Recuperando la memoria de un villista olvidado
Al leer
la semblanza biográfica, de inmediato valoré a aquel hombre, toda vez que el escrito fue redactado, pensando quizá en su presente, sin preocuparse que a la distancia, arrojaría datos de suma trascendencia.
Uno de los propósitos de
este 2019, es consolidar un proyecto integral de rescate biográfico en el archivo histórico del estado de Durango, con la intención de reivindicar la actuación revolucionaria de un sinfín de durangueños, que en su tiempo fueron ignorados por el régimen político posrevolucionario, o bien eclipsados por los historiadores oficiales de la Revolución; quizá porque a la historiografía local y nacional sólo le interesa recordar a sus héroes o cabecillas.
Lo anterior, sale a colación, porque algunos personajes luminosos de la Revolución Mexicana, recobran este 2019 gran notoriedad, ya que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha decidido enaltecer al general Emiliano Zapata Salazar, soslayando, a los miles y miles de revolucionarios que con frecuencia son relegados de la historia, no obstante que perdieron su vida en busca de un México más justo e igualitario.
No hace mucho tiempo, hurgando en el archivo hemerográfico de la Biblioteca Pública del Estado “José Ignacio Gallegos Caballero”, me encontré un interesante artículo en el periódico “Revista Durangueña El Comercio” de los años treinta, que daba cuenta de un general revolucionario de nombre José B. García Valenzuela, nativo de Nazas, Durango, cuya participación en la gesta armada de 1910, dejó huella en la sociedad y en algunos políticos, como el general Elpidio G. Velázquez, que dieron cuenta de ello.
Al leer la semblanza biográfica, de inmediato valoré a aquel hombre, toda vez que el escrito fue redactado, pensando quizá en su presente, sin preocuparse que a la distancia, arrojaría datos de suma trascendencia, y una vez complementada la nota, hoy la comparto a mis lectores de “El Sol de Durango”.
José B. García Valenzuela, nació en el municipio de Nazas, Dgo., militó en las filas villistas. El 2 de marzo de 1920, el general Francisco Villa lo designa general brigadier. Posteriormente, fue nombrado por el propio “Centauro del Norte” como jefe de Operaciones de La Laguna, con extensión hasta Parras de la Fuente, Coahuila.
Como jefe del Segundo Escuadrón de la “Brigada Madero”, bajo las
órdenes del General Máximo García, el general José B. García, tomó parte en el combate de “General Cepeda”, el 5 de octubre de 1915, haciendo prisioneros al general constitucionalista Ignacio Ramos y a su jefe de Estado Mayor Carlos Félix, cuando éstos intentaban tomar la Ciudad de Monterrey, Nuevo León.
El 31 de diciembre de 1938, siendo el general Elpidio G. Velázquez, director de fabriles en la Ciudad de México, se expresó del referido general al tenor siguiente: “El general García Valenzuela es un viejo luchador, que llegó a ostentar el grado de general en la División del Norte, y quedó fuera el Ejército por
circunstancias especiales”. Durante el gobierno del general Elpidio G. Velázquez en el estado de Durango, el general José B. García Valenzuela fue nombrado director de la Penitenciaría de Durango.