Los Hechos Ausente Raúl… Evitar el derrumbe
Evitar que
el edifico social que construyó con la creación o fortalecimiento de conocidas instituciones, se venga abajo al no contar ya con su pilar principal y ante el acoso de fuerzas externas que pretendan invadir su esfera.¿Por qué el temor? Pues por la sencilla razón de que personas con una visión extraordinaria y con un empuje excepcional, no nacen todos los días.
Lo que más parece preocupar a la parte sensible de nuestra comunidad, con la desaparición de Raúl Padilla López, es asegurarse de que no se pierda todo lo que se logró como resultado de su genialidad y de su esfuerzo. Evitar que el edifico social que construyó con la creación o fortalecimiento de conocidas instituciones, se venga abajo al no contar ya con su pilar principal y ante el acoso de fuerzas externas que pretendan invadir su esfera.¿Por qué el temor? Pues por la sencilla razón de que personas con una visión extraordinaria y con un empuje excepcional, no nacen todos los días.
En algunos medios se ha expresado que Padilla López es insubstituible y algo de cierto hay en eso. Y no se trata sólo de verter loas sobre la figura del destacado servidor público, sino someter a riguroso análisis cuál ha sido y cuál es el estado de cosas.
Porque no podemos hacer a un lado que ante los críticos honestos y ante los miembros desinteresados de nuestra sociedad, lo hecho bajo la férula y la orientación de Padilla López, puede considerarse de un ejemplo para muchos.
La expansión y fortalecimiento académico de la Universidad de Guadalajara es innegable; la Feria Internacional del Libro es un éxito reconocido en todas partes, que da lustre a la Perla Tapatía; el Hospital Civil es una plausible realidad por su nivel científico y por la manera en que sirve a la humanidad doliente; el Festival de Cine es un logro muy importante, que puede ligarse a los Oscar que ha ganado Guillermo del Toro.
Es pues una total verdad que lo hecho por el Grupo Universidad está bien hecho y funciona bien. Nada es perfecto desde luego, pero comparado con las deficiencias de otras áreas del sector público, lo que se ha hecho en el campo culturaleducativo es notablemente positivo.
Una total verdad que lo hecho por el Grupo Universidad está bien hecho y funciona bien. Nada es perfecto desde luego, pero comparado con las deficiencias de otras áreas del sector público, lo hecho en el campo cultural-educativo es notablemente positivo
Y precisamente tomando en cuenta todas estas conquistas alcanzadas, todos estos logros que se han tenido, es cuando surge el temor de que pudieran perderse, o cuando menos bajar de nivel, por la falta de una figura que con su poder y con su ejemplo, siga siendo la chispa, la bujía, que mantiene encendido todo el aparato.
Por eso decimos en el título de esta columna que lo que ha heredado Raúl Padilla, es ciertamente un imperio de instituciones bienhechoras, pero al mismo tiempo, ha legado el compromiso de mantenerlas a flote.Y he aquí el quid del asunto.
Porque lo ideal sería que ese empuje, ese talento, esa decisión, pudieran transmitirse a los sucesores. Surge el deseo colectivo, el legítimo anhelo, de que la obra de Padilla, se haya convertido en una convicción en las filas del grupo universitario.
Porque la misión completa de un guía sería no solamente hacer cosas positivas, sino enseñar a los demás a que también las hagan. Claro que la tarea no es fácil, porque hay enemigos de ese consorcio académico-universitario, que están al acecho con la idea de penetrar en su estructura y hasta apoderarse de ella, según se dice.Y por eso la comunidad jalisciense está al pendiente de ver si el grupo cultural-universitario podrá mantener la obra ya hecha y al mismo tiempo resistir los embates de fuerzas externas.