los criminales que se amontonan en las puertas de los accesos de subidas y bajadas de pasajeros en las estaciones por las que atraviesa el macrobús, una de las estaciones más peligrosas es la estación San Juan de Dios, por la gran afluencia de personas que tiene, sobre todo en las horas pico, las personas se amontonan y una vez que llega el macrobús a la estación, con aventones y apretujone­s los delincuent­es sacan las carteras y celulares que se encuentran en los portafolio­s, bolsas de mano, mochilas y bolsas de pantalón, causando crisis y estrés en los pasajeros víctimas de estos hechos delictivos sin que autoridad de seguridad pública intervenga para disuadir esos delitos que se dan en este transporte público.

Para el delincuent­e la víctima no tiene edad ni condición social y el fenómeno delictivo de robos en este medio de transporte cada día va en aumento sin que la persona afectada en su gran mayoría denuncie el robo que comienza a convertirs­e en un delito impune ante la falta de seguridad que el transporte público está obligado a otorgar a las personas que toman este medio de transporte.

De la misma manera los delincuent­es no ingresan por las puertas principale­s de las estaciones del macrobús, estos atraviesan la Calzada Independen­cia y con mucha habilidad evaden la protección.

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