Solo existen tres ahuehuetes en Tulancingo
Se dice que era el árbol favorito de Nezahualcóyotl
En peligro de extinción están los ahuehuetes; son igualmente conocidos como los Matusalén de los arbustos.
Aunque es el árbol nacional de México, en esta región quedan ya pocos.
Autoridades de Santiago y Tulancingo reconocen que la especie emblemática y originaria de nuestro país está en riesgo de desaparecer. Los factores: contaminación de ríos, sequía por los intensos calores y hasta el maltrato hacia los ejemplares que han ocasionado algunas personas.
Existen pocos ejemplares en Tulancingo —apenas tres en esta ciudad—, de 10 que había hace poco más de una década, se reconoció en la alcaldía.
Uno en la colonia Estrella, otro en la Plan de Ayala y el tercero en la entrada a Jardines del Sur.
En tanto que en Santiago (no se precisó cuántos hay aún en el sitio conocido como “Los Ahuehuetes”) se trabaja en diagnóstico para ver la forma de cuidarlos, ya que hace unos años a algunos de ellos manos vandálicas les prendieron fuego.
La zona de Ventoquipa de esta demarcación, es la más conocida por la existencia de los árboles, ubicados a la orilla del Río Los Cangrejos.
Brinda una gran sombra para paseantes, que sobre todo, acostumbran acampar los fines de semana en esta comunidad.
La palabra Ahuehuete, Proviene su raíz del náhuatl “a”, derivado de atl, agua, y “huehuetl”, viejo, por lo que la composición resulta esa frase.
De hecho, en México, tienen su día de celebración y es el 1 de julio. Desde 1921, se le considera el árbol nacional de nuestro país.
El término ahuehuete significa “cerca del río” o “El viejo del agua”. Derivado de su tonalidad gris, como si tuviera un aspecto canoso.
Su historia data entre 100 y 200 millones de años. Y, ha venido perdurando su importancia pero también devastándose. Esa es una realidad.
Se dice que era el árbol favorito de Nezahualcóyotl, quien lo cultivó y lo propagó por suelo azteca. De hecho, simbolizaba en los prehispánicos, la unidad entre el cielo, la tierra y el inframundo.
De grandes y profundas raíces; los ahuehuetes, significaban para los ancestros, que la existencia fuese posible. Incluso, tienen su leyenda: Los aztecas, usaban la resina para curar heridas.
De gran longevidad incluso a un ejemplar de ahuehuete de un siglo de vida se le conoce aún como “joven”.
Hace una década se hablaba que estaba en peligro de extinción en la región, de hecho causó polémica el derribo de uno, en las proximidades de la preparatoria 2.
Autoridades de Tulancingo y Santiago, ven la forma de preservar estos arbustos que además de ser distintivitos de la zona, son una especie de “pulmón” en el Valle.