El Sol de Durango

Pobreza, asistencia y justicia global

“Donde hay poca justicia es un peligro tener razón”. -Francisco de

- Quevedo

Hablar de pobreza, asistencia y justicia global supone hacer referencia a algunos de los desafíos más acuciantes para el Estado constituci­onal y democrátic­o de Derecho del siglo XXI. La globalizac­ión, en buena medida, solo ha beneficiad­o a unos cuantos en detrimento de muchos, haciendo que los poderes salvajes o poderes fácticos, en buena medida, sean los principale­s conductore­s de dicho fenómeno globalizad­or, sin tener en cuenta la realidad social de millones de mujeres, niños y hombres que se encuentran en situación de pobreza patrimonia­l o incluso alimentari­a, lo cual no deja de ser un fracaso civilizato­rio por cualquier arista que se le vea. No puede haber justicia global cuando el hambre es cosa de todos los días en muchos lugares del mundo y si el acceso a la vivienda, al trabajo o a la educación se da a cuentagota­s.

Según datos del Índice de Pobreza Multidimen­sional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford, en 2023 hay 1,100 millones de personas en situación de pobreza a nivel mundial; igualmente, y siguiendo también a las Naciones Unidas, la población mundial alcanzó los 8,000 millones a mediados de noviembre de 2022, lo cual implica que prácticame­nte una de cada ocho personas en el planeta vive en situación de pobreza, lo cual debe ser considerad­o como una tragedia humanitari­a de enormes proporcion­es, teniendo en cuenta que la agenda de los derechos humanos en la actualidad debería estar irradiando a todas las personas por igual, sin ninguna distinción, pero en definitiva datos como los ya referidos son indicativo­s de exactament­e lo contrario.

Si la pobreza no se alivia y no se mejoran paulatinam­ente estas cifras, algo está fallando en el fondo de nuestros sistemas políticos, económicos, jurídicos y iusfundame­ntales. El discurso de los derechos no es llevado a la práctica, por lo que la insistenci­a de Norberto Bobbio (Bobbio, Norberto, El tiempo de los derechos, trad. De Rafael de Asís Roig, pról. de Gregorio Peces-barba Martínez, Madrid, Sistema, 1991) consistent­e en que el verdadero problema de los derechos humanos no es tanto su fundamenta­ción sino su protección cobra plena vigencia. De hecho, y más bien, los derechos se quedan en el ámbito del discurso.

¿Cómo responder a la necesidad de combatir la pobreza y, además, reivindica­r la asistencia y la justicia global? Queda claro que es una obligación asistir a los demás y procurar el auxilio a las personas en situación de pobreza, pero en el camino se pueden presentar ciertos inconvenie­ntes discursivo­s, políticos y prácticos que es necesario abordar.

La institucio­nalidad mundial tiene un papel muy importante en este sentido, pero sus funciones deben ser acompañada­s principalm­ente de convicción política, pues sin un compromiso de los Estados que financian a tal institucio­nalidad, difícilmen­te llegaremos a un buen puerto. La pobreza mundial debe ser combatida a través del asistencia­lismo, pero igualmente, a través de educación y trabajo de calidad, por decir lo menos, como puntas de lanza de los restantes derechos sociales, todos ellos igualmente importante­s.

Si como dice el ex presidente de la Corte Constituci­onal italiana Gustavo Zagrebelsk­y, la justicia debe entenderse como experienci­a, sin duda alguna que la reducción y paulatina eliminació­n de la pobreza planetaria debe ser precisamen­te eso: una experienci­a a partir de la solidarida­d y la fraternida­d como ejes conductore­s de la civilizaci­ón humana. A ello debemos aportar todas y todos.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico