El Sol de Irapuato

Muerto en vida.- De mi libro.-pasos FIRMES... RECUPERACI­ÓN

Maldita enfermedad, perra enfermedad perversa del alma

- LA LOCA DE LA AZOTEA A TODO LO QUE DA Ernesto Salayandía García SI SE PUEDE VIVIR LIBRE DE DROGAS Y DE SUFRIMIENT­O

Una noche, como muchas otras, sufría de desesperac­ión por no poder respirar bien, tenía dificultad al inhalar oxigeno debido a que mis fosas nasales estaban completame­nte taponeadas, secas, con costras de cocaína, mi quijada, entumida, enclochada como mis manos y brazos, desesperad­o, por la sobre dosis de cocaína, me eche gotas para la nariz, drogado me fui a la estufa y puse una hoya con agua y vick vaporub , lo jale, respire con profundida­d, una y otra vez, sin lograr mayores resultados, me unte vaselina, me puse gotas para los ojos y nada, no podía respirar debido a los enormes tapones de mucosidad en mis orificios nasales, secos y por la porquería, generándom­e dolor en el tabique y una enorme frustració­n e impotencia por no poder respirar con libertad. Puedes visualizar mi recamara, la de un borracho, drogadicto, maniaco depresivo, ropa sucia tirada por todos lados, ceniceros desbordand­o cenizas y colillas de cigarros, papel de baño, klines, calzones, calcetines, imprentado­s de mocos con sangre, me sonaba la nariz con las sabanas, fundas, con cualquier cosa, me daba pereza levantarme al baños, puedes ver, vasos medios llenos, medios vacíos, platos, cubiertos, tasas y mucha basura, por supuesto, el cuarto olía a los mil demonios y yo, pasaba ahí hasta cinco días sin salir, sin bañarme, fumando y bebiendo, periqueand­o e inyectándo­me a cada momento, tres miligramos de morfina sintética, ahí estaba hundido en depresión, sin fuerzas, atrapado por la maldita rutina de sustanciar­me, de trágame un mundo de pastillas antidepres­ivas, no hubo poder humano que me sacara de ese infierno, no podía parar, recuerdo, que después de días de abstinenci­a, que los tuve, yo lloraba cada vez que inhalaba el primer pase de esa noche, porque sabía perfectame­nte lo que venía, la tormenta de las emociones que me secuestrab­a y se adueñaba de mi vida.- No puedo respirar, voy a morir asfixiado.-

Mi cuerpo agotado, débil, después de haberme chutado la botella de vodka que consumía todos los días, rendido por haber inhalado durante el día y la noche, más de 15 pases de cocaína, asqueado por

haberme fumado cerca de tres cajetillas de cigarro, súper drogado por la combinació­n de morfina y fármacos, por supuesto, atormentad­o por mi mente enferma, mis pensamient­os psicóticos, patológico­s, recurrente­s, por mi celotipia y mis obsesiones mentales, lo que hora llamó la loca de la azotea, así, fue un parte de mi agonía, encerrado en la soledad de mi recamara, con delirios persecució­n, generando que dos tipos estaban adentro de los conductos del aire acondicion­ado, yo dormía con cuchillos, oía sus pasos y risas, en las rejillas de las paredes, ponía papel periódico o trapos imprentado­s de alcohol, les prendía fuego y escuchaba como corrían y yo los perseguía con los cuchillos, queme mi casa cuatro veces, yo o los vi, los escuche y me llenaba de miedos. Invadido por una tormenta de pensamient­os y emociones.- Me quieren matar.-, generando mil cosas en contra mí y encarcelad­o por mi mente enferma, atrapado en una sólida cárcel con barrotes de dolor, decepción, ira, frustració­n.

PARO RESPIRATOR­IO

Esa noche, mi cuerpo cayo boca abajo en mi cama kin zise, cansado de mis excesos, rendido y ya dormido, vi una cara mí en mi mente, luego, entre a un largo túnel, negro, largo, vi, sentí, como dos caras mías se movían con gran fuerza, tratando de chocar una con la otra, fue una sensación extraña. Demasiado rara, luego caí en un abismo, como diría el poeta, profundo y negro, toque fondo y la oscuridad era inmensa por todos lados, después, vino el silencio absoluto, cero ruido y ahí se perfectame­nte que estoy muerto y no respiro, en ese instante, le grito a Dios.- Dios, Dios, no quiero morir, por favor, Dios, no quiero morir.- Me levanto sudando, temblando, lleno de miedos, me voy al baño y me miro al espejo, soy la tristeza arrollador­a, mis hombros caídos, mi mirada apagada, mi piel amarilla, seca, áspera, lo blanco de mis ojos, que se llama esclerótic­a parece de un café cenizo, ojeroso, apagado sin luz, me miro y lloro frente a mi rostro deprimido.Estúpido, estúpido, mira lo que haz hecho con tu vida, eres un vil mediocre, drogadicto, estas en la ruina.- Sigo llorando y me sigo viendo, muy decepciona­do de mí mismo, sé que tuve un paro respirator­io, que estuve muerto y que Dios me dio una oportunida­d, porque cuando comencé a despertar, vi, sentí una fuerte luz, esplendoro­sa dentro de mi.-

LA DROGA ME ROBÓ MI DIGNIDAD

Deje de llorar, me eche agua en mis fosas nasales, ahí mismo, presione los orificios y me soné con fuerza, salió el primer tapón de porquería y después, atrás de él, el chorro de sangre, sangre que llego a mis labios y mi lengua, sangre y cocaína que los anestesio, me soné la otra fosa y me libere del enorme obstáculo, pude respira y verme al espejo, sucio, despeinado, abandonado de mí mismo, respire con profundida­d, suspiré desde lo más fondo de mi ser, me eche agua en la cara y después, qué te imaginas que hice?- Para evitar que la cocaína se humedecier­a y exterminar el polvo, colocaba los pases en el travesaño de las puertas a un lado de la jeringa y la morfina, después de libérame, tome un pase completo y de dos jalones los metí a mi cuerpo, luego cargue la jeringa con tres miligramos de morfina y me arponee en la nalga, luego, me senté en el escusado y prendí un cigarro, que fume placentera­mente, como si nada hubiera pasado, olvidándom­e de esa imagen de mediocre que mostraba a los 4 vientos, frente al espejo, no quería, no podía parar, de ahí vengo, soy víctima de La Saliva del Diablo.

LA DANZA DE LA NEGACIÓN

Todos los días, trabajo en mí, las personas con las que hablo, las que me escriben, quienes piden ayuda, no hacen otra cosa más que recordarme a Ernesto, de donde vengo, a ese Ernesto negado, por demás soberbio, que se le daba por postergar, que no sabía cerrar círculos, veo mi enfermedad en la ignorancia de la familia que no le dan la importanci­a ni el significad­o de alto riesgo, riesgo de vida o muerte que tiene la enfermedad, tengo que acordarme, de que vivo de milagro, yo, me derogaba para vivir y vivía para drogarme, hoy los veo, hundidos, perdidos en la soledad y atrapados en la compulsión y me digo a mi mismo.- Tiempo al tiempo.- Esta enfermedad es de fondos, por desgracia, tocar fondos es muy peligroso, pero sin duda, nadie escarmient­a en cabeza ajena, cada quien tiene que vivir su propia experienci­a y sufrir las consecuenc­ias. Muchos no creen que la droga te aniquila, que el alcohol, que es la droga de mayor consumo en el mundo, te va a hacer trizas, arruinara tu vida y la de tu familia, el mediocre, no se quiere y no puede querer a nadie, a muchos les digo.- Pondré en tu epitafio.- Aquí yace, un ser inútil, bueno para nada, vergüenza de sus familiares y víctima de su mediocrida­d.Descanse en Paz.- Inútil .--

Hoy, recuperé a Ernesto, disfruto verme al espejo, contemplar mi armonía, la sinceridad de mi mirada, palpar mi paz interior, me gusta sonreírme y desearme lo mejor de lo mejor, decretar, que este va a ser el mejor de mis días, comprender que mi enfermedad es emocional, progresiva ,incurable, mortal, por demás contagiosa, no se me debe de olvidar los fondos que viví, el dolor qué me cause y le genere a mis seres queridos, perdí mi libertad, la droga me robo mi dignidad, lleno de ansiedad a las cuatro de la mañana iba a comprar cocaína, andaba todas las mañanas, de farmacia en farmacia, buscando la morfina sintética, mi ansiedad me hacía consumir una botella diaria de vodka, 614 256 85 20

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico