Buenos días. Termino lo ofrecido,
los comentarios finales sobre la culminación del movimiento revolucionario que cambió la forma de gobierno de nuestra patria, por medio de guerras entre hermanos, violencia, miedo y sangre para que ese sacrificio múltiple haya servido, esperemos, en lograr un México sólido y firme, con sus habitantes, nosotros, comprometidos por lograr el bienestar y seguridad colectivos. Continúo con esta historia.
Alo largo de la revolución mexicana, participaron dos movimientos distintos. Uno político, que sólo pretendía un cambio y reacomodo en las relaciones de poder, representado por Madero, Carranza y Obregón; este movimiento demandaba sufragio efectivo no reelección, libertad de prensa, elecciones libres, libertad municipal, restablecimiento de la ley y el orden; en suma, democratizar la vida política del país sin desordenar a fondo la estructura social que provocaba una profunda, injusta e intolerable desigualdad social. El otro movimiento, de carácter social, que demandaba disminuir la desigualdad social mediante el reparto agrario y mejores condiciones de trabajo y de vida para los campesinos y obreros, fue personificado por Villa y Zapata. Estas diferencias ideológicas e intereses de las distintas fuerzas revolucionarias (carrancistas, obregonista, villistas y zapatistas), provocaron que, después de la caída de Huerta, se separaran y lucharan entre sí para tratar de lograr sus objetivos. Seguiría la lucha entre estas facciones revolucionarias, carrancistas contra zapatistas y contra villistas, y, después, obregonistas contra carrancistas. En 1920, se hacía más evidente la lucha por el poder, que Carranza pagaría con su vida.
Luego de muchos avatares, comentados en mi artículo anterior, el general Porfirio Díaz presentó su renuncia ante el Congreso el 25 de mayo, exiliado y con su familia, salió de la capital el 25 de mayo de 1911 rumbo a Europa el día 31. Movimiento de orden social puesto que, además del establecimiento de un régimen democrático paralelo al derrocamiento habido, surgieron demandas de carácter social y planteamientos de cambios radicales. Largo y muy importante este tema, el que debemos conocer más a fondo para entender mejor el significado de este movimiento en el que se enseñorea la democracia, es decir, nacido este término en la Grecia Antigua, lo entendemos actualmente como un sistema político que defiende la soberanía del pueblo y controla a sus gobernantes. se presentó el atentado contra Francisco I. Madero, el 22 de febrero de 1913, se desencadenaron en el territorio nacional diferentes confrontaciones armadas durante casi dos décadas por la primacía política del país. Fueron conflictos protagonizados por distintas facciones revolucionarias que derivaron en los homicidios del caudillo Emiliano Zapata en abril de 1919; de Venustiano Carranza un año después; del famoso Centauro del Norte, Pancho Villa en 1923 y de Álvaro Obregón, a mediados de 128. Es importante señalar que el movimiento revolucionario tuvo cuatro etapas principales. La primera se dio entre 1910 y 1911, teniendo como evento principal el movimiento maderista en busca de la caída de Porfirio Díaz; la segunda se extendió entre 1911 y 1913, cuando Madero llegó a la presidencia y solicitó el desarme de Zapata y Orozco, quienes consideraron a Madero como falso y un enemigo por no cumplir con la entrega de tierras a los campesinos. La tercera comenzó en 1913 y finalizó en 1917 y se le conoció como la Decena Trágica. Fue cuando Victoriano Huerta encabezando una parte del ejército se rebeló contra Madero y asumió el poder. Además, ordenó la disolución del Congreso de la Unión y arrestó a diputados y senadores que estaban en contra de sus planes. La cuarta y última se presentó desde 1914 y hasta 1917 cuando Huerta se exilió del país y se presentó un conflicto armado entre los llamados convencionalistas revolucionarios y los constitucionalistas. Esta etapa final de la Revolución finalizó con la elaboración de la Constitución
de 1917. No obstante, otras versiones manejadas por los expertos acerca de cuándo termino la revolución mexicana señalan que este episodio histórico finalizó en 1920 con el ascenso al poder de Adolfo de la Huerta; o con el mandato de Plutarco Elías Calles, en 1924.
Continúo con la historia que comencé hace ocho días sobre el o los caudillos, y el o los dictadores y las experiencias sobre las personas que se sienten caudillos y fácilmente pueden convertirse en dictadores. El término ‘caudillo’ tiene su origen etimológico en la lengua latina, específicamente en la palabra “capitellus” y este a su vez se origina en “caput” que significa cabeza. Éste se utiliza para hacer referencia a una especie de jefe o cabecilla el cual posee además un conjunto de partidarios los cuales lo reconocen como tal, el que se caracteriza por ser un individuo que tiene la capacidad para ordenar, además de tener la responsabilidad de decidir aquellas acciones que sus adeptos deberán llevar a cabo. El tipo de gobierno en donde los caudillos eran quienes gobernaban, se le denomina como caudillismo, el cual se caracterizaba porque los caudillos se valían de cualquier tipo de medios con el fin de alcanzar el poder. Una dictadura es un sistema o régimen de gobierno mediante el cual una persona (o un grupo pequeño de éstas) gobierna de manera absoluta y arbitraria, sin ningún tipo de restricción a la hora de tomar decisiones. La palabra ‘dictadura’ tiene su raíz etimológica en el participio latino “dictus”, que significa ‘decir’ o ‘indicar’. Por su parte, el sufijo –‘ura’ hace referencia al resultado concreto de algo. De esta manera, dictadura significa el resultado de lo que una persona dice o indica. El sufijo –‘or’ hace referencia al agente, formándose así la palabra dictador. Una dictadura es una forma de ejercer el poder basado en el liderazgo absoluto de una persona o un grupo muy reducido. Es una forma opuesta a la democracia, siendo las bases de ésta la participación popular y la división de poderes. Se forma u origina una dictadura cuando todo el poder está centrado en una persona que, en ocasiones, opta por delegar las decisiones en gente de su confianza.
Durante una
dictadura no existe oposición ni partidaria (partido único real, aunque existan otros nominalmente, pero sin tener mayoría en las secciones o cámaras de gobierno), ni personal o grupal. Muchas veces el dictador suele tener ciertas características carismáticas que lo vuelven muy querido por el pueblo, pero en caso de no ser así, todo dictador dispone del uso de la fuerza como forma última (o primera en muchos casos) de coerción. Con esta explicación espero hacerme entender con qué facilidad (peligro) un caudillo se puede convertir fácilmente en dictador. Continúo en otro artículo relacionado con la historia de otra calle de Irapuato. Acepto críticas constructivas para este trabajo.