La mejor defensa contra la delincuencia La crisis policial resulta de
la sensación de inseguridad que impide, como señala la Corte Interamericana de Derechos Humanos, su transformación en la fuerza de seguridad con vocación de servicio y de protección a la ciudadanía contra la alarmante delincuencia.
como lo ha escrito Juan E. Méndez quien abunda que el reto de la seguridad es mejorar la gestión y control policial, de atención y protección a las víctimas de delitos y de violaciones a los derechos humanos como prioridad.
La sociedad desconfía de las policías por la corrupción y falta de preparación para que su trabajo se apegue estrictamente a las garantías fundamentales sustentadas en los derechos humanos y la aplicación de los mecanismos de justicia que la proteja en serio.
Imprescindible la dignificación de los cuerpos policiales para garantizar respeto y eficiencia, y sean “asimilados como parte de una respuesta colectiva de proximidad con la sociedad civil para que haya respuestas duraderas” como lo señala José Miguel Insulza, exsecretario de la OEA.
Cualquier gobierno democrático que busca soluciones, debe observar el fenómeno integral a la luz de la seguridad humana y la relación entre
seguridad y derechos humanos como requisito indispensable.
Por lo tanto debe regresar a Comisión dictamen de GN y enmendar su concepción convocando Parlamento Abierto con las y los especialistas y se trabaje redacción y técnica legislativa de los preceptos de lo que debe ser la nueva corporación. El producto legislativo que derive será realmente la mejor defensa contra la inseguridad humana.
El presidente López Obrador pretende una Guardia Nacional conformada por militares, Policía federal y nuevos integrantes, aunque después de haber escuchado en la Cámara de Diputados a gobernadores, alcaldes, representantes de organizaciones no gubernamentales, academia, a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y al Representante de la Alta Comisionada de Naciones Unidas