FULMINANTE
CON APENAS 19 AÑOS, IGA SWIATEK ES LA PRIMERA POLACA QUE CONQUISTA ROLAND GARROS, LUEGO DE ARRASAR A LA ESTADOUNIDENSE SOFÍA KENIN, PREVIO AL AGARRÓN VARONIL ENTRE DJOKOVIC Y NADAL
París.- Desde que Roland Garros atravesó las dificultades de un año de pandemia para fijar sus fechas en el otoño parisiense, con el consiguiente abanico de novedades, el mundo sabía que una cosa era inmutable: la final entre el serbio Novak Djokovic y el español Rafael Nadal era el duelo más esperado por todo el mundo.
Los dos mejores tenistas del momento cruzarán sus raquetas en un nuevo episodio del desafío más repetido de la historia, deseoso uno de hacer valer su jerarquía de líder del ranking y el otro de conservar su hegemonía sobre la tierra batida.
La edición 56 del duelo Djokovic-nadal, el octavo en Roland Garros, el noveno en una final de un grande, el 24 sobre arcilla, nada mejor puede proponer el tenis actual que, si acaso, aprovechando los resquicios del Covid-19, le ha añadido al duelo algunos alicientes para que sea más incierto su resultado de este domingo
Porque este nuevo Djokovic-nadal no tiene el aire de "déjà vu" que se podía suponer, tendrá lugar en un contexto totalmente diferente a todos los anteriores, sin parangón con ningún otro que se haya disputado en el pasado.
Si en circunstancias normales el favoritismo del español, que busca su decimotercer título en Roland Garros y que solo ha perdido dos partidos en ese escenario, sería casi incuestionable, las condiciones meteorológicas de octubre equilibran la contienda, menos de 15 grados centígrados..
Picante para el español, que busca su triunfo 100 en la tierra batida parisiense y el vigésimo Grand Slam de su palmarés, que le iguale con el suizo Roger Federer.
El español Nadal tiene ante sí un nuevo reto, uno más en la carrera de un tenista que ha ido superando a base de tesón todos los obstáculos que se le atribuían y que él ha ido convirtiendo en metas para seguir progresando sus 34 años.
Se le suponía un jugador solo de tierra y para sorpresa de muchos, ganó todos los Grand Slam y ahora tendrá que hacerlo en condiciones adversas, con temperaturas bajas, elevada humedad en el ambiente y una bola que rebota menos, lo que atenúa la agresividad de los efectos de los trallazos que salen de su brazo izquierdo.
En definitiva, Nadal tiene que volver a ganar con las alas cortadas, como si el destino hubiera querido poner un lastre al español para atenuar su superioridad en Roland Garros.
Djokovic, asentado en el trono del tenis, seguro de salir número 1 pase lo que pase en la Philippe Chatrier, pelea contra el pasado, contra un rival que le ha ganado 17 de los 24 duelos en tierra batida, 5 de las 8 finales de Grand Slam, seis de los 7 duelos en Roland Garros.
El serbio no conoce fronteras, gana en todas las superficies y antes de Roland Garros se hizo en la tierra batida de Roma con su Masters 1.000 número 36 para superar en uno a Nadal.
Djokovic cuenta con que el clima le otorgue una oportunidad y poder la gesta de aquel 3 de junio de 2015, cuando aguó el cumpleaños de Nadal propinándole su segunda derrota en el torneo. Antes lo había logrado el sueco Robin Soderling en 2009. Después, nadie más lo ha conseguido.