Hubo 61 heridos en San Juan de la Vega
Mostró la comunidad las dos caras de la moneda: por una, los rezos y procesiones, y por otra, la quema de petardos a martillazos, que arrojó entre los lesionados a ocho niños entre los 10 y 13 años.
Una vez más, la comunidad de San Juan de la Vega mostró sus dos caras para festejar a la imagen de San Juanito; por un lado, la peregrinación, en su mayoría de mujeres y niños, para llevar dicha imagen de un barrio a otro, entre canciones, rezos y bandas de viento; mientras que por otro lado, en su totalidad por hombre, la quema de petardos artesanales, detonados por marros y martillos, que arrojó un total de 61 heridos, de los cuales 8 de ellos son niños entre los 10 y 13 años de edad; alrededor de 30 son jóvenes de 14 a 25 años, de los cuales cuatro quedaron hospitalizados; y el resto son adultos de más de 26 años de edad.
La fiesta, que reunió a más de 30 mil personas en sus dos manifestaciones, inició a las 9 de la mañana con la representación del robo al rico minero Juan Aquino de la Vega, quien por el año de 1550 se encomendó a la imagen de San Juan Bautista para recuperar las monedas de oro.
La peregrinación encabezada por imágenes religiosas, y seguidas por mujeres en oración, y después por hombres que iban detonando petardos a lo largo de la calle, llegó hasta la casa de la familia García, en el barrio de San Cristóbal, quien después entregó la imagen de San Juanito para llevarla a la familia Colesio del barrio de San Marco.
Por la tarde, se hizo la representación de la recuperación del tesoro, lo que en aquél entonces dio pauta a la fundación de la comunidad de San Juan de la Vega, en 1558, por Juan Aquino de la Vega, quien al recibir las monedas de oro, entregó a cada uno de sus seis hijos tierras que más tardes se convertirían en los barrios, según los nombres de los herederos: San Antonio, Purísima, La Cruz, San Juan, San Marcos y San Cristóbal.
Con el correr de los años, los vecinos de San Juan de los Años han mantenido la tradición de llevar de un barrio a otro la imagen de San Juanito, la cual, se cuenta, hizo el milagro de recuperar el tesoro del hombre minero que fundó la comunidad en 1558, antes de que se fundara la ciudad de Celaya, en 1570.
La fundación de San Juan de la Vega coincidió con un martes de carnaval, por lo que la población ha mantenido por siglos las dos manifestaciones de la fiesta: por un lado el recorrido de la imagen de San Juanito, y por el otro la representación de la detonación de los petardos, que en un principio era en el Jardín Principal, pero al representar un peligro para la población, se cambió al campo que se encontraba en la entrada, por las vías; pero hace más de cinco años nuevamente cambió de lugar, a tierras del lado norte.
Durante la fiesta religiosa, tanto la familia que tuvo por un año la imagen de San Juanito, ofreció comida, agua y fruta a toda persona; y después de la peregrinación por casi dos horas, para llevar la imagen del barrio de San Cristóbal a San Marco, los que recibieron dicha imagen también entregó comida a la gente como una ofrenda a la bendición de recibir la imagen de San Juanito que por un año la tendrán en casa.