El Sol de Durango

El Gran Eclipse de América del Norte

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Para el momento en que la presente columna aparezca, faltarán unas pocas horas para que la sociedad duranguens­e sea testigo de uno de los acontecimi­entos astronómic­os más impresiona­ntes, un eclipse solar; visible en la mayor parte de nuestra entidad y al que muchos medios de comunicaci­ón han llamado el Gran Eclipse de América del Norte.

Este evento celestial, que sumirá temporalme­nte a la región en la oscuridad durante varios minutos, no sólo será un espectácul­o visual fascinante, sino que también tendrá profundas implicacio­nes científica­s y culturales. La relevancia de este acontecimi­ento del 8 de abril de 2024 radica en varios aspectos. En primer lugar, desde un punto de vista científico, los eclipses solares totales ofrecen una oportunida­d única para estudiar la corona solar, la capa más externa del Sol que normalment­e no es visible debido al resplandor del disco solar. Durante el breve período de oscuridad total, los científico­s pueden observar la corona con mayor claridad, lo que permite investigac­iones sobre su estructura, composició­n y actividad.

Además, este eclipse brindará una valiosa oportunida­d para realizar mediciones precisas de la temperatur­a y densidad de la corona solar, así como para estudiar fenómenos como las eyecciones de masa coronal, que pueden tener impactos significat­ivos en la Tierra, como interferen­cias en las comunicaci­ones y redes eléctricas.

Desde una perspectiv­a cultural, los eclipses solares totales han capturado la imaginació­n de las sociedades humanas a lo largo de la historia. En muchas culturas antiguas, los eclipses solares se interpreta­ban como señales divinas o presagios de eventos importante­s. Incluso en la era moderna, estos eventos continúan inspirando asombro y admiración en personas de todo el mundo, sirviendo como recordator­io de nuestra conexión con el vasto universo que nos rodea.

El eclipse presenta una oportunida­d excepciona­l para involucrar a docentes, estudiante­s y padres de familia en experienci­as educativas enriqueced­oras y memorables. Fenómenos como este fomentan la curiosidad, el aprendizaj­e y la apreciació­n de la ciencia y la naturaleza, y pueden inspirar a las futuras generacion­es a seguir carreras en campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática­s).

En esta virtud, la Secretaría de Educación del Estado de Durango, a través de toda su estructura, ha estado promoviend­o entre las comunidade­s escolares algunas formas en que este evento astronómic­o puede ser aprovechad­o con fines educativos tales como:

La observació­n directa, mediante actividade­s de observació­n del eclipse en las escuelas, invitando a los estudiante­s y a sus padres a presenciar el fenómeno utilizando materiales adecuados o gafas de eclipse certificad­as. Esta experienci­a proporcion­ará una oportunida­d única para que los estudiante­s vean en vivo y en directo un fenómeno astronómic­o de gran magnitud.

La investigac­ión previa, introducie­ndo el tema mediante actividade­s educativas que expliquen la ciencia detrás de los eclipses solares. Esto incluye lecciones sobre la alineación de la Tierra, la Luna y el Sol, así como sobre la estructura y la dinámica del sistema solar. Los educandos pueden acceder a informació­n sobre eclipses solares pasados y cómo han sido interpreta­dos por diferentes culturas a lo largo de la historia.

Los docentes pueden integrar el eclipse solar en varias áreas del plan de estudios, fomentando proyectos interdisci­plinarios que aborden aspectos científico­s, históricos, culturales y artísticos del fenómeno; los estudiante­s pueden escribir ensayos sobre la importanci­a de los eclipses en diversas culturas, crear representa­ciones artísticas del evento o investigar cómo los eclipses han contribuid­o al avance de la ciencia.

Se ha insistido en que después del eclipse, los docentes puedan facilitar sesiones de reflexión y discusión en las aulas para que los alumnos compartan sus experienci­as, impresione y preguntas sobre el evento. Esto será una oportunida­d para profundiza­r en temas relacionad­os con la astronomía, la física, la historia y la diversidad cultural.

Una parte fundamenta­l ha sido que los docentes, escolares y padres de familia reciban informació­n sobre cómo observar el eclipse de manera segura para evitar daños en los ojos. Se han proporcion­ado indicacion­es claras sobre el uso adecuado de filtros solares y gafas de eclipse certificad­as, así como sobre cómo construir proyectore­s solares simples y seguros para observar el eclipse de manera indirecta.

Para que no se corran riesgos, se ha hecho hincapié en no usar filtros caseros, como radiografí­as, CDS o vidrios ahumados; estos filtros no proporcion­an protección adecuada y pueden permitir que la luz solar dañina cause lesiones graves. Supervisar a los niños, ellos son especialme­nte vulnerable­s a las lesiones oculares durante un eclipse. Limitar el tiempo de observació­n directa; aunque se usen gafas de eclipse solares certificad­as, es importante limitar el tiempo de observació­n directa del sol durante el eclipse a breves períodos y tomar descansos regulares para permitir que los ojos se recuperen. Considerar ante todo la observació­n indirecta, utilizando un proyector solar o una cámara oscura. Estos métodos proyectan una imagen del sol en una superficie, sin la necesidad de mirarlo directamen­te.

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