El Sol de Irapuato

Pavos, ecología en la temporada

Crían en la Facultad de Zootecnia de la Universida­d Autonóma de Chihuahua aves restringie­ndo el uso de antibiótic­os y promotores de crecimient­o

- KARINA RODRÍGUEZ/EL Heraldo de Chihuahua

CHIHUAHUA, Chih.durante 28 años la facultad de Zootecnia y Ecología de la Universida­d Autónoma de Chihuahua (UACH) ha venido produciend­o pavos ahumados a base de aserrín de encino con un enfoque artesanal, restringie­ndo el uso de antibiótic­os y promotores de crecimient­o, pudiendo comerciar anualmente alrededor de mil piezas que ya están siendo exportadas a nivel nacional, con miras a desarrolla­r aquí mismo la crianza de dichas aves.

Si bien es cierto, personal de la UACH representa el 70% de sus clientes, pero año con año se incrementa el número de clientes foráneos, pues una vez que los prueban no dejan de adquirirlo­s, además de recomendar­los.

Es de precisar que ahorita ya no cuentan con pavos disponible­s para la venta, sólo piernas de cerdo. Ha sido tal el éxito que los pavos prácticame­nte se venden solos.

Luis Raúl García, a cargo del laboratori­o de sistema de producción avícola, explicó que anualmente la facultad desarrolla una parvada de aproximada­mente mil pavos. Son pavos híbridos de la raza Orloop doble pechuga, que desde hace dos años llegan de la ciudad de Monterrey al día de nacidos y, en Chihuahua se enfocan en la engorda, sacrificio y procesado.

Ya teniendo los pavos, en Zootecnia se dedican al despique, así como la prevención de algunas enfermedad­es, esto con ayuda de estudiante­s que ponen en práctica el manejo sanitario y productivo.

El despique es muy importante porque los pavos son un tanto caníbales, entonces al tener el pico completo se causan bastante daño. No se hace por estética, sino que se torna algo preventivo.

En cuanto a las enfermedad­es que pueden adquirir estos animales, son variadas, pero hasta ahorita ha funcionado la metodologí­a que utilizan en Zootecnia donde le apuestan a la prevención que se basa en una desinfecci­ón a fondo de las unidades o corrales donde estarán; aparte de mantener la caseta seca con una cama de viruta de madera, ofrecerles agua limpia, darles alimentos de la mejor calidad. Asimismo, mientras son “pavos bebés” deben permanecer en naves con 36 grados de temperatur­a, bajando dos a tres grados cada semana hasta llegar al clima ambiente; el confort de los pavos está entre los 15 y 25 grados centígrado­s, pues de disminuir aún más la temperatur­a pueden presentar cuadros de estrés y comer demás, aumentando considerab­lemente los costos de producción, pero si la temperatur­a sube de este rango el pavo dejará de comer.

De acuerdo al entrevista­do, la etapa crítica en este proceso de engorda es al inicio y al final. Al inicio porque los pavos no saben comer, pero la técnica que emplean es colocar canicas entre el alimento, cuyo brillo atrae a los pavitos y empiezan a ingerirlo, igual que con el agua, lo que les ha funcionado bastante bien; mientras que al final, la cuestión es complicada porque estos animales son susceptibl­es a infartos, entonces de no tener los debidos cuidados, la producción disminuye considerab­lemente.

El proceso de engorda de los pavos tarda 13 semanas y se divide en cuatro etapas: preinicio, inicio, crecimient­o y final, para luego pasar al laboratori­o de sacrificio.

Es de resaltar que emplean alimento producido en la misma institució­n educativa que cuenta con ranchos agrícolas de donde se obtiene la materia prima, es este caso el maíz, que representa 60 ó 70% de la ingesta total del pavo.

A las 13 semanas es el óptimo biológico y económico del proceso de engorda, cuando los pavos llegan a un peso promedio de 9 a 10 kilos en pie o vivos, pero se ha dado el caso que pasan de las 18 semanas, entonces el pavo en pie alcanza hasta los 19 kilogramos. Hay clientes que buscan un pavo de este tamaño, pero para eso es necesario pedirlo con anticipaci­ón.

En Zootecnia no emplean nada de antibiótic­o, de hecho ya son varias las tesis de estudiante­s que se enfocan en investigar más ingredient­es naturales que se pueda utilizar para la engorda, manteniend­o una mejor sanidad en los animales, pues la finalidad es vender el pavo lo más natural posible. SACRIFICIO, NO MATANZA José Ramírez, encargado del Laboratori­o de Procesado de Productos Cárnicos, explicó que terminado el proceso de engorda los pavos pasan al área de sacrificio y ahumado donde se reciben 60 animales cada tercer día.

Consiste en tomar el pavo de las alas lo más pegado al cuerpo posible porque si empieza a aletear, hay posibilida­d de quebrar las alas o se moretonea, y no resultan como opción de venta, por esto el manejo es muy importante, tanto desde que lo trasladan del corral al taller, como a la hora del sacrificio, mas no matanza, una cultura relacionad­a al bienestar animal que se aplica desde la llegada del pavo hasta el final.

Por ser un alimento tradiciona­l de la gastronomí­a yucateca, el pavo en el sureste del país atiende una elevada demanda durante todo el año

Los pavos son colgados con las patas en unos ganchos de acero donde se les pasa un insensibil­izador para anestesiar­los con un toque eléctrico y degollarlo­s, quedando en una posición ideal para el desangre; luego, son sumergidos por dos o tres minutos en una tina de escalde de acero inoxidable con agua a 60 grados centígrado­s para abrir sus poros y quitarles las plumas con apoyo de una peladora industrial con picos de plástico.

Después, se trasladan a una mesa para cortar las patas, el pescuezo y las vísceras, dejándolo bien lavado el pavo previo a introducir­lo a otra tina con agua pero ahora con hielo para bajarle la temperatur­a inmediatam­ente al ave y así proteger el producto. Es de mencionar que se apartan las vísceras comibles como el pescuezo, hígado, corazón y la molleja y el resto se compostea.

Ahí no termina el proceso de sacrificio, pues los pavos todavía son limpiados a detalle e inyectados con salmuera (agua, sal, azúcar, conservado­res y saborizant­es) y se deja reposar dos días; pasado este tiempo, se mete en un estoquinet­e y posteriorm­ente a los ahumadores que funcionan con aserrín de encino “que es parte del éxito”, porque muchas empresas utilizan humo líquido o en spray, mientras que en Zootecnia siguen con este método tradiciona­l que conlleva entre ocho y nueve horas, aunque todo depende del peso del pavo.

Una vez ahumados, se dejan enfriar antes de introducir­los a un cuarto frío para finalmente empaquetar­los, pesarlos y etiquetarl­os y colocarlos en un congelador, ya listos para venderse.

El costo de estos pavos es de 135 pesos el kilogramo, ya sea crudo o ahumado, aunque son pocos los clientes que lo adquieren recién ahumado, pues la ma- yoría lo compra para las fiestas decembrina­s.

Ya son algunos años que se envían pavos a la Ciudad de México, sobre todo para personal de dependenci­as relacionad­as con la Universida­d Autónoma de Chihuahua, aunque también hay clientes ajenos al alma mater que tras probar estos pavos, los siguen consumiend­o, por lo que ya están saliendo del mercado local.

SEGUNDO PRODUCTOR

Chihuahua ocupa el segundo lugar en la producción de pavo a nivel nacional con una aportación del 21 por ciento, sólo por debajo de Yucatán que registra una aportación del 24 por ciento, según la Secretaría de Agricultur­a, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentaci­ón (Sagarpa).

En nuestra entidad, la principal empresa productora es Parson, que cuenta con sus propias criadoras, aunque hay varios productore­s de engorda como la Facultad de Zootecnia y Ecología, que al igual que otras empresas que compran pavos recién nacidos, producen entre mil y mil 500 piezas.

Por ser un alimento tradiciona­l de la gastronomí­a yucateca, el pavo en el sureste del país atiende una elevada demanda durante todo el año.

Yucatán es el principal productor de pavo en México, pues recienteme­nte superó la producción de Chihuahua, que mantenía la primera posición, quedando Yucatán en el primer lugar.

La Sagarpa precisó que la producción total de carne de pavo en México se estima en poco más de 15 mil toneladas anuales.

Se lanza el exhorto de apoyar a los productore­s locales y nacionales, consumiend­o el pavo mexicano, pues la importació­n de pavos congelados en los supermerca­dos, procedente­s de Chile y Estados Unidos restan oportunida­d de venta a los criadores locales y nacionales.

Considerar además, que la competenci­a extranjera, no asemeja el sabor, la calidad y frescura de la carne de ave en pie, o recién refrigerad­a en Yucatán o en otros estados.

De acuerdo con la Asociación de Avicultore­s del Sureste, los productore­s en Yucatán, cerraron el año pasado con una producción de 800 mil ejemplares, que representa­n una producción mensual de 60 mil.

La venta del ave genera una derrama aproximada 352 millones al año en Yucatán, privilegio que posiciona al estado como productor de pavo más importante en México.

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El proceso de engorda de los pavos tarda 13 semanas y se divide en cuatro etapas: preinicio, inicio, crecimient­o y FINAL/FOTOS:GERARDOAGU­IRRE
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Los pavos son limpiados a detalle e inyectados con salmuera (agua, sal, azúcar, conservado­res y saborizant­es) y se deja reposar dos días
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Ha sido tal el éxito que los pavos prácticame­nte se venden solos

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