Una explosión de emociones
El superdeportivo alemán te lleva de forma descomunal de una sensación a otra con su poderoso V10 atmosférico
Aes uno de los autos más emblemáticos de nuestros tiempos, desde que fue presentado en el Salón de
París en 2006 y hasta la fecha, su imponente presencia, alto desempeño y principalmente su poderoso motor central de alta cilindrada, le han llevado a ganarse un lugar en la historia de los superdeportivos.
Con la acelerada evolución en la industria automotriz y la electrificación, encontrar un vehículo cuya potencia provenga de un V10 es sumamente difícil, podemos decir que somos afortunados por contemplar un exponente de tal magnitud, en especial porque la marca se despedirá pronto de los motores grandes.
Por ello, en Autos OEM no perdimos la oportunidad de vivir la experiencia a bordo del modelo más grande del fabricante alemán, que llegó a nuestra redacción en su versión Coupé V10 RWD Performance.
MONUMENTAL
Desde que aprietas el botón de encendido, el auto te recibe con un rugido espectacular, un sonido que pone en alerta tus sentidos; gracias al motor V10 FSI de 5.2 litros, que genera 570 caballos de fuerza y 405 libras pie de torque.
Hundir el pie en el acelerador te catapulta brutalmente arriba de los 100 km/h en segundos, la transmisión S tronic de siete velocidades manda la fuerza al eje trasero.
Su desplazamiento hace gala del gran trabajo aerodinámico, la carrocería de aluminio corta el viento como una espada al papel, acentuando un comportamiento sólido y bien plantado al asfalto que te hace ir al límite con facilidad.
Cuando enfrentamos curvas su balance es sobresaliente, esto gracias a la posición central del V10 y al buen reparto de pesos entre los ejes, de 40% adelante y 60% atrás, sumado a la suspensión deportiva configurada específicamente para controlar la fuerza motriz en el eje posterior.
El Audi R8 RWD Performance es uno de esos coches que representan fielmente la pasión por el manejo deportivo.