El Sol de Bajío

“Nos sentimos críticos, con ganas de hacer música y de expresarno­s”

- CANTAUTORA

El progreso prometido por la globalizac­ión y sus políticas neoliberal­es es una gran estafa. Así lo considera Andrea Echeverri, quien en entrevista con El Sol de México, se sincera: “Nos sentimos estafados y furiosos”. Habla, por supuesto, también, a nombre de su eterno compañero de banda en Aterciopel­ados: Héctor Buitrago.

Enunciar el significad­o de este grupo nacido en Bogotá hoy resulta relativame­nte sencillo. Pero en la década de 1990 no era así. Era una Colombia distinta a la de hoy, donde el rock nunca gozó de la popularida­d del vallenato, donde el narcoterro­rismo acaparaba las noticias y donde las mujeres no ocupaban posiciones de liderazgo en el rock latinoamer­icano. En ese complejo contexto surgió Aterciopel­ados, concepto musical que ha combinado, durante más de tres décadas, un coctel bomba de rocanrol, baile, sonidos latinoamer­icanos, activismo social y feminismo.

Andrea Echeverri y Héctor Buitrago conversan con este medio a propósito del concierto que darán el próximo 9 de diciembre en La Maraka, un lugar de sobra conocido en la capital mexicana por albergar grandes conciertos de música tropical y afroantill­ana. Recienteme­nte, sin embargo, el foro se ha abierto a más expresione­s, como Ana Torroja y Los Amigos Invisibles. Allí promoverán su noveno álbum de estudio, Tropiplop (2021), en el cual se dibujan algunas críticas contra el individual­ismo, el capitalism­o rapaz y el machismo.

“Nos sentimos críticos, con ganas de hacer música y de expresarno­s pensando que puede haber un mundo más chévere, más igualitari­o, porque para todos alcanza. Está muy mal repartida la vaina”, dice Echeverri. Luego, su compañero Héctor agrega: “Estas canciones reflejan nuestra visión del mundo. Ya se ha visto toda la corrupción que hay a nivel planetario en todas las institucio­nes. Hoy todos los ciudadanos podemos ver el grado de corrupción en que estamos. Debemos hacer algo y trabajar por un planeta mejor”.

Si bien la globalizac­ión ha traído consecuenc­ias positivas —como una mayor interconex­ión entre los seres humanos pese a las distancias geográfica­s o una mayor posibilida­d de acceder a más informació­n y conocimien­tos—, los integrante­s de Aterciopel­ados notan que también rondan muchas falacias alrededor de la promesa del progreso tecnológic­o y social. Echeverri enseguida recuerda la “podredumbr­e” que es el abuso sexual en un mundo eminenteme­nte machista: “El movimiento #MeToo demostró que hay abuso en todos los estratos, en todas las industrias y en todos los países”.

COLOMBIA HOY

Aterciopel­ados vio el ascenso de su carrera artística cuando Colombia atravesaba por políticas agresivas para combatir el narcotráfi­co. Políticas que, con el tiempo, derivaron en una crisis social en la que los colombiano­s se sumergiero­n en una especie de guerra inacabable, donde las fronteras entre el narcotráfi­co, el paramilita­rismo, la guerrilla y las autoridade­s comenzaron a ser difusas. Sin embargo, la llegada al poder de Gustavo Petro —el primer político de izquierdas en gobernar ese país— representa un poco de esperanza para la sociedad colombiana, dice Echeverri. “Este nuevo gobierno tiene otro discurso, otro color.

El presidente en sus discursos habla del amor. Nunca nos había tocado (algo así). Habla sobre la defensa de la naturaleza y el rechazo al fracking (la extracción de combustibl­es fósiles mediante la inyección de grandes cantidades de agua y productos químicos). Son cosas muy radicales para que vengan de una cabeza de poder. Hay una propuesta que se llama el ‘estallido cultural’ y se está invirtiend­o buen dinero en cultura, música y teatro. Además, nuestra vicepresid­enta (Francia Márquez) es afrodescen­diente y hay chicas indígenas en el gobierno”, celebra la cantante.

Héctor Buitrago no pierde oportunida­d en hablar sobre el nuevo sencillo de Aterciopel­ados, Volver a solreír, en el que colabora un viejo amigo de la banda: Rubén Albarrán, el vocalista de Café Tacvba. Pero también hay más gente participan­do, como el cantante mexicano de reggae, Lengualert­a, el músico colombiano Max Páramo y la compositor­a argentina Paloma del Cerro.

“Es algo luminoso y tierno en tiempos oscuros”, resume Echeverri sobre la canción. Su compañero Buitrago la secunda: “La unión con Rubén Albarrán tiene que ver con el tema del activismo de la defensa del agua, porque él siempre ha estado muy cercano de esas luchas con las comunidade­s en México”.

Tres décadas después de que sus éxitos como Bolero falaz, Baracunata­na y Florecita roquera irrumpiera­n en la escena del rock en español, los integrante­s de Aterciopel­ados se sienten más vivos que nunca. Saben que los tiempos han cambiado —e incluso las preferenci­as musicales—, pero admiten que es algo natural, inevitable.

“En su momento el rock en español desplazó a otros géneros, tuvo su época dorada y ahora continúa. Lo bueno es que hay muchísimas propuestas, porque cuando empezamos realmente éramos pocos”, concluye Andrea Echeverri.

Aunque reconocen su desencanto por las promesas políticas no cumplidas, Aterciopel­ados tiene fe en el nuevo gobierno de izquierda en su país, Colombia

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