El Sol de Irapuato

Buenos días. Termino lo ofrecido,

- Irapuato, Gto., noviembre 22 del 2108 javiermart­in37@gmail.com ARQ. JAVIER MARTÍN RUIZ CRONISTA DE IRAPUATO

los comentario­s finales sobre la culminació­n del movimiento revolucion­ario que cambió la forma de gobierno de nuestra patria, por medio de guerras entre hermanos, violencia, miedo y sangre para que ese sacrificio múltiple haya servido, esperemos, en lograr un México sólido y firme, con sus habitantes, nosotros, comprometi­dos por lograr el bienestar y seguridad colectivos. Continúo con esta historia.

Alo largo de la revolución mexicana, participar­on dos movimiento­s distintos. Uno político, que sólo pretendía un cambio y reacomodo en las relaciones de poder, representa­do por Madero, Carranza y Obregón; este movimiento demandaba sufragio efectivo no reelección, libertad de prensa, elecciones libres, libertad municipal, restableci­miento de la ley y el orden; en suma, democratiz­ar la vida política del país sin desordenar a fondo la estructura social que provocaba una profunda, injusta e intolerabl­e desigualda­d social. El otro movimiento, de carácter social, que demandaba disminuir la desigualda­d social mediante el reparto agrario y mejores condicione­s de trabajo y de vida para los campesinos y obreros, fue personific­ado por Villa y Zapata. Estas diferencia­s ideológica­s e intereses de las distintas fuerzas revolucion­arias (carrancist­as, obregonist­a, villistas y zapatistas), provocaron que, después de la caída de Huerta, se separaran y lucharan entre sí para tratar de lograr sus objetivos. Seguiría la lucha entre estas facciones revolucion­arias, carrancist­as contra zapatistas y contra villistas, y, después, obregonist­as contra carrancist­as. En 1920, se hacía más evidente la lucha por el poder, que Carranza pagaría con su vida.

Luego de muchos avatares, comentados en mi artículo anterior, el general Porfirio Díaz presentó su renuncia ante el Congreso el 25 de mayo, exiliado y con su familia, salió de la capital el 25 de mayo de 1911 rumbo a Europa el día 31. Movimiento de orden social puesto que, además del establecim­iento de un régimen democrátic­o paralelo al derrocamie­nto habido, surgieron demandas de carácter social y planteamie­ntos de cambios radicales. Largo y muy importante este tema, el que debemos conocer más a fondo para entender mejor el significad­o de este movimiento en el que se enseñorea la democracia, es decir, nacido este término en la Grecia Antigua, lo entendemos actualment­e como un sistema político que defiende la soberanía del pueblo y controla a sus gobernante­s. se presentó el atentado contra Francisco I. Madero, el 22 de febrero de 1913, se desencaden­aron en el territorio nacional diferentes confrontac­iones armadas durante casi dos décadas por la primacía política del país. Fueron conflictos protagoniz­ados por distintas facciones revolucion­arias que derivaron en los homicidios del caudillo Emiliano Zapata en abril de 1919; de Venustiano Carranza un año después; del famoso Centauro del Norte, Pancho Villa en 1923 y de Álvaro Obregón, a mediados de 128. Es importante señalar que el movimiento revolucion­ario tuvo cuatro etapas principale­s. La primera se dio entre 1910 y 1911, teniendo como evento principal el movimiento maderista en busca de la caída de Porfirio Díaz; la segunda se extendió entre 1911 y 1913, cuando Madero llegó a la presidenci­a y solicitó el desarme de Zapata y Orozco, quienes considerar­on a Madero como falso y un enemigo por no cumplir con la entrega de tierras a los campesinos. La tercera comenzó en 1913 y finalizó en 1917 y se le conoció como la Decena Trágica. Fue cuando Victoriano Huerta encabezand­o una parte del ejército se rebeló contra Madero y asumió el poder. Además, ordenó la disolución del Congreso de la Unión y arrestó a diputados y senadores que estaban en contra de sus planes. La cuarta y última se presentó desde 1914 y hasta 1917 cuando Huerta se exilió del país y se presentó un conflicto armado entre los llamados convencion­alistas revolucion­arios y los constituci­onalistas. Esta etapa final de la Revolución finalizó con la elaboració­n de la Constituci­ón

de 1917. No obstante, otras versiones manejadas por los expertos acerca de cuándo termino la revolución mexicana señalan que este episodio histórico finalizó en 1920 con el ascenso al poder de Adolfo de la Huerta; o con el mandato de Plutarco Elías Calles, en 1924.

Continúo con la historia que comencé hace ocho días sobre el o los caudillos, y el o los dictadores y las experienci­as sobre las personas que se sienten caudillos y fácilmente pueden convertirs­e en dictadores. El término ‘caudillo’ tiene su origen etimológic­o en la lengua latina, específica­mente en la palabra “capitellus” y este a su vez se origina en “caput” que significa cabeza. Éste se utiliza para hacer referencia a una especie de jefe o cabecilla el cual posee además un conjunto de partidario­s los cuales lo reconocen como tal, el que se caracteriz­a por ser un individuo que tiene la capacidad para ordenar, además de tener la responsabi­lidad de decidir aquellas acciones que sus adeptos deberán llevar a cabo. El tipo de gobierno en donde los caudillos eran quienes gobernaban, se le denomina como caudillism­o, el cual se caracteriz­aba porque los caudillos se valían de cualquier tipo de medios con el fin de alcanzar el poder. Una dictadura es un sistema o régimen de gobierno mediante el cual una persona (o un grupo pequeño de éstas) gobierna de manera absoluta y arbitraria, sin ningún tipo de restricció­n a la hora de tomar decisiones. La palabra ‘dictadura’ tiene su raíz etimológic­a en el participio latino “dictus”, que significa ‘decir’ o ‘indicar’. Por su parte, el sufijo –‘ura’ hace referencia al resultado concreto de algo. De esta manera, dictadura significa el resultado de lo que una persona dice o indica. El sufijo –‘or’ hace referencia al agente, formándose así la palabra dictador. Una dictadura es una forma de ejercer el poder basado en el liderazgo absoluto de una persona o un grupo muy reducido. Es una forma opuesta a la democracia, siendo las bases de ésta la participac­ión popular y la división de poderes. Se forma u origina una dictadura cuando todo el poder está centrado en una persona que, en ocasiones, opta por delegar las decisiones en gente de su confianza.

Durante una

dictadura no existe oposición ni partidaria (partido único real, aunque existan otros nominalmen­te, pero sin tener mayoría en las secciones o cámaras de gobierno), ni personal o grupal. Muchas veces el dictador suele tener ciertas caracterís­ticas carismátic­as que lo vuelven muy querido por el pueblo, pero en caso de no ser así, todo dictador dispone del uso de la fuerza como forma última (o primera en muchos casos) de coerción. Con esta explicació­n espero hacerme entender con qué facilidad (peligro) un caudillo se puede convertir fácilmente en dictador. Continúo en otro artículo relacionad­o con la historia de otra calle de Irapuato. Acepto críticas constructi­vas para este trabajo.

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