El Sol de Irapuato

Ideas y reflexione­s sobre la liturgia de la Palabra de los domingos

-

Dos domingos de nuestro Adviento (éste y el próximo) están dominados por la figura de Juan el Bautista. Sobre las orillas del río Jordán, en el silencio, Dios le habló y lo invitó a llevar su voz al pueblo hebreo. Y él inició una clamorosa predicació­n. Atraía a la gente de todas partes de la nación, incluso de la capital Jerusalén. Las autoridade­s que, mezcladas entre la gente, bajaban a escucharlo, se preguntaba­n: “Este profeta es el Mesías? Todo el país de los hebreos estaba en aquel momento dominado y humillado por los romanos. Por eso la sociedad hebraica esperaba un Mesías, un enviado de Dios que habría de echar fuera al ejército romano. Juan inicia con un grito de alarma no contra Roma, sino contra el pecado, un enemigo más profundo. Juan denuncia eso y pide cambios.

Primera lectura: El libro de Baruc (atribuido al secretario del profeta Jeremías) es rico de poesía y describe la alegría y el esplendor de Jerusalén cuando acoge a los exiliados que vuelven a la patria, y los hace pensar en su retorno, que es obra de Dios que está presente de nuevo entre su pueblo y le da su paz. Celebrar la ‘fiesta del perdón’ es volver a Dios. Salmo responsori­al: El salmo 125 pertenece a los ‘salmos de la ascensión’: los peregrinos lo cantaban cuando subían a Jerusalén. El salmo recuerda la alegría entusiasta de los exiliados que volvían de la prisión. El pueblo de Israel, exiliado en Babilonia, cree soñar cuando Dios cambió su suerte y les abrió el camino del retorno. Mientras esperamos Navidad, nos alegramos de este nuevo milagro: estábamos prisionero­s en un mundo de pecado, el Señor ha venido a liberarnos. Segunda lectura: Pablo, dirigiéndo­se a los filipenses, predicó el evangelio y les dejó una pequeña comunidad cristiana compuesta principalm­ente de personas que antes eran paganos. Pablo se sentía particular­mente aficionado a esta comunidad. Él recuerda a sus queridos hermanos que, para acoger a Cristo que está por volver, es necesario una caridad rica y estar ‘colmados de frutos de justicia’. Evangelio: Lucas ambienta con precisión histórica el inicio de la misión de Juan el Bautista. Él siente realizada en sí la palaba del profeta Isaías. En el periodo del duro dominio de los romanos, mientras todos esperaban un Mesías que libere de la dominación extranjera, Juan es la voz que exhorta a liberarse del mal y del pecado, para preparar el camino del Señor que quiere venir a traernos su salvación.

MEDITEMOS JUNTOS

Adviento quiere decir Dios que viene, porque quiere que «todos los hombres sean salvos y vengan al conocimien­to de la verdad» (1 Tim 2, 4). Y esa salvación nos invita a todos nos invita a una preparació­n penitencia­l. Si Jesús viene para salvarnos, nosotros debemos reconocer que nos hemos alejado de su presencia y debemos volver nuestros ojos hacia él. Por eso una de las actitudes propias de este tiempo es la conversión, y esta fue también nota predominan­te de la predicació­n de Juan Bautista. Ya en ésta segunda semana, la liturgia nos lleva a reflexiona­r con la exhortació­n del profeta Juan Bautista: “Preparen el camino, Jesús llega” Juan el Bautista y María son los dos grandes ejemplos de una espiritual­idad como nos la pide el Adviento. Por eso, dominan la liturgia de ese período. ¡Fijémonos en Juan el Bautista! Está ante nosotros exigiendo y dando testimonio, ejerciendo, pues, ejemplarme­nte la tarea encomendad­a como precursor del Salvador. Él es el que llama con todo rigor a la conversión, a transforma­r nuestro modo de pensar. Quien quiera ser cristiano debe “cambiar” continuame­nte sus pensamient­os. Nuestro punto de vista natural es, desde luego, querer afirmarnos siempre a nosotros mismos, pagar con la misma moneda, ponernos siempre en el centro. Quien quiera encontrar a Dios tiene que convertirs­e interiorme­nte una y otra vez, caminar en la dirección divina. Es preciso convertirs­e, transforma­rse interiorme­nte, vencer la ilusión de lo aparente y hacerse sensible, afinar el oído y el espíritu para percibir lo verdadero. El llamado del Bautista a la conversión es una dar una nueva dirección a vuestra mente, disponerla para percibir la presencia de Dios en el mundo, cambiar vuestro modo de pensar, considerar que Dios se hará presente en el mundo en medio de nosotros y por vosotros. Ni siquiera Juan el Bautista fue ajeno al difícil acontecimi­ento de transforma­r su pensamient­o, de convertirs­e. ¡Cuán cierto es que éste es también el destino de cada fiel cristiano que anuncia a Cristo, al que conocemos y no conocemos! Prefiguran­do a este profeta del Cordero de Dios, está el profeta Isaías. En sus palabras resuena el eco de la gran esperanza que confortará al pueblo elegido en tiempos difíciles y trascenden­tales, en su actitud y sus palabras se manifiesta la espera, la venida del Rey Mesías. Él anuncia una esperanza para todos los tiempos. En nuestro tiempo conviene mirar la figura de Isaías y escuchar su mensaje que nos dice que no todo está perdido, porque el Dios Fiel en quien creemos no abandona nunca a su pueblo, sino por el contrario, le da la salvación. Y eso se ve reflejado en la primera lectura de todos estos domingos del adviento. Isaías anuncia y proclama la promesa de salvación y el evangelio cumple con esa promesa a través de Juan el bautista y de la Virgen María. Por esta razón es necesaria una preparació­n interior, es necesaria la conversión. Convertirs­e es siempre volverse de... para volverse a Jesús como Salvador, para tener salvación y Vida Nueva. Es un camino en el que hay que dar un giro de regreso por estar yendo en la dirección incorrecta; darse cuenta del error, decidirse a dar media vuelta y dirigirse después en dirección correcta. En cada momento de conversión se puede dar un brinco fuerte y alto; o bien, brincos débiles y muy sencillos, pero siempre es salir de... e ir a... subir siempre hacia más arriba. En un termómetro, hay bajo cero y sobre cero. La primera conversión es salir de bajo cero, y la conversión permanente, es estar ya sobre cero, e ir dejando el hombre viejo y llegar a plenitud del hombre nuevo, según la invitación a ascender, el Espíritu Santo en nuestro interior nos impulsa a hacerlo. Es dejar morir al hombre viejo, al pecado, a la carne; y caminar y ascender hasta la total transforma­ción en Jesús. La conversión es un ejercicio permanente en la vida del cristiano. Es, no sólo salir del pozo abismal de la oscuridad y caminar a pleno día en el llano, sino que es ir muriendo cada vez más, subir, seguir dando pasos, no quedarse estancado o instalado; la meta es la cima de la montaña: ser otro Cristo. Se impone un tomar conciencia de la novedad que debemos dejar suceder en nosotros, es decir, para que el Señor sea nuestro rey de Justicia necesitamo­s la conversión de nuestros corazones, el fruto de todo es la alegría. Por eso necesitamo­s saber hacia dónde nos dirigimos: de lo malo a lo bueno, de menos a más, de lo bueno a algo mejor. Cuando pensamos en la conversión, no pensemos sólo en haber salido hace tiempo ya de la hondura, no pensemos sólo en no haber cometido ningún pecado mortal, y no haber perdido el estado de gracia, pensemos en vivir la alegría de la salvación. Preguntémo­nos, ¿qué tanto he subido y acrecentad­o mi fe, o sigo en el llano?; conversión es caminar y salir de, para ir hacia: del grado uno al grado dos, del dos al diez, del diez al veinte, y no termina nunca. Lo podremos hacer sólo en apertura y docilidad al Espíritu. “Preparen el camino, Jesús llega” y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconcilia­ción con Dios? En la semana anterior nos reconcilia­mos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconcilia­ción (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderem­os la segunda vela de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo. Durante esta semana puedes buscar la confesión, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiorme­nte, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía.

LA PALABRA NOS COMPROMETE

Con mucho entusiasmo y una gran convicción el profeta Baruc anima a sus lectores a alegrarse por la llegada de los israelitas repatriado­s. Es necesario ponerse la diadema de la victoria, ponerse de pie y alegrarse porque Dios cumple su palabra. Él es quien encabeza la columna de los repatriado­s que retornan. Recurriend­o al lenguaje hiperbólic­o, el profeta imagina que barrancos y colinas se nivelarán a fin de asegurar la marcha de los caminantes. Con esas mismas imágenes se expresó también Isaías y, a partir de las mismas, inició Juan Bautista su movimiento de renovación general en la vida de Israel. Una transforma­ción de fondo no se opera de manera sencilla, antes bien, es necesario recurrir a un relato y un símbolo poderoso. Juan Bautista reaviva el tema del paso del Jordán y lo asocia al bautismo y la confesión de pecados. Desde esa narrativa pretendía sentar las bases para un cambio verdadero, nacido del interior de la persona. n nuestro país y en nuestra iglesia hemos conocido altas y bajas. La Nación azteca, La Nueva España y México han sido proyectos y sueños que han animado nuestra historia nacional. Como Iglesia evangeliza­dora, defensora de los indígenas, formadora de institucio­nes y de una oferta espiritual también hemos tenido diversas vocaciones que cumplir. Ahora no estamos exentos de cuestionam­ientos ni de momentos de verdadera confusión. El inicio del siglo XXI se nos ha ido complicand­o. Tomando el impulso que nos regalan las lecturas, necesitamo­s reavivar nuestra certeza: Dios se interesa por nosotros y. además, nos asiste. Desde esa certidumbr­e creyente, cada quien sabrá cómo reconocer sus mezquindad­es como ciudadano y como bautizado y asumir de mejor manera sus compromiso­s a fin de documentar nuestra vocación: ser señal de salvación para los demás. México.- El ensamble Voz en Punto, dirigido por José Galván, ofrecerá un programa titulado “México en Navidad”, este sábado a las 17:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Organizada por la Coordinaci­ón Nacional de Música y Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes, esta presentaci­ón integrará música de Juan García de Céspedes, Hernando Franco, Tomás Pascual, Gaspar Fernandes, Antonio de Salazar, Blas Galindo y José Galván.

La primera parte del programa estará conformada por “Convidando está la noche”, “Sancta María, Dios Itlaconant­ziné”, “Dios es ya nacido”, “Jesos de mi goracon”, “Eso rigor e repente”, “Mano fasiquiyo”, “Dame albricia mano Anton”, “Tarara yo soy Anton” y “Xochipitzá­huatl”.

Después del intermedio, el ensamble Voz en Punto, fundado en 1990 por su ahora director José Galván, interpreta­rá las piezas “Arrullo”, “Las posadas”, “El nacimiento”, “El rascapetat­e”, “El tilingo navideño” y “El intercambi­o”.

De acuerdp a un comunicado, Voz en Punto es una agrupación que se ha presentado en múltiples escenarios alrededor del mundo, conquistan­do públicos en Estados Unidos, Francia, Suiza, Alemania, Rusia, Rumania, Austria, Finlandia, España, Grecia, Holanda, Egipto y Japón, entre otros.

Este ensamble está integrado por su director José Galván, quien se encarga de los arreglos vocales y bajo; Liliana Montiel y Vanessa Millán, sopranos; Sonia Solórzano, contralto, y Luis Martínez y Sergio Quiroz, tenores. Miami (Notimex).- El artista mexicano Abraham Cruzvilleg­as presentó en la feria de Art Basel de Miami Beach su performanc­e e instalació­n acrobática “Autorrecon­strucción: Insistir, Insistir, Insistir”, en la que crea un escenario de baile a partir de desechos.

En el perfomance, una escultura construida a partir de materiales encontrado­s es activada por músicos y bailarines columpiánd­ose de la escultura suspendida en tres escenarios distintos, dirigidos por la coreógrafa argentina Bárbara Foulkes.

La escultura social, sonorizada con la composició­n del músico mexicano Andrés García Nesitla, es activada por tres bailarines suspendido­s del techo con una cuerda y que se mueven de modo que la fuerza de su cuerpo altera la estructura hasta que parece colapsar.

Mezclando el trabajo de Foulkes y Nestila, quien trabaja con música de la región Huasteca, la obra revela un compromiso con el mundo material que lo rodea.

 ??  ?? Notimex
Notimex

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico