“La Cosita Chula busca ofrecer productos de alta calidad a precios justos”
HIJO DE ARTESANOS
Alfredo Próspero Fonseca Reyes es un ingeniero en comunicaciones y electrónica y también la tercera generación de artesanos de la familia Fonseca, originaria de Puebla, especializada en cerámica de talavera.
Según recuerda, hace cinco años en una fiesta familiar su tío Dionisio Fonseca, maestro artesano enfermo y con penurias económicas, le platicó que se veía obligado a cerrar su taller.
Alfredo en ese momento estaba alejado de la tradición familiar y de los problemas a los que los artesanos nacionales se estaban enfrentando al trabajar para la famosa empresa de sandalias de origen brasileño Havaianas, como encargado de su comercialización en México.
“Fue en ese momento en el que me di cuenta de que era un villamelón, trabajaba en una empresa donde traíamos productos de otros países y los metíamos al mercado mexicano, (...) me sentía de alguna manera que estaba traicionándolos.
“Regresé a mi trabajo de oficina y no dejaba de pensar cómo le estaba dando en la torre a marcas mexicanas de sandalias. Me di cuenta de que quería ser parte de la solución y no del problema”.
Junto a su socia Mónica Camacho, una egresada de la EGADE Business School del Tec de Monterrey especializada en innovación de negocios, Alfredo comenzó a idear el prototipo de La Cosita Chula como una comercializadora de productos artesanales y con el tiempo se convirtió en la promotora artística que es hoy.
El primer taller con el que se asoció La Cosita Chula fue precisamente el de su familia, que fue rescatado y hoy en día hace la mayoría del trabajo de talavera que se comercializa.
Al momento, La Cosita Chula ha logrado comercializar sus productos en grandes cadenas de retail como La Comer, Walmart, CitiMarket y Liverpool, así como en una red de tiendas aliadas que antes de la pandemia llegaba a los 400 puntos de venta totales.
Según explica, la pandemia obligó a La Cosita Chula a reinventarse debido al cierre de puntos de venta, principalmente en centros de playa y turísticos, así como por el cierre de la actividad restaurantera, que era una de sus principales clientelas.
Previo al 2020 La Cosita Chula ya había sido cobijada por el programa Hand Made de Amazon el cual empezó a comercializar sus productos, lo que le sirvió a la empresa como un gran escaparate sobre su oferta de valor.
Sin embargo durante los últimos meses la empresa se enfocó en desarrollar su propio marketplace en su página de internet y toda una red logística de embalamiento y traslado de las artesanías debido a que, según Alfredo, las empresas del ramo no son lo suficientemente cuidadosas como para confiarles los delicados trabajos artesanales.
Si antes de la pandemia el 90 por ciento de los ingresos de la empresa venían de puntos físicos, ahora esta proporción se ha invertido y corresponden hoy a su comercio en línea.
“Tuvimos que ir directamente con el consumidor final a ofrecerle nuestros productos y romper muchos paradigmas sobre la compra en línea de artesanías. Esa incertidumbre fue cambiando y fue muy padre ver que las personas nos iban recomendando de la mejor manera, que es de boca en boca.
“Creo que el mexicano se ha dado cuenta de que hay que apoyar lo que hacemos los mexicanos, porque al final del día ese círculo virtuoso en un momento también les llega a ellos”.
De acuerdo con Alfredo, a pesar de los tiempos complicados esta estrategia les ha permitido gozar de salud financiera, por lo que la empresa se mantiene sana y con planes de incorporar más talleres en el futuro y lanzar puntos de venta propios una vez que la nueva normalidad se asiente.
Al mismo tiempo, no se cierra a la posibilidad de recibir capital privado, sin embargo –dice– no ha encontrado inversionistas con un perfil adecuado.
“Encontrar inversión ha sido un poco complicado, no hemos encontrado a la persona adecuada que tenga esa visión de amor por lo que hacemos. Han llegado personas a ofrecernos dinero, pero ven esto como un negocio de manufactura. No hemos encontrado un inversionista que entienda que no somos máquinas.
“Este es un año de crecimiento, el pasado fue de entender lo que estaba pasando. Creo que hemos demostrado que el mexicano sí puede trabajar en equipo y que todos pueden salir beneficiados de esto, ese es otro de los paradigmas que estamos rompiendo. Queremos seguir llegando a más mexicanos o extranjeros que les guste nuestra cultura y seguir compartiendo las cosas buenas que tenemos”.