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Con su distintiva parrilla rediseñada, el crossover combina las características perfectas de un deportivo con los delicados detalles premium
Durante una semana en Autos OEM tuvimos a prueba el nuevo Lincoln MKC 2019, en su versión tope de gama Reserve, un SUV compacto de lujo que nos sorprendió por su ligera renovación.
Desde que abordamos el vehículo la elegancia y confort salían a relucir, continuamos con el ajuste del asiento tapizado en piel buscando dentro de las 10 posiciones la que mejor se adaptaba a nuestro cuerpo; nos abrochamos el cinturón y encendimos este subcompacto, listos para disfrutar del camino.
Comenzamos con nuestro manejo por la Ciudad de México para poder observar su comportamiento en condiciones de mal asfaltado, entre baches, topes y demás imperfecciones; la suspensión sacó a lucir lo mejor de sí, absorbiendo todo a su paso, mientras que, en el modo de manejo Confort, notamos su suave andar con una dirección precisa.
El tránsito nos dio la oportunidad de conocer a fondo sus sistemas de confort, elegir el playlist favorito para poder disfrutar su sistema de sonido, compuesto por 14 bocinas, donde la acústica es mejorada por el hermetismo del interior que deja fuera los ruidos exteriores.
Una vez que tocamos la carretera cambiamos el modo de manejo a Sport y aceleramos a fondo, donde su motor turbocargado de 2.3 litros otorga una potencia de 285 caballos de fuerza y 305 libras pie de torque.
Gracias a los sistemas de tracción en las cuatro ruedas AWD, control de estabilidad y frenos, obtuvimos un manejo ágil y dinámico.