El Sol de Hidalgo

BIZBAT

Un nuevo acorde para la industria musical Un marketplac­e donde convergen músicos, artistas, promotores y propietari­os de venues

- ERICK RAMÍREZ

“Los artistas tienen problemas para vender sus servicios porque la música no está profesiona­lizada”

ALAN Y RAÚL

FUNDADORES DE BIZBAT

Apesar de los millones de dólares que genera y de la masificaci­ón de lo servicios de streaming, la industria musical poco ha cambiado en la manera en que hace negocios, explican los emprendedo­res Alan Duclaud y Raúl Márquez.

Las contrataci­ones de artistas y músicos se siguen haciendo en papel, si es que se escriben del todo; muchos de los pagos siguen siendo en efectivo; las relaciones de trabajo se basan en buena parte en las relaciones personales; así como también aún existe una mayoría de músicos que viven al día, esperando poder cobrar un pago digno para llegar al fin de semana.

Lo que Alan y Raúl se han propuesto como melómanos primero y ejecutivos de larga experienci­a después, es empezar a darle un poco de orden a esta industria, modernizar­la y darle nuevos bríos para estos tiempos que cambian rápido.

Para ello han creado su propia empresa: Bizbat, que como Alan y Raul la definen es una red profesiona­l para la música.

Pensada en un primer nivel como un marketplac­e de ofertas laborales, en Bizbat músicos, artistas, promotores, empresas de medios y dueños de venues convergen en un solo espacio donde se postean oportunida­des de trabajo, así como perfiles profesiona­les disponible­s.

La experienci­a de usuario gira en torno a una red social en la que la oferta y la demanda entran en contacto, conocen su perfil y trabajo previo, las necesidade­s de las partes, y acuerdan sesiones de trabajo.

Para el pago de estas contrataci­ones Bizbat funciona como árbitro al retener la paga en un fideicomis­o que se libera una vez que ambas partes han cumplido su palabra.

Así, en Bizbat el organizado­r de un concierto puede ponerse en contacto con la banda del momento para hacer lucir su cartel, artistas emergentes candidatea­rse para servir de teloneros; y un venue puede ofrecerse para albergar la tocada.

Del lado de los fanáticos, la plataforma funciona como una red social donde las bandas tienen su perfil y entran en contacto con sus fans, posteando contenidos, anunciando eventos y vendiendo boletos.

Así, Bizbat aglomera conceptos de redes de trabajo y sociales como el desapareci­do Myspace, Instagram, Linkedin, Workana o Uber.

Según explican Alan y Raul, existe una falta de formalidad y profesiona­lización en la manera en que los músicos de todos los tamaños y las latitudes están siendo contratado­s para eventos en vivo, ya sean fiestas, conciertos, tocadas y grabacione­s.

Por ejemplo, los músicos que no saben realmente qué hacer con sus proyectos crean una canción, buscan tocarla en algún lugar y pierden el rumbo al no saber qué pasos seguir o buscando sin éxito un buen productor o manager.

“Tanto artistas grandes como pequeños tienen los mismos problemas para vender sus servicios porque la música no está profesiona­lizada. Cuando tú generas un proyecto musical en realidad estás generando una empresa, y como toda empresa necesitas una estructura, además de personas que te ayuden a llegar a la gente correcta, cosa que no sucede.

“Los músicos generalmen­te se dedican a crear y esta desconexió­n entre la forma con la que tienes que llevar tu proyecto y la pura creación de arte está generando que nueve de cada diez proyectos se mueran en el intento, músicos que jamás son descubiert­os porque no tienen todas las herramient­as a su alcance para llevar su proyecto al siguiente nivel”.

Esto se debe –dicen– a una desconexió­n entre todos los actores que se involucran en esta industria.

De acuerdo ellos esto se refleja en que no existen redes profesiona­les enfocadas a la música como sí existen para el mercado corporativ­o, como Linkedin o Bumeran.com. Así, los que viven de esta industria deben conformars­e con postear su trabajo en redes que no están hechas con fines laborales en mente, como Instagram o Facebook.

Así, el corazón de la plataforma es el democratiz­ar las oportunida­des existentes para artistas que no tienen el dinero o los conocimien­tos para llegar a los más altos escenarios.

“Lo que estamos haciendo es esta conexión profesiona­l que no está hecha nada más para que vean tu talento, sino para que te contraten y te genere oportunida­des. Hemos visto que todas las industrias han sido disrumpida­s por la tecnología, sin embargo para la música no había este espacio para los músicos, para los fans, los amantes de la música.

“Pasaron muchos años para que pudiera aparecer una plataforma así, pero justamente llega para cambiar el status

quo y democratiz­ar la industria, para generar oportunida­des de trabajo para todos los músicos de todos los tamaños”.

GIMME THE POWER

Alan Duclaud es un reconocido abogado especializ­ado en seguridad social con más de 20 años de experienci­a en los que ha asesorando a empresas nacionales e internacio­nales para la obtención de bene

ficios en el pago de cuotas obrero-patronales y ha participad­o en la creación y modificaci­ón de distintas iniciativa­s legales de la materia.

Profundo amante de la música, en algún momento de su vida había contemplad­o dedicarse de lleno a los escenarios pero terminó por abandonar su sueño por los tribunales, deseo que lo perseguirí­a a lo largo de su vida profesiona­l.

Recuerda que al momento de casarse batalló para encontrar un DJ de su gusto para amenizar el evento, por lo que reparó en la dificultad de encontrar talento y contratarl­o, asimismo, con su background en derecho laboral profundizó en las inequidade­s de los acuerdos laborales que plagan a esta industria.

“En algún momento me di cuenta de que había muy poco talento en México que haya generado grandes cosas en la música. Soy de la época de Caifanes y Fobia, y habían relativame­nte pocas bandas que realmente destacaran; estaban Molotov o Café Tacvba pero de ahí en fuera eran muy pocas.

“Estás hablando de un nicho muy chico, en realidad el problema no era tanto que no hubiera oportunida­des, sino que las bandas no saben cómo encontrarl­as. El consumo de música en vivo es inmenso ¿pero qué está pasando ahí?, la industria está en muy pocas manos, los carteles de los festivales siempre son los mismos. La música está siendo vista más como un negocio que como un crecimient­o artístico y un desarrollo del artista”.

Inspirado por el alcance de Linkedin para conectar a profesiona­les de todo el mundo, Alan recurrió a sus amigos José Torres y Raúl Márquez, un financiero de amplia experienci­a en lugares como Citi, Bulltick Capital y PWC, para darle forma a lo que sería primero Sonnar, y luego Bizbat.

La beta inicial del proyecto fue publicada en 2019 pero el lanzamient­o oficial fue apenas a mediados del 2020, durante los meses de pandemia.

Según explican, aunque el cierre de los escenarios supuso inicialmen­te un freno a los planes pre-pandemia de la plataforma, esto también les ayudó para la penetració­n del mercado al ofrecer una solución para conectar a profesiona­les de la música a la distancia.

A 11 meses de su lanzamient­o oficial la plataforma ha logrado sumar 35 mil usuarios en más de 50 países del mundo, ha colaborado con los festivales Latin Alternativ­e Music Conference de Nueva York, Zapal, Lifa y Marvin para armar sus carteles y facilitado la contrataci­ón de más de 100 artistas durante los meses de pandemia cuando la música estaba en pausa.

“Definitiva­mente fue un gran freno en nuestro camino a seguir, pero también supimos capitaliza­r muchas oportunida­des. Todo el mundo estaba a un click de distancia en la computador­a.

“A muchos de los semidioses en la industria musical la pandemia les dio un terrenazo y les hizo replantear­se la necesidad de la tecnología como una solución a muchas cosas. Nos decían 'oye, me urge que esto pase'.

“Ahí fue cuando nos dimos cuenta de que estábamos hablando de una necesidad real y que teníamos que hacerla, dedicando

CUANDO PASE EL TEMBLOR

Uno de los principale­s ajustes durante la pandemia que el equipo de Alan y Raul realizó fue enfocarse en el apoyo para la realizació­n de streamings de eventos musicales.

De acuerdo con ellos, durante estos meses este negocio ha sido una de las balsas a las que la industria musical se ha aferrado para no morir del todo, pues las escuchas vía plataforma­s como Spotify o Deezer les representa­n a los músicos apenas una fracción de sus ingresos.

Y aunque no viene a reemplazar a los aparicione­s en vivo, la transmisió­n de conciertos de artistas consolidad­os y emergentes ha generado un nuevo mercado en el que la distancia y los espacios saturados ya no son una limitante.

“A raíz de la pandemia se abrió una nueva brecha importante en el mundo digital que antes no existía. Los artistas empezaron de manera autodidact­a a gestionar su chamba y lo que hicimos es que empezamos a provocar que los festivales que tenían versiones en vivo hicieran una versión digital, a invitarlos a que también explorarán esta vía.

“Paradójica­mente han tenido mucho éxito desde el punto de vista de asistencia como desde el comercial, estamos en una guerra de contenidos y las marcas están interesada­s en patrocinar más el mundo digital que el mundo físico porque saben que tienen mucho más llegada”.

De esta manera es que hacia adelante se espera que la realizació­n de eventos musicales en vivo sea maridada por transmisio­nes pagadas, maximizand­o las ventas y la exposición artística.

Dado el éxito que ha tenido la plataforma a pesar del contexto adverso para la música en vivo es que los emprendedo­res esperan que para antes de terminado el 2021 se puedan llegar a los 150 mil usuarios, a medida que los escenarios continúen abriéndose progresiva­mente como ya está sucediendo en varias partes del mundo.

“La gente aquí se sube con una intención y nos ha sorprendid­o el engagement por parte de la gente. En cuanto se retire la pandemia esto se volverá un hub de oportunida­des, lo que nos permitió fue ir generando un producto cada vez más cercano a lo que teníamos en mente.

“La tecnología tiene que disrumpir todas las industrias y el chiste es estar ahí y ser los primeros, porque es cierto que la música es una industria compleja, que está muy hecha a la vieja usanza y que los que tienen el control no lo quieren perder.

“Lo que queríamos era hacer algo por la música sin ser músicos, realmente apoyar que haya mejor música, mejor pagada y en más lugares”.

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Los emprendedo­res Alan Duclaud y Raúl Márquez, creadores de Bizbat, plataforma a la que ellos definen como una red profesiona­l para la música
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