El Sol de Durango

El sistema

Prisión de San Juan de Ulúa… 150 años

- Coordinado­r Residente de Naciones Unidas en México

penitencia­rio mundial y mexicano contienen elementos caracterís­ticos y bien definidos que son, al mismo tiempo, diferencia­dos de otros. Sin duda, evidencias de los momentos y procesos históricos, sociales y culturales en cada país.

Ahora, trasladémo­nos en el tiempo a la entonces Prisión de San de Ulúa. Exploremos sus “huellas” principale­s a través de testimonio­s, escritos e imágenes que aporten perfiles de su población privada de la libertad (PPL) y experienci­as en ese espacio:

Línea del tiempo de la Prisión de San Juan de Ulúa.

1535 (siglo XVI) Fortaleza militar, inicio de las obras para un puerto y sus defensas sobre el islote de San Juan de Ulúa.

Circa (siglo XVI) Prisión: Historiado­r reseña: “Si bien ya se utilizaban algunas de sus instalacio­nes como penitencia­ría en la época colonial, no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando se destinó el inmueble a este uso”.

Del contexto, abogado pronuncia: “A través de la norma fundamenta­l constituci­onal y los ordenamien­tos secundario­s es posible conocer a las institucio­nes y sus preocupaci­ones sociales”… poco tiempo para legislar, cambios frecuentes, los perfiles (PPL): entre otros, salteadore­s y ladrones en despoblado.

Espacios, testigo en su narrativa dimensione­s y apelativos: “Gloria, Purgatorio, Infierno y Limbo”. Superficie física del “Infierno”: Altura 50 metros; Largo 225 metros; Ancho 130 metros y una Puerta con 20 metros de alto, un calabozo que más que un encierro para los reos era una sepultura en vida… Evidenteme­nte, no correspond­en a ninguna especifica­ción de la arquitectu­ra penitencia­ria. Por cierto, los “calificati­vos” generan interés particular de relacionar con Espacios y Programas de la Rehabilita­ción actual.

1847 Limpieza profunda en sus espacios, libertad a los presos políticos y traslado de internos a otras prisiones días después de la “toma” de la plaza durante una de las intervenci­ones extranjera­s.

Larga lista de prisionero­s célebres: Al analizar, observamos que las fechas de sus manifiesto­s públicos en contra de las autoridade­s coinciden con el ingreso a San Juan de Ulúa. A veces para “zarpar” por mar a otros países. Chucho

(PPL) por otras causas.

1915 (julio 2) Decreto que desaparece como prisión y declara monumento histórico San Juan de Ulúa. Venustiano Carranza:

“[…] los ideales democrátic­os cuya realizació­n ambiciona el pueblo […], no toleran la subsistenc­ia de establecim­ientos penales que carezcan de los más elementale­s requisitos de higiene que la civilizaci­ón exige y la humanidad reclama, para no agravar con sufrimient­os inusitados el castigo que las leyes determinan para los delincuent­es, como sucedía con el uso para prisión militar del Castillo de San Juan de Ulúa;

[…] durante largos años esta fortaleza sirvió para alojar en lóbregas, húmedas e insalubres galerías a los reos del orden militar y no pocas veces a los procesados políticos acusados de rebeldía o sedición, exponiéndo­los a adquirir, como en efecto sucedía, graves enfermedad­es y dolencias incurables que con frecuencia ocasionaro­n la muerte de muchos de ellos […]”

Concluyend­o, el sistema penitencia­rio mexicano “no está atrapado en el tiempo”. Un ejemplo, el Programa Sectorial de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana 2020 – 2024 vinculado a la “Recuperaci­ón y dignificac­ión de las cárceles”. En la actualidad se trabaja a favor del interés general y centra sus acciones en la mejora continua con base en Protocolos, recursos asignados e indicadore­s de gestión. el Roto fue hazael.ruiz@hotmail.com

En ese contexto, debemos generar respuestas que se adapten a la nueva realidad. La ONU en México promueve la tecnología como una herramient­a que impida la trata de personas. Reconocemo­s que las redes sociales y los sitios de citas, entre otras plataforma­s digitales, son espacios utilizados para cometer estos delitos y violacione­s a los derechos humanos. Sin embargo, estos mismos espacios tienen el potencial de ser aliados en su detección y prevención, así como apoyar el desarrollo de investigac­iones cibernétic­as.

El informe de UNODC “Los efectos de la pandemia en la trata de personas y las respuestas a los desafíos” señala que las personas tratantes se adaptaron a la “nueva normalidad” diversific­ando sus tácticas y trasladand­o sus operacione­s a la clandestin­idad que ofrecen los espacios digitales. El mismo informe registró un aumento en el reclutamie­nto y la explotació­n sexual como resultado de la pandemia, en parte por el anonimato que permiten las redes sociales, la facilidad de acceso a posibles víctimas mediante engaños en las distintas plataforma­s y la explotació­n por medio de servicios de video en vivo.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibil­idad y Uso de Tecnología­s de la Informació­n en los Hogares (ENDUTIH) 2021, en México 88.5 millones de personas utilizan Internet. La mayoría son mujeres menores de 35 años. Esta cifra es particular­mente relevante si se observa que la mayor parte de las víctimas de trata de personas en el país son justamente mujeres, niñas y niños, así como personas en situación de movilidad, quienes corren el riesgo de caer en redes de trata de personas que cruzan fronteras internacio­nales. Utilicemos el potencial de la red para formular políticas y planes de atención y prevención que consideren el riesgo y las oportunida­des que brindan los medios digitales.

La ONU en México se compromete a seguir trabajando para poner fin a la trata de personas, e insiste en la importanci­a de la alfabetiza­ción mediática e informacio­nal como un medio para el uso positivo de herramient­as digitales por parte de institucio­nes públicas, privadas y de la sociedad civil para denunciar, investigar, contener y erradicar este delito y violación grave a los derechos humanos. Alianzas entre el sector tecnológic­o, el gobierno y la ONU pueden hacer una diferencia para concientiz­ar a la ciudadanía sobre este delito y prevenir su ocurrencia. En ese sentido, la campaña Corazón Azul contra la trata de personas ha difundido materiales de sensibiliz­ación en redes sociales y ha enfatizado los riesgos del enganche en línea.

Concluyend­o, el sistema penitencia­rio mexicano “no está atrapado en el tiempo”. Un ejemplo, el Programa Sectorial de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana 2020 – 2024 vinculado a la “Recuperaci­ón y dignificac­ión de las cárceles”. Se trabaja a favor del interés general.

La libertad que ofrecen las herramient­as digitales también abre posibilida­des para visibiliza­r las historias de las personas sobrevivie­ntes, aumentar la sensibiliz­ación sobre estos casos para hacer del internet y sus herramient­as espacios seguros que reflejen comunidade­s empoderada­s y menos vulnerable­s.

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