Tres saldos sexenales trágicos al 5o año En los
cinco años que lleva el actual gobierno mexicano hubo retrocesos muy importantes en diversas áreas, incluyendo en banderas con la que llegó al poder en 2018.
La inversión se cayó desde antes de la pandemia por decisiones y acciones gubernamentales, y sigue abajo de los niveles del sexenio pasado. En energía, se tomó a un Pemex en virtual quiebra, y así se le mantiene, pero tras inyectarle cantidades estratosféricas de dinero público. Entre tanto, se bloqueó la inversión en electricidad, que antes venía creciendo fuertemente.
En educación, a 2018 había una cobertura de 95% para niños de 3 a 14 años; en 2021 había caído a 92 por ciento. No sabemos cómo están nuestros niños en matemáticas o lectoescritura respecto a los estándares internacionales: ya no participamos en pruebas comparables. Además, se imponen libros de texto desarrollados en la opacidad, con graves errores, carencias y sesgos ideológicos.
Se abandonó el desarrollo de una arquitectura institucional para combatir la corrupción, el Sistema Nacional Anticorrupción, mientras se siguen reproduciendo los escándalos, al igual que la impunidad.
Con todo, hay tres rubros en los que considero que los daños son más profundos.
TRAGEDIA EN LA SALUD
La promesa de un sistema de salud como el de Dinamarca al final del sexenio indica el tamaño de la tragedia de los resultados en esta área. No es que antes fuera una panacea, pero no se había visto tal retroceso. La respuesta a la pandemia es elocuente: más de 800 mil muertes. Casi 36% en exceso de mortalidad, aunque estimaciones apuntan a más de 41 por ciento. Sólo tres países tuvieron porcentajes más altos.
El presupuesto en la materia para la población sin seguridad social se ha ubicado históricamente abajo del 1% del PIB. Ahora será centralizado por Imss-bienestar y, tras la desaparición del fallido Insabi, apenas llega al 0.81%, cuando según especialistas tendría que situarse en torno a 3 por ciento. En contraste, el gasto de bolsillo, lo que las familias gastan en medicinas y atención médica, creció 40 por ciento.
El país hoy está en el peor nivel de vacunación infantil en dos décadas: ocho de cada 10 niños podrían estar desprotegidos. Los procesos de adquisición y distribución de medicamentos fueron cambiados atropelladamente, afectando desde pacientes psiquiátricos hasta niños con cáncer. Los más afectados han sido los más pobres y las nuevas generaciones: en cinco años, la esperanza de vida promedio cayó de 75 a 70 años.
EL DRAMA DE LA INSEGURIDAD
Toda la referencia a la inseguridad pública en el 5o Informe de Gobierno, en un discurso de hora y media, quedó reducida a un minuto, como refiere el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad. Por unos segundos se dieron datos equívocos sobre incidencia delictiva y otro tanto se usó para alabar la labor de las Fuerzas Armadas. Como en la salud, difícilmente puede pensarse en una mayor distancia respecto a lo que más preocupa a los mexicanos.
En el informe se dijo que el robo y el secuestro han bajado, pero se omite que las extorsiones y en especial el cobro por derecho de piso se han ido a máximos históricos: los criminales encontraron un nicho más redituable sin que nadie los frene.
Según estadísticas de especialistas, en 57 meses del actual Gobierno se acumularon 164 mil 693 homicidios, en promedio 95 diarios; 52% más que en el sexenio previo y 93% más que en el anterior a este último. Al ello hay que sumar el repunte en la tragedia de las desapariciones. En esta administración, hasta fines de mayo, se registraban más de 42 mil. Un promedio de 25 por día. En mayo del año pasado, en el total se rebasaron las 100 mil personas y en un año se sumaron más de 10 mil, de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas.
Entre tanto, se abandonó la promesa de “regresar al Ejército a los cuarteles” para ir a una mayor militarización, que se ha extendido a otras áreas de la vida pública y la economía. No hay estrategia ni trabajo para reformar las policías estatales y municipales, mucho menos el funcionamiento de las fiscalías.
dilemas que México enfrenta de cara a las elecciones de 2024 está la prueba para el Estado democrático de derecho como fundamento de la convivencia y la organización política y social. ATAQUE AL ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO Y POLARIZACIÓN
Entre los graves dilemas que México enfrenta de cara a las elecciones federales de 2024 quizá no hay otro más acuciante que la prueba para el Estado democrático de derecho como fundamento de la convivencia y la organización política y social. La democracia está bajo estrés, ante una inclinación a la concentración de poder en el Ejecutivo Federal, sistemática descalificación de la pluralidad partidista y hostigamiento a la división de poderes.
Una hostilidad palpable contra el Poder Judicial y los órganos autónomos, con ataques discursivos permanentes, pero también administrativos y presupuestales, y un Estado de derecho vapuleado, con cada vez más acciones o alardes de discrecionalidad y omisión desde las autorizadas encargadas de hacer que se cumpla la ley.
A ello hay que añadir la polarización política, con el diálogo republicano y el de la pluralidad rotos, con una retórica de antagonismo extendida contra sectores de la sociedad, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación.
¿Cómo abordar en esas condiciones, de falta de diálogo y reconocimiento de quienes piensan distinto, los desafíos de la nación que se han complicado en tal grado? Gran prueba para el México del 2024 y el 2025.
Entre los