Realizan concurso de Oratoria de telesecundarias
Destacan la importancia de escuchar a los jóvenes para evitar conductas indebidas
Se llevó a cabo el concurso oratoria de nivel zona 531 de telesecundarias en la Universidad Latina de México, mostrando la habilidad oral de jóvenes estudiantes de la región, Fernando Amate, recalcó la importancia de escuchar a nuestros jóvenes y orientarlos para evitar que se desvíen por malos caminos y conductas indebidas.
Evento se realizó en el auditorio de la ULM en punto de las 9 de la mañana, que fue convocado la secretaria de educación de la zona en la que fueron ganadores en la categoría “A”: Primer lugar, Linete Berenice Tobías Guerrero; segundo lugar, Rodolfo Javier Yáñez Gasca; tercer lugar, Ana Posos Lara.
Por su parte en la categoría “B” fueron premiados: en primer lugar, Miguel Ángel Cisneros Pérez; segundo lugar, José Luis Aguilera Galicia; y tercer lugar, Sandra Marisol Moreno Hernández.
Formaron parte del jurado calificador: maestra Laura Casillas López, cuentacuentos; licenciado Fernando Amate Zúñiga, cronista de la ciudad de Celaya y el maestro Juan Manuel Ramírez Palomares, coordinador de bibliotecas públicas, quienes tuvieron la difícil tarea de juzgar el desempeño y elocuencia de los jóvenes participantes.
En su discurso Fernando Amate, recalcó la importancia de escuchar a nuestros jóvenes, pues siempre tienen algo que decir y los adultos tienen la responsabilidad de prestarles oídos y orientarlos para evitar que se desvíen por malos caminos y conductas indebidas.
“Los discursos fueron redactados por los propios jóvenes, se pidió que cada muchacho fuera capaz de expresar sus propias ideas a través del texto bajo la orientación y corrección de padres y maestros, el escuchar a estos chicos con mensajes tan fuertes, y poderosos incluso que te cimbran y te duelen, no hace creer que hay que tener fe en la humanidad”, declaró Fernando Amate.
Los premios a los alumnos ganadores de los tres primeros lugares fueron libros acordes a la edad de los estudiantes, mismos que fueron donados a la biblioteca Efraín Huerta, por parte de escritores y de la industria editorial de hermana República de Guatemala, como parte de intercambio cultural y estrechando lasos de solidaridad con nuestros pueblos vecinos.