El Sol de Hidalgo

Migración desintegra a las familias hidalguens­es

- OMAR SANTIAGO

El fenómeno migratorio que comenzó en los años ochentas y noventas ha cambiado, ahora familias completas buscan sus sueños, sus anhelos, pero la huella de las desintegra­ción familiar, continúa como una marca imborrable en los adultos que en su niñez padecieron de la ausencia de las figuras paternas.

“El flujo migratorio ha cambiado, hace treinta años los que emigraban eran mayoritari­amente hombres, lo que generó que muchas niñas y niños crecieran sin una figura paterna”, explicó Areli Pérez, migrante indígena.

Además añadió “A partir de los años noventas las mujeres también comenzaron a migrar, situación que generó que familias completas se vinieran a vivir a Estados Unidos, lo que creó una nueva condición social”.

“Vemos con tristeza que esa generación de migrantes está envejecien­do, y llegará el punto en que tengan que retornar a sus lugares de origen, para morir en paz, sin embargo eso puede que no suceda ya que en las comunidade­s del Valle del Mezquital, si no has pagado tus cooperacio­nes y faenas no tienen el derecho a ser enterrados en el panteón municipal”, expuso la migrante. de migrantes ya son profesioni­stas, pero desafortun­adamente vuelven a migrar, dice Areli Pérez

HIJOS DE MIGRANTES NO ENCUENTRAN TRABAJO

Abundó: desafortun­adamente esta situación de desintegra­ción familiar va a continuar, ya que vemos que los hijos de migrantes a pesar de que recibieron una educación y son profesioni­stas no encuentran un trabajo, y deciden migrar igual que sus padres, eso es lamentable, ya que los padres de los migrantes anhelamos

En Cañada Chica, municipio de Ixmiquilpa­n, fue en el pasado un lugar donde floreciero­n líderes sociales, hoy hay drogadicci­ón

que se conviertan en profesioni­stas exitosos.

En una comunidad que se llama Cañada Chica, municipio de Ixmiquilpa­n, fue en el pasado un lugar donde floreciero­n líderes sociales, hoy las redes del narcotráfi­co han cooptado a los jóvenes, por que hay adicciones y drogadicci­ón en los jóvenes, aseguró Areli Pérez.

“Eso es parte del trabajo que debe hacer el gobierno, por eso no me gusta que nos llamen héroes vivientes, porque nosotros vemos la realidad de la situación de México, vemos la insegurida­d, vemos que la apreciació­n del peso nos afecta, vemos como nuestros hijos tienen que volver al camino de sus padres migrantes para poder salir adelante” dijo la migrante.

EL SUEÑO DE CADA UNO

El sueño americano es más bien los sueños de cada uno de los migrantes, que anhelan y creen que pueden alcanzar una mejor vida, pero en este proceso quedan familias a la deriva, finalizó la migrante Areli Pérez.

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CORTESÍA: MIGRANTES Los hijos

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