ITZPAPÁLOTL
A lo largo de los siglos, los diferentes pueblos prehispánicos dieron diversas representaciones a sus deidades femeninas, a veces incluso atribuyéndoles ciertas cualidades o dones. El día de hoy hablaré de una de ellas, Itzpapálotl, Diosa chichimeca.
A lo largo de los
siglos, los diferentes pueblos prehispánicos dieron diversas representaciones a sus deidades femeninas, a veces incluso atribuyéndoles ciertas cualidades o dones. El día de hoy hablare de una de ellas, Itzpapálotl, Diosa chichimeca.
Dentro de la cosmovisión y mitos prehispánicos, existe un lugar llamado Tamoanchan, un paraíso en el cual habitan los Dioses, un espacio tan sagrado que ha visto nacer algunos de los elementos más importantes de la vida misma, como el pulque y el mismo hombre. Algunos de los Dioses que lo habitaban eran Xochiquétzal, Quetzalcóatl, Huitzilopochtli, Mixcóatl. Sin embargo, la Diosa que comandaba este espacio sagrado era Itzpapálotl. Se cuenta que a la larga, los Dioses fueron expulsados de este lugar ya que en él reposaba un árbol dador de vida, el cual daba unas flores que estaban prohibidas ser cortadas, hecho que sucede sin aparente explicación, comenzando una hemorragia en el árbol y por ende la expulsión de las deidades.
Itzpapálotl es una Diosa representada con alas de mariposa, cuerpo de esqueleto humano y con navajas de obsidiana agregadas en sus alas. Esta Diosa, al poseer el nahualli (animal en el que tomaba forma de la mariposa), adquiría el símbolo de la regeneración y renacimiento
Itzpapálotl era la Diosa de la guerra, de los sacrificios humanos y también patrona de la muerte, motivo por el cual puede entenderse que fuera una figura tan importante para los chichimecas y otros pueblos como los mexicas.
La mariposa de obsidiana se encarga en esta cosmovisión de devorar nuestras inmundicias, pecados, deseos, placeres y
los transforma en luz que nos ayuda a transmutar esas cargas pesadas que nos anclan a los bajos niveles de energía para poder elevar el vuelo; como la mariposa que tras un periodo de retraimiento, envolviéndose en ella misma renace, casi nueva, con alas para volar.
Cuenta el mito que esta Diosa, cuando debe vivir en la tierra entre los hombres, se maquillaba la cara con polvos blancos y rojos para pasar por una mujer de la corte mexicana. También utilizaba una capa para ser invisible cuando andaba en su representación total de Diosa.
Por ser patrona de la muerte, a esta diosa suele vinculársele con el arquetipo de la anciana, al ser portadora de la máxima sabiduría, así como la bruja por excelencia. De hecho se dice que esta Diosa suele andar aun en nuestros tiempos en su forma humana, haciéndose pasar por mujer de campo, otorgando visiones y nuevas oportunidades a quienes se topen con ella en el camino.
¡Feliz regreso, feliz partida… feliz reencuentro!
Itzpapálotl
era la Diosa de la guerra, de los sacrificios humanos y también patrona de la muerte