El Sol de Durango

Miguel A. "México" Glez.

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En cierta ocasión que andaba de paseo con mi nieta Michelle,

me pidió con toda la inocencia de sus seis años: Abuelito, ¿cuándo me regalas una responsabi­lidad? En vano le expliqué que eso no era algo que se pudiese comprar, que era una manera de ser de las personas, una virtud necesaria, etc., lo cual no le convenció pues sentencio: Cómo de que no, mi papá me dijo que me iba a dar una responsabi­lidad.

Aun así, encontré en el argumento de Michelle, continúo pensando que la responsabi­lidad y también la felicidad no son bienes adquirible­s en el comercio o bienes del consumo que alguien pueda regalarnos. La felicidad, lo dijo el Dalai Lama, es la razón y el propósito esencial de la vida. En las considerac­iones para la redacción de las constituci­ones francesas y estadounid­enses se cita profusamen­te el derecho de los ciudadanos a ir en búsqueda de la felicidad y correspond­e a los gobiernos, así lo expresa el presidente AMLO en su libro Hacia una economía moral, el fin último de un estado es crear las condicione­s para que la gente pueda construir su felicidad, aunque tendremos que decir que es una de esas condicione­s, quizá la más esencial, la protección de nuestra seguridad personal y patrimonia­l. Estará incumplida si nos impide disfrutar la paz y la felicidad en el seno de la sociedad.

QUÉDENSE EN CASA

Escuché en alguno de los noticieros televisivo­s un tema alentador sobre un grupo numeroso de personas que no tienen un solo contagiado con el coronaviru­s, pues han hecho caso a la recomendac­ión del doctor González Romero de no salir a la calle, ni siquiera para actividade­s esenciales. Tal informó el licenciado Castrillón respecto a los reclusos del Cereso, demostránd­ose así, que quedándose en casa se evitan contagios.

Una aportación personal: ponga a la salida de su casa una reja metálica que cuando quiera salir a la calle, le recuerde que estamos virtualmen­te prisionero­s en virtud del peligroso Covid19.

UN PRIMER LUGAR

El lugar más honroso que Durango tenía nivel nacional, era el segundo lugar en cuanto el menor número de contagios del Covid (aunque ya perdimos algo de terreno) pero ahora, un dictamen del INEGI nos pone en primer lugar nacional en cuanto al mayor número de víctimas de la corrupción por cada 100,000 habitantes, siendo en la mayor parte de los actos de corrupción los cometidos por los cuerpos de seguridad, de ahí el repudio ciudadano a los operativos que bajo la forma de retenes se implementa­n de forma muy frecuente.

Todos nos preguntamo­s por qué tanto afán del Fiscal Anticorrup­ción, que incluso llegó a ampararse para ocupar ese puesto. Creo que el Congreso del Estado deberá solicitars­e su comparecen­cia y la ciudadanía se entere cuál es la causa de tanta incompeten­cia.

EL CHISTE DE HOY

Afectados por el hambre que ha causado la cuarentena generada por el coronaviru­s, decidieron dos gangositos, padre e hijo adolescent­e, trasladars­e a una granja de cría de patos, a robarse uno y calmar su hambre. Llegaron al lugar citado y decidieron que el padre ayudaría al hijo, que era más ágil y ligero a trepar por la barda, que era bastante alta, aunque el gangosito al llegar a lo alto de la barda resbaló y cayó encima del pato, que adolorido lanzó al aire un sonoro ¡cuaaaaaaa! que escuchó el papá, que dice al hijo: ¡Cualquiera pego apúgate!

HASTA LA PRÓXIMA

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