Honor a quien honor merece
El Banco de México, dió a conocer que las remesas durante el año 2022, registraron una cifra récord, al sumar 58 mil 497 millones de dólares.
Un avance respecto al año anterior, 2021 que representa un 13.4%, cuando alcanzaron en aquél momento una cifra récord para ese año, de 51,586 millones de dólares. Con profundo pesar veo que la nota es aprovechada para pararse el cuello por aquéllos que no tienen mayor participación en el enorme esfuerzo que reprresenta para los mexicanos que han decidido irse a trabajar a los Estados Unidos con la ilusión de alcanzar un mejor nivel de vida para ellos y sus familias.
La lejanía no impide que desde aquellas tierras, envíen a sus familiares que residen aquá buena parte de lo que con grandes sacrificios van ganando. Trabajando de sol a sol y en mucha ocasiones doblando turnos y con patrones que no son una perita en dulce pues son exigentes y muchos de ellos déspotas y discriminatorios, pero nuestros migrantes soportan el mal trato con tal de ganar el sustento de la vida y ayudar a sus familias que acá quedaron en el desamparo víctimas de la deficiencia de los servicios públicos derivada de la ineficiencia de nuestro gobierno.
También hay que reconocer el enorme esfuerso que realizan quienes se fueron a trabajar -quizá la mayoría- de manera irregular, cruzando la frontera con las viscisitudes inherentes, el riesgo de ser atrapados por la policía migratoria y deportados, no sin antes anotarlos en el banco de datos para evitar una posible introducción legal futura, quedando manchado para siempre su nombre por el intento furtivo.
Todo ese riesgo vale la pena, pues en la mente del migrante está su familia con sus carencias, sus penurias, sus enormes necesidades y no solo eso, sino la quimérica esperanza de que algún día pueda llevarse a su familia a disfrutar el american way of life que tiene sus bemoles porque no todo es color de rosa.
Por eso, no paran en sacrificios para pagar al tipo que les ayudará al cruce ilegal, al inefable coyote que muchas veces los deja sin dinero y sin cruzar la frontera o bien apenas trascienden el margen del
La lejanía no impide que desde aquellas tierras, envíen a sus familiares que residen aquá buena parte de lo que con grandes sacrificios van ganando. Trabajando de sol a sol y en mucha ocasiones doblando turnos.
río bravo, los ponen a merced de los caza migrantes o la border patrol tornando en inútiles los esfuerzos que implicaron, todo para nada.
Luego entonces, en medio de la severa crisis económica que se abate en todo el mundo, la carencia de empleos, la migración constante y la disputa por los lugares de trabajo, mas todo lo antes mencionado, la labor de nuestros paisanos allende el Bravo es digna de reconocimiento es especial y agradecimiento total, no solo por sus familias sino por todos los mexicanos, porque gracias a ese número de ingresos por remesas, la economía del país ha tenido sustentabilidad y no se necesita ser economista para entender que si nuestra moneda no ha sufrido devaluaciones ha sido en buena parte por todos esos ingresos que han contribuido al ciclo económico y a darnos fuerza de capital circulante en divisas.
Por eso, la crítica debe ser dura en contra de quienes con la sonrisa a flor de labios, se ufanan de que gracias al gobierno, se recibieron más de 58 mil millones de dolares el año pasado en remesas, porque se suben al tranvía de los éxitos sin haber participado en el trabajo fecundo de quienes siguiendo la máxima bíblica, con el sudor de su frente supieron cumplir con su deber para con sus familias.
Así, que honor a quien honor merece. Por nuestros migrantes, me pongo de pie!