La circunstancia que vivimos es
complicada en más de un sentido. Las reformas a varias leyes con las que López Obrador quiere ventilar la corrupción y transparentar la función pública chocan con la inercia y la tradición.
La inercia en la burocracia es por incapacidades y vicios, pero la tradición ha destilado a estos días de modernidad, prácticas y anacronismos que tienen amarre en la subcultura, la mediocridad del clericalismo y la televisión privada. Como dijo el gran escritor: Cuando se mueva el fondo éste subirá a la superficie. El cierre de los ductos que transportan combustibles afloró la magnitud del llamado “huachicoleo”, nudo de complicidades oficiales y delincuencia organizada o espontánea. Sobra en las redes de internet información detallada de los modos de robar gasolina.
El enjambre del crimen explica la decisión de cerrar ductos, tal vez una operación mejor planeada sería imposible por la complicidad de autoridades y servidores de Pemex. Ahora se ven alarmados algunos gobernadores que no levantaron antes la voz para al menos advertir el delito o denunciarlo públicamente, omisos los señores al igual que en el narcotráfico que creció en sus pies.
La dimensión de la corrupción y su gama de crímenes provoca sentimientos de inseguridad e imprime más incertidumbre para el futuro nacional en el anhelo de justicia y crecimiento con equidad.
El freno a la corrupción en las gasolinas y no obstante las molestia de la población de ciudades de mayor crecimiento en el centro del país, la población en un 75% apoya al gobierno de López Obrador y más del 90% aprueba la acción directa del ejército sobre las policías civiles, según versiones de varias encuestas.
La oposición a López Obrador no haya de donde asirse, no tiene ideas, ni cancelar el aeropuerto, reducir altos salarios a burócratas ha devaluado el peso o ahuyentado las inversiones. Es sencillo, se quejan la pequeña burguesía y corifeos en la prensa, en cambio los industriales saben que la política de bonos y asistencia patrimonialistas fortalecerá el mercado interno y menguará la corrupción.
Pero López Obrador parece caminar al socaire de nuevos tiempos de nacionalismos y mercados restringidos. Los directores del neoliberalismo se desconciertan porque en plena globalidad crece
y Antonio Ochoa podrán ser sus candidatos del PAN. En Morena su colaboracionismo y dificultades de reagrupación los confía a la sombra de López Obrador, al que hay que apoyar en el gasolinazo y otros conflictos que aguardan.
la política localista contra las finanzas planetarias. La banca mundial que controla los bancos centrales de cada país, destruyó fronteras y finanzas nacionales que obligan al proteccionismo transfronterizo.
Los planes económicos del presidente con el tren Maya y el del istmo o la zona libre de la frontera pretenden proporcionar las regiones. Durango no tiene proyecto ni ideas de crecimiento, no se recuerda tal configuración negativa de la economía local en los índices nacionales. Es un mantra en reuniones y banquetas la falta de empleo, y el contrasentido de fiestas y banquetes con obras de ornato, sin inversiones en la industria de manufacturas que capitalicen el campo y la ciudad arraigando las ganancias.
Fase del capitalismo industrial de hace 70 años y que nunca pudimos desarrollar, y hoy se presenta la última oportunidad para el gobierno local en la política de empleo directo de mano de obra del presidente y que puede ofrecer coyunturas favorables para Durango, cuestión de hacer política y menos ceremonias y templetes.
El Gobierno del Estado tiene mucho dinero, razón por lo que las candidaturas a presidentes municipales y campañas, girarán en torno al Bicentenario. Por el PRI despunta Jesús Diez, seguido del empresario Alfonso Diez, y gallos jugados de Gustavo Lugo y Arturo Yáñez. En PAN resiste las travesuras y soberbia del doctor Enríquez Herrera, quien aunque retrase la sanción por el Congreso del Estado y ordenada por el TRIFE, no obtuvo respaldo popular a su causa. Jorge Salum y Antonio Ochoa podrán ser sus candidatos del PAN. En Morena su colaboracionismo y dificultades de reagrupación los confía a la sombra de López Obrador, al que hay que apoyar en el gasolinazo y otros conflictos que aguardan. Dijo Fouché: en política del éxito al fracaso no hay más que un paso.
Tendremos un episodio más de campañas electorales sin mucha ciencia, recordemos lo dicho por Umberto Cerroni. Cuando en el gobierno no hay proyecto de desarrollo todo se vuelve operación y maniobra.