Autismo, no curable pero tratable
Algunas de las características son que los menores de tres años no mantienen contacto visual, presentan nula comunicación o dificultad para lograr interacción social
Yanet Rangel Sánchez, presidenta y fundadora de la Asociación Integral de Asistencia a los Trastornos del Espectro Autista (Atrea), señaló que esta condición no es curable pero sí tratable, y la detección oportuna permite mejorar la calidad de vida de quien la presenta y por tanto, su interacción social.
Algunas de las características visibles son: Menores de tres años no mantienen contacto visual, presentan nula comunicación o dificultades para lograr interacción social, act itudes repet it ivas y estereotipadas como el ensimismamiento, son indicio de alguna alteración neurológica, como Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Esto es una condición neurológica que puede presentar alteraciones de comunicación a edad temprana y afecta a la persona desde su nacimiento hasta la edad adulta, incidiendo en su comportamiento y aprendizaje. El trastorno incluye al síndrome de Asperger y Trastorno Generalizado del Desarrollo no Especificado.
En cifras, en México hay 6 mil nuevos casos anuales, en Hidalgo se pueden presentar cerca de 300 casos en el mismo periodo de tiempo, por lo que actualmente están en algún tipo de tratamiento cerca de mil personas, en cifras de la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH).
En este sentido, a través de la SSH, dijo Rangel Sánchez, se brinda atención necesaria que va desde orientación en áreas de Trabajo Social, atención y referencia por parte de un psicólogo, hasta el tratamiento por parte de un especialista como es el paidopsiquiatra; es decir, una vez que los padres de familia sospechan que el menor presenta este espectro, es necesario que se realicen diversos estudios y diagnósticos a fin de iniciar con un tratamiento integral gratuito.
Como parte de esta atención se brinda consultas neuropsiquiátricas que van acompañadas por asesorías psico-educativas dirigidas a padres de familia, para que cuenten con las habilidades necesarias que permitan acompañar de manera afectiva a las personas que padecen TEA.