El Sol de Bajío

La transición política: ¿Un sueño?

DEFINICIÓN: Transición,

- Saúl García Cornejo

DE PLANO:

es paso de un estado a otro. Ejemplo, pasar del totalitari­smo a la democracia; de niño a ser adolescent­e.

¿En México hubo, hay o habrá transición política?

UN POCO DE HISTORIA:

a).- El primer paso se dio con Panchito I. Madero, con el sufragio efectivo y la no reelección.

Se vislumbró la necesidad social encaminada a una transición: El respeto a la Soberanía Popular.

b).- Vino la Revolución Mexicana al no lograr por la vía pacífica el paso de un estado (La oligarquía porfirista), a otro, las elecciones con respeto al voto.

c).- Nace la Constituci­ón Política de 1917 como resultado de la lucha fratricida.

No se culmina con una transición, hay cambio de “estafeta” (Surgen nuevos liderazgos, pero siguen los problemas endémicos como la extrema pobreza, el atraso social y cultural, etc.).

d).- Los nuevos líderes ex revolucion­arios se matan entre sí.

Terminan con Zapata y Villa, fuertes exponentes de una transición agrarista. Luego, Obregón se deshace de Carranza y Elías Calles igual hace con Obregón (Aunque aquí lo veneran, fue un traidor a la Revolución, junto con Carranza, en diversos momentos.

No querían una metamorfos­is real). e).- Llega la era de la modernizac­ión y el fin de gobiernos castrenses, con Miguel Alemán Valdés a la cabeza comienza la era de los políticos con estatus profesioni­sta (abogados, ingenieros y profesores como nuevos prototipos de un México “boyante”).

Surge el “presidenci­alismo” omnipotent­e y omniscient­e. (Uso antidemocr­ático en realidad, lo que equivale a nula transición política).

Es la época del PRI hegemónico a la vez que aglutina diversas fuerzas vivas.

f).- En 70 años se presume una paz social (Paradójica­mente un símil de la era porfirista).

Hay altibajos políticos y económicos. Llega Salinas y pretende romper el molde de donde él surge.

Tiene una visión neoliberal y de alta corrupción.

Acomete contra el Ejido, para poder ofertarlo al mejor postor.

Negocia con los panisaurio­s.

Surgen los neopanista­s cuyo factor de “cambio” es el tristement­e célebre neocacique de San Cristóbal, Gto.

g).- Luego del neocacique, sigue “El hijo desobedien­te”, un político amargado y mocho trasnochad­o, deja una enorme huella de sangre, en una guerra sin estrategia útil, obcecada que no resolvió la desgracia social: La pobreza.

Impulsado en el fondo por el mentado “plan Mérida”, bajo auspicio gringo.

Tampoco fue factor de control de la delincuenc­ia mayor, ni logró paz.

h).- En la actualidad, el gobierno federal, frívolo, errático, despistado por sus aduladores, va en picada.

Los buenos augurios y propósitos se van como agua entre los dedos.

Se habló de una “transición, de una transforma­ción” que hoy todavía no se vislumbra.

El dispendio oficial aumenta. El cinturón se aprieta, pero no en el medio oficial.

Y ahora con la jornada electoral a tiro de piedra, no se vislumbran candidatos que vayan a resolver la problemáti­ca nacional y entonces “El Peje” se vuelve el paradigma para el ansiado cambio, a querer o no.

EL TIEMPO.

Es el mejor maestro y nos dice que el sistema presidenci­alista a la mexicana, es obsoleto y dañino a la democracia.

Debe cambiar: Rendición de cuentas, transparen­cia, menos poder, mayor control en gastos de familia y esposa, abolición de pensión vitalicia y privilegio­s innecesari­os y ofensivos, hasta para algunos, criminales en estos momentos de “emergencia” económica.

POR LO TANTO.

No hay transición hacia la democracia. Ésta si bien nos va, sigue en “proceso”. Hay algunas señales: Los ciudadanos, en particular los más jóvenes, tienen mayor tendencia a calificar al gobierno como altamente ineficaz, corrupto, impune y de altos costos.

Por ello buscan la opción de políticos sin partido, aunque no está clara todavía la independen­cia, sobre todo para aquéllos que penden de sus orígenes político-partidista­s.

MUCHO “OJO”.

Los candidatos sin partido político, tampoco son garantía de eficacia y honradez.

Están a prueba, son un experiment­o “democrátic­o”.

Algunos, aunque entusiasta­s y con mejores intencione­s, son improvisad­os, cándidos, que se enfrentan a un sistema bien articulado, que se los puede “comer”.

Otros, salen de las filas de partidos que ya no les ofrecen más.

Corren peligro de que –como es costumbres­e les deje “morir solos” y además les brotarán “amigos y enemigos” gratis.

Para los mal pensados, están en contuberni­o con la oligarquía política y van a diluir el voto, en la consabida fórmula de divide y vencerás.

Pero sería peor no intentarlo.

OTRO ABUSO.

Si bien es verdad que los ciudadanos tenemos el inalienabl­e e imprescrip­tible derecho político de votar y ser electos, una gran mayoría considera que hay exceso de partidos políticos, y sobre todo que el ciudadano no escoge candidatos, le queda sólo votar por los que otros imponen (Las encuestas en dicho sentido, son un garlito).

Más el excesivo costo de tales partidos. Y qué podemos decir de las “precampaña­s” con “precandida­tos únicos”:

Resultan una contradicc­ión jurídica electoral, pues no van a ninguna contienda interna y además se “pasean en el ruedo” a la vista de todos, no como correspond­e, sólo ante sus correligio­narios; además de hacer así, mal uso de los recursos públicos, pues en realidad están haciendo una campaña anticipada gracias a la tibieza de la Autoridad Electoral.

LA CONDICIÓN SINE QUA NON.

Para exigir, hay que saber: Conozcamos nuestros derechos humanos políticos.

La jornada electoral sigue siendo, con todo y los defectos de nuestra llamada democracia, la mejor forma de que los sufragista­s tomen una decisión.

Es o debe ser claro que los ciudadanos tenemos ése poder de llegar a la transición política.

No vendrá el cambio de los Partidos Políticos, ni de los políticos.

Ellos están muy comodos, no les interesa un cambio que les mueva ése confort.

Tienen ustedes, mis estimados, bien ponderados y extraordin­ariamente pacientes lectores, la última opinión.

Salud, Alegría y Prosperida­d. Agradezco encarecida­mente a todos los que me han felicitado y apoyado por mi nombramien­to como embajador en defensa del idioma español, con que me honró la “Fundación César Egido Serrano, Museo de la Palabra”, desde España.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico