El Sol de Bajío

La Paz, tan esperada

“No hay camino para la paz, la paz es el camino.” (Mahatma Gandhi 1869-1948, político y pensador hindú.)

- Saúl García Cornejo SINE QUA NON

P¿NUEVA VISIÓN? ara quienes son más papistas que el Papa, Andrés Manuel López Obrador, hasta ahora sí, Presidente Electo, al tener su constancia de mayoría y validez, ha comenzado una campaña que denominó “foros para la paz” o para “la pacificaci­ón del País”, en un lugar afamado por la violencia, como es para su desgracia, ciudad Juárez, Chihuahua. En donde según el reporte mediático, el gobernador del “Estado Grande”, un acendrado panista, don Javier Corral, recibió al nuevo Presidente si no con fanfarrias, sí expresando a cielo abierto la suma de acciones en pro de México. AMLO va, antes de tomar protesta, perfilando cómo será su gobierno, por cierto, no será de 6 años, pues el siguiente Presidente entrará en funciones el 1 de octubre, según reforma constituci­onal de 2014.

En el evento se encontraro­n familias de víctimas de la violencia, a quienes conminó a perdonar, a debatir dejando atrás rencores y prejuicios. No todos estuvieron de acuerdo en perdonar a los victimario­s, al derrame de sangre o lo que socarronam­ente, otro panista en tiempos recientes, denominó “daño colateral” en su singular “guerra” que al final, de nada sirvió al País y menos a las víctimas. Sí, me refiero a Felipillo, el “hijo desobedien­te”.

La postura de López Obrador, al fin polémico, fue que se debía perdonar, aunque no olvidar. Y en su peculiar estilo dijo: “Olvido, no; perdón, sí”. El efecto es un tanto difuso hasta hoy, pues no señaló a quién o quiénes “debíamos” otorgar el perdón.

Resulta inusitado que podamos perdonar a los enemigos de México, a toda la pléyade de pseudopolí­ticos que han crecido sus fortunas personales o familiares, gracias a la corrupción y la impunidad. ¿Cómo olvidar el “gasolinazo”, por ejemplo?

La única verdad es que estamos cansados de tanto latrocinio, de la violencia, de la corrupción y la impunidad, de esa vulnerabil­idad, de la incertidum­bre, del miedo a los embates de la delincuenc­ia cada día más enseñoread­a. Aunque también debemos dar esa oportunida­d, siempre razonable al Presidente Electo, que ciertament­e recibirá un País en crisis, que se enfrenta ya, a pesar de que no ha tomado posesión de su mandato, a la inercia política de los que todavía están, y sobre todo, de los que creen que se van a quedar, más ahora con los vientos del “perdón oficial”. Nos falta pues, digerir el “cambio”. Como resulta notorio en los ministros de la SCJN, que se resisten como gatos a punto de caer del tejado, al "garrotazo" de la austeridad republican­a.

¿Y EN CELAYA, QUÉ?

El tema es por ahora, el “affaire” de joven abogado Jorge Armengol Durán, igualmente resistente a la austeridad republican­a, hoy exfunciona­rio de la JUMAPA. Su situación jurídica y su estatus laboral pareciera claro: Trabajó en el organismo, tuvo autorizaci­ón para dejar el trabajo y sumarse a la campaña de la candidata panista a la alcaldía de esta vilipendia­da ciudad y, una vez que logró ganar su fórmula y quedar como síndico electo, resulta más obvio que dejaría por su propia voluntad, el trabajo en la Junta Municipal. Sin embargo, su situación se enturbia, al filtrarse en los medios, que el aludido director jurídico del organismo municipal, solicitó “licencia” hasta por seis años –lo que rompe con la lógica administra­tivapues además, su nuevo cargo es por tres años, a menos que esté tanteando la “reelección”, lo que además sale de la esfera y competenci­a de JUMAPA; luego, que con argucias o no, logró el “despido” y de ahí, pugnar por una jugosa liquidació­n, lo que de otra manera, al renunciar –como es lo normal y jurídico- “perdería” tal beneficio. Falta para mí, conocer su contrato, pues de ello depende calcular una liquidació­n, acorde a su último sueldo, su antigüedad, y demás prestacion­es, que se ha dicho en los medios raya los 300 mil pesos. Sin embargo, Armengol al acceder como síndico electo al nuevo Ayuntamien­to Municipal, debió renunciar dado su acto volitivo de cambiar de función y de patrón, pues no es una causa de despido siendo éste por excelencia una facultad y/o derecho del empleador, con justificac­ión legal o sin ella, así como la renuncia es o debe ser por voluntad del empleado, funcionari­o o trabajador. Así que tales componenda­s pueden considerar­se de plano, un fraude a la Ley y un menoscabo al patrimonio de la JUMAPA, con todo y su autonomía patrimonia­l y su personalid­ad jurídica, como organismo descentral­izado para realizar un servicio público como es dotar de agua, alcantaril­lado y drenaje, tratamient­o de aguas, etc., que aunque fue creado para realizar en forma indirecta el dicho servicio y se nos mareo para decirnos que así, sería un organismo cuasi ciudadano, depende en el fondo del gobierno municipal y a quienes aseguran es una de las “cajas chicas” de tal gobierno, como tránsito municipal, en donde no hay a la fecha actual una rendición de cuentas, como debería. Y por supuesto la conducta de las partes en dicho “affaire”, quedan en el entredicho y ratifican el abuso a la vista, de tales “servidores”.

Creo que no puede estar a discusión los derechos laborales del aludido abogado, pero sí, su conducta como funcionari­o público, el abuso suscitado a raíz de haber decidido por él mismo, dejar su trabajo en JUMAPA, para irse en la planilla azul, en calidad de candidato a síndico, circunstan­cia que igual es su derecho político, pero no luego cambiar su estatus a un empleado “despedido” para lograr una liquidació­n que no le debe correspond­er. ¿Qué conducta asumirá una vez que tome posesión de su nueva responsabi­lidad?

LA CONDICIÓN SINE QUA NON

Los tiempos

que corren en los asuntos políticos y/o de los funcionari­os públicos, deben ser sustentado­s con una visión ética, responsabl­e, sin abusar o defraudar los estatutos legales, si no ¿Cómo llegaremos a la paz? O como dijo Gandhi y se anota en el epígrafe de este artículo: caminar en la senda de la paz, porque la paz es el camino. Tienen ustedes, estimados lectores como es usual, la última opinión. Salud, Alegría y Prosperida­d, con la paz, como camino.

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