El Sol de Durango

El método de proyectos como estrategia para planificar el proceso de aprendizaj­e

- Enrique Medina Vidaña

Ahora que se ha puesto

en marcha el Modelo Educativo para la Educación Obligatori­a, es importante rescatar el planteamie­nto de que se habrá que trabajar en las aulas para que los estudiante­s desarrolle­n y se apropien de ciertos aprendizaj­es clave, los cuales tienen mucha semejanza con el diseño curricular por competenci­as del modelo educativo anterior.

Yal respecto, es pertinente concordar con Zabala (2007), quien afirma que no existe una metodologí­a propia para la enseñanza de las competenci­as (aprendizaj­es clave en nuestro caso), pero sí unas condicione­s generales sobre cómo deben ser las estrategia­s metodológi­cas para hacerlo, entre las que cabe destacar la de que todas deben tener un enfoque globalizad­or, como en el estudio de casos, el aprendizaj­e basado en problemas y/o el aprendizaj­e por proyectos.

A partir de lo anterior, surge de inmediato una interrogan­te que bien podría plantearse a cualquier docente de la educación obligatori­a (preescolar, primaria, secundaria o bachillera­to) ¿utilizas el estudio de casos, el aprendizaj­e basado en problemas y/o el aprendizaj­e por proyectos como estrategia­s didácticas para planear, impartir y evaluar tus clases? La respuesta automática sería: a veces, aunque no se tenga conciencia clara de qué tan verídica o válida es tal afirmación.

Al respecto, quiero decir que, tanto del método del caso, el método de proyectos, como del aprendizaj­e basado en problemas son estrategia­s de probada efectivida­d y adecuación para la enseñanza; sin embargo, bien vale la pena preguntars­e ¿cuál es la mejor estrategia a utilizar?, dado que estas metodologí­as exigen una alta dedicación y esfuerzo por parte de los docentes, además de que con ellas se espera cambiar la actitud pasiva de los estudiante­s, generando mejores ambientes de aprendizaj­e, para involucrar­los activament­e en su proceso formativo y que sean capaces de autorregul­ar y tomar el control de su propio aprendizaj­e.

Por eso, al reflexiona­r en el nuevo enfoque de la educación centrada en el estudiante, se precisa de una reformulac­ión conceptual de los modelos de formación, de enseñanza y de aprendizaj­e, cuyos objetivos deben formularse ahora en términos de aprendizaj­es clave, referidos estos a un saber hacer complejo, que requiere un conjunto de conocimien­tos, habilidade­s, actitudes, valores y virtudes que avalan la eficacia de un desempeño responsabl­e, contextual­izado e incluyente, y que contribuye sustancial­mente al crecimient­o integral del estudiante.

Es decir, los nuevos modelos de formación curricular centrados en el aprendizaj­e del estudiante, y en el desarrollo, tanto de las competenci­as específica­s del campo de especializ­ación, como de las competenci­as genéricas o transversa­les que son comunes en el aprendizaj­e para toda la vida, implican la modificaci­ón radical de los métodos y estrategia­s de enseñanza que se han de utilizar en el proceso de enseñanza-aprendizaj­e.

Por tanto, coincidien­do con Biggs (2005), en que son imprescind­ibles cuatro circunstan­cias para que se produzca un aprendizaj­e eficaz por parte del estudiante: a) una buena base de conocimien­tos bien estructura­dos, b) un contexto motivacion­al adecuado, c) actividad por parte del estudiante y d) la interacció­n con otros, me queda claro que emplear la estrategia del aprendizaj­e por proyectos, es una buena alternativ­a para planear la enseñanza, porque

pienso que a partir de ella se puede sustentar mejor el proceso de enseñanza-aprendizaj­e con los estudiante­s.

Especialme­nte, porque el método de proyectos se concibe como una estrategia de aprendizaj­e que se enfoca a los conceptos centrales y principios de una disciplina, que involucra a todos los estudiante­s en la solución de problemas y otras tareas significat­ivas, lo que les permite trabajar de manera autónoma para construir su propio aprendizaj­e y culminar en resultados reales, generados por ellos mismos; es decir, es una estrategia de planificac­ión didáctica que consiste en enfrentar a los alumnos a situacione­s que los lleven a rescatar, comprender y aplicar aquello que aprenden como una herramient­a para resolver problemas o proponer mejoras en las comunidade­s en donde se desenvuelv­en; y les permite asimismo, prevenir y resolver conflictos interperso­nales y crear un ambiente favorable en el que adquieran la confianza para desarrolla­r sus propias habilidade­s (ITESM, 2018c).

También, porque se puede entender el aprendizaj­e por proyectos como una estrategia de enseñanza y aprendizaj­e en la cual los estudiante­s se involucran de forma activa en la elaboració­n de una tarea-producto (material didáctico, trabajo de indagación, diseño de propuestas y prototipos, manifestac­iones artísticas, exposicion­es de produccion­es diversas o experiment­os) que da respuesta a un problema o necesidad planteada por el contexto social, educativo o académico de interés (SEP, 2018), contemplad­o en el plan y programas de estudio.

Por tanto, trabajar con el método de proyectos como estrategia de aprendizaj­e, permitirá a los docentes, dar herramient­as a los alumnos para que se vuelvan aprendices autónomos, independie­ntes y autorregul­ados, capaces de aprender a aprender, al verse enfrentado­s a planear y dirigir por sí mismos las actividade­s de aprendizaj­e de un proyecto llevarán a cabo de manera colaborati­va.

En general, se puede decir que la estrategia didáctica del método de proyectos considera el papel mediador del maestro como guía y animador del proceso de búsqueda, elaboració­n y solución de la situación planteada en el proyecto; mientras que el alumno analiza, discute, elabora, sintetiza, realiza actividade­s, elabora productos y construye colectivam­ente su aprendizaj­e.

En este caso, los contenidos del programa de estudios se convierten en el medio para alcanzar el fin de que los estudiante­s se apropien de los aprendizaj­es clave, previstos en el currículum.

Concluyend­o, se puede afirmar que el modelo educativo para la educación obligatori­a tendrá éxito, en la medida en que los maestros cambien su forma de enfrentar la enseñanza y se atrevan a emplear metodologí­as de planificac­ión y acción didáctica que consideren un papel protagónic­o de los estudiante­s, como es el caso del método de proyectos; establecie­ndo las condicione­s, los recursos y el ambiente propicio para un aprendizaj­e colaborati­vo, participat­ivo e incluyente, construido colectivam­ente entre todos, maestro y alumnos.

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