El temible artículo noveno de la Ley de Amnistía
Recientemente el Senado aprobó una reforma a la Ley de Amnistía (publicada en 2020) que, desde su origen, fue hecha con las patas. Consta de ocho artículos y la reforma, adiciona un noveno, de ahora en adelante, el “temible nueve”.
Este ordenamiento es de aplicación del orden federal y su beneficio, es para quienes se les haya ejercitado una acción penal, estén procesadas o se les haya dictado una sentencia firme. Los delitos que contempla son: aborto; homicidio por razón de parentesco; delitos contra la salud por quien los haya cometido se encuentre en situación de pobreza, de extrema vulnerabilidad o condición de exclusión; pertenezcan a un pueblo o comunidad indígena o afromexicana; robo simple y sin violencia; y sedición.
El artículo segundo menciona que no se aplicarán los beneficios de la amnistía a quienes hayan cometido un agravio previsto en el artículo 19 constitucional considerados como “graves”: abuso o violencia sexual contra menores, delincuencia organizada, homicidio doloso, feminicidio, violación, secuestro, trata de personas, desaparición forzada, enriquecimiento ilícito, ejercicio abusivo de funciones, corrupción y otros más.
La propuesta de reforma la solicitó Ricardo Monreal. La redacción es escueta, ambigua, confusa y sin fundamentos. Es un texto romántico que habla de las heridas y dolores de México de forma literaria, más que de otra cosa.
Pero ¿de qué trata la reforma? En resumidas cuentas, aunque admite que la ley tiene excepciones como los descritos en el 19 constitucional, considera necesario extender los casos específicos de esos delitos y de su procedencia. El Presidente de la República podrá otorgar la amnistía de manera directa e inmediata a procesados y sentenciados por cualquier delito, que, a su juicio, reúnan los requisitos.
Entonces, ¿de qué sirven los otros ocho artículos de la ley, si a final de cuentas, se hará lo que diga el artículo noveno? Es decir, lo que quiera el Presidente. Esta libertad, es de temer. L'État, c'est moi.
Le preguntaron a AMLO durante la mañanera ¿para quién era la ley? y contestó que: “para todos”, sobre todo a los que ayuden a esclarecer asuntos relacionados con la violación de derechos humanos. Para todos me suena a “para los que a él se le dé la gana”. Traducción: hay carta libre para robar, violar, matar, secuestrar, narcotráfico y lo que se le ocurra. ¿Se da cuenta de la gravedad?