Para los integrantes de la
administración pública estatal se acabaron las simulaciones, condescendencias y privilegios en su actuar, al tener que sujetarse a una rigurosa agenda de trabajo que los necesitará de tiempo completo, no tras el escritorio en sus oficinas, sino en recorridos permanentes de contacto directo con la población en una labor conjunta, sin individualismos ni propósitos particulares, acorde al relanzamiento de esta nueva etapa que fuera anunciada por el propio Gobernador.
En tal contexto, además del diálogo como instrumento central para alcanzar acuerdos, el Ejecutivo estatal requerirá de operadores políticos con oficio, sensibilidad y despojados de intereses privados para lograr la gobernabilidad, ante un escenario incierto permeado por fuerzas políticas opositoras, que aún no dan muestras de la forma en que habrán de trabajar, y si pueden anteponer a Durango como objetivo principal, o los fines partidistas serán la línea a seguir, lo cual de ser esto último, la ciudadanía se los reprocharía.
Según los politólogos, son varios los factores a saber que influyen para que haya gobernabilidad en la entidad: Un Presidente de la República con disposición y voluntad para apoyar e impulsar los proyectos de gran envergadura para el desarrollo, y que coadyuve a la atracción de inversiones que generen empleo;
Que senadores y diputados federales, sin importar colores y partidos, trabajen en equipo con el Gobernador, para lograr aumento al presupuesto y equidad en el Pacto Federal, pero también para la llegada de recursos extraordinarios;
Un Congreso local, que aún en las actuales circunstancias de sano equilibrio de poderes, independientemente de intereses políticos partidistas, actúe en sintonía con el Ejecutivo estatal para sacar adelante un marco jurídico acorde al escenario económico, social y político prevaleciente.
Que haya una especie de sinergia, basada en una comunicación e interlocución con los partidos políticos, organismos empresariales, de profesionistas, sindicales, sociales, y en general con todos los sectores de la sociedad, con el fin de que haya consenso en los motivos de las acciones gubernamentales a ejecutar;
Y si no es lo más importante, si le abonará a conseguir que haya esa gobernanza que inhiba situaciones de intranquilidad, desestabilidad y desorden, serán los colaboradores del Mandatario estatal, que tendrán que sujetarse a los cánones de la comunicación política que requiere todo gobierno para socializar la ejecución de sus proyectos, pero con la camiseta institucional bien puesta, de tal manera que dejen las tentaciones políticas personales que los pudieran distraer de los objetivos trazados por el actual proyecto gubernamental de coalición.
No sólo eso, sino que para evitar el nefasto sospechosismo de que haya individualistas que “jueguen para su santo”, deberán demostrar en los hechos estos servidores públicos, trabajo en equipo y en sintonía con los lineamientos de quien los conduce.
Aquí sale a colación lo que sucedió luego de los recientes cambios en el gabinete estatal, cuando el cedepista, petista, perredista y ahora con cachucha de Morena, Marcos Cruz Martínez, tan pronto fue separado como titular de Sedesoe, salió a los medios de comunicación para descalificar al Gobierno Aispurista que supuestamente sirvió en los dos últimos años, en una actitud fuera de toda ética política, y que fortaleció la percepción de que siempre trabajó de manera personal para su causa.
Nomás falta, según comentarios en los cafés políticos, que en aras de conseguir espacios en el Gobierno de López Obrador, Marcos Cruz
según comentarios en los cafés políticos, que en aras de conseguir espacios en el Gobierno de López Obrador, Marcos Cruz utilice para su causa la información confidencial que manejó al frente de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado
utilice para su causa la información confidencial que manejó al frente de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado.
Eso es precisamente lo que deberá cuidar el titular de la Administración Pública Estatal, para gobernar con eficiencia y eficacia por el bien de Durango, y sin menoscabo de que sus colaboradores sean afines o pertenezcan a otros partidos políticos: la prioridad será servir a los duranguenses en general.
Incluso se comenta en los mentideros políticos, que hay funcionarios estatales de extracción panista, o sea del mismo partido que llevó al Poder a Aispuro Torres, que simulan su actuar en aras del proyecto, cuando en realidad bregan por sus intereses particulares.
Aispuro Torres tendrá que echar mano de la experiencia y sapiencia política adquirida en su trayectoria como servidor público, para capotear los embates provenientes de opositores y detractores a su gobierno, y llevar a buen puerto al barco que capitanea, lo cual indudablemente le será valorado por la sociedad.
Por lo pronto, los movimientos realizados en su gabinete, han recibido el visto bueno de diversos sectores de la población, lo cual representa voto de confianza para que el Gobernador redoble esfuerzos y enfile a Durango hacia el progreso anhelado.