El Sol de Irapuato

Notas nuevas del año nuevo (unas buenas, otras malas)

- Javier Martín Ruiz Irapuato, Gto., enero 10 del 2019 javiermart­in37@ gmail.com ARQ. JAVIER MARTÍN RUIZ CRONISTA DE IRAPUATO

Buenos días. Inicio este segundo

escrito del año 2019 comentando lo que creo que es interesant­e que se conozca o se recuerde, sobre algunos pasajes de la vida colectiva de Irapuato. En la decena de 1950-59, Irapuato recibió tres beneficios: uno, el evitar que la Refinería Antonio M. Amor – tantos problemas existentes en su interior con la extracción ilegal de combustibl­e-, se instalara en Irapuato, y la razón era que iría a contaminar, como está sucediendo, aunque a distancia, nuestro medio ambiente, es decir el aire que respiramos; esto lo debemos agradecer a Don José Tome Pechir quien fue el que se opuso y lo logró; dos, la realizació­n de la ‘Ciudad Industrial’ por el año de 1954; la primera de las varias que existen en nuestro municipio y que han generado muchos empleos y estabilida­d económica; tres, la realizació­n de la ‘desviación’, término que se usó para señalar la carretera de dos carriles que uniría a la carreteras que viene de Salamanca con la que va a Silao, sin pasar por la zona urbana de la ciudad y así evitar la contaminac­ión con la emisión de gases tóxicos de los vehículos que los producen. La desviación se iniciaba en el lugar donde existía un restorán ¿? que funcionaba las 24 horas, de nombre ‘La Cabaña’, aproximada­mente donde termina el paso a desnivel que une la Avenida Álvaro Obregón con la carretera a Salamanca y terminaba aproximada­mente donde existía, hasta hace poco, la mega glorieta con la mega Bandera, en la salida a Silao.

Esta desviación guarda muchas historias que forman parte, ya, de la historia colectiva de Irapuato. De ellas relataré algunas. Las tierras que cruzaba esta desviación eran muy ricas, por ello varias personas de Irapuato tenían terrenos en esa zona. Don Melchor Cayón, papá de esa dinastía tan estimada como lo es la de los Cayón Villanueva, tenía una granja cruzada por la desviación. Un buen día se subió a su vehículo, aquellos del inicio de los sesentas, de ‘6.5 Metros de largo y láminas las de su carrocería de acero de dos pulgadas de espesor’ ¿? A las once de

la mañana salió de su casa, en Berriozába­l 161, zona centro, rumbo a la granja, llegó al cruce de la carretera con Salamanca y dio vuelta hacia la desviación, a la izquierda. Al llegar (donde se encuentra una fábrica de pastas de harina, ‘La Moderna’, actualment­e), dio vuelta a la izquierda para bajar al terreno; al hacerlo cruzó el carril contrario y no se fijó que en sentido contrario venía un tráiler grande. El chofer del tráiler, al ver que se cruzaba aquel automóvil tan grande, como pudo metió los frenos y alcanzó a golpear al coche, pero sin hacerle daño a Don Melchor afortunada­mente. Melchor Cayón Villanueva, hijo de don Melchor se encontraba en las oficinas de Bancomer en la Plazuela Juan Álvarez (él me platicó esta odisea de su papá). Ahí fueron a avisarle el percance que había sufrido su papá. Salió corriendo, llegó con su papá a la desviación, se cercioró que no tuviera problemas físicos, se arregló con el chofer del tráiler y todo volvió a la normalidad. Pasó todo un año. A los tresciento­s días de lo acontecido y platicado, a las once de la mañana, Don Melchor Cayón subió a su vehículo de ‘6.5 metros de largo con carrocería de acero de dos pulgadas de espesor’ ¿? Salió de su casa, en Berriozába­l 161, zona centro, rumbo a la granja, llegó al cruce de la carretera con Salamanca y dio vuelta hacia la desviación, a la izquierda. Al llegar (donde se encuentra una fábrica de pastas de harina, ‘La Moderna’, actualment­e), dio vuelta a la izquierda para bajar al terreno; al hacerlo cruzó el carril contrario y no se fijó que en sentido contrario venia un tráiler grande. El chofer del tráiler, al ver que se cruzaba aquel automóvil tan grande, como pudo metió los frenos y alcanzó a golpear al coche, pero sin hacerle daño a Don Melchor afortunada­mente. El chofer del tráiler se bajó de él, vio a Don Melchor y jalándose los cabellos, desesperad­o e incrédulo gritó: - ‘no, otra vez el mismo viejito’… Melchor Cayón Villanueva, hijo de don Melchor se encontraba en las oficinas de Bancomer en la Plazuela Juan Álvarez. Ahí fueron a avisarle el percance que había sufrido su papá. Salió corriendo, llegó con su papá a la desviación, se cercioró que no tuviera problemas físicos, se arregló con el chofer del tráiler y todo volvió a la normalidad. Don Melchor no volvió a manejar; durante muchos años, Pedro, más que chofer, amigo de todos, lo llevó a donde don Melchor quiso, sin volver a chocar con otro tráiler. Como esta hay otras anécdotas de esa desviación, las que platicaré en otro artículo.

Continúo con otra nota nueva y buena. En la Ex Hacienda de San Gregorio, no lejos de Cuerámaro, el pasado viernes 4 de enero, ante la presencia de varios invitados, el Presidente Nacional de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadístic­a, Licenciado en Economía, señor Julio Zamora, dio posesión a quienes formarán la primera Correspond­iente de dicha Sociedad en el Estado de Guanajuato. Quienes estuvieron presentes para formar parte como socios correspond­ientes y fundadores de ella, fueron: de Irapuato, la Dra. Alejandra Solís de Ayala, el Contador Público Julio Dibella Prieto y Arq. Javier Martín Ruiz, Cronista de Irapuato. Ausentes, pero habiendo aceptado formar parte de este grupo inicial son: Doctor Vidal Berrones Murillo, Licenciado José Aben Amar González Herrera y el Doctor José Luis Moragrega Adame; de la ciudad de Pénjamo, Licenciado Sergio Hernández, Cronista de Pénjamo; de la ciudad de Guanajuato, Doctor en Historia José Eduardo Vidaurri, Cronista de Guanajuato capital. Falta la definición de dos personas de esa ciudad de Irapuato, una de la ciudad de León y otra de la ciudad de Celaya; cuando lo hagan, haré públicos sus nombres. La primera mesa directiva está conformada por: Presidente, Dr. en Arquitectu­ra Horacio Olmedo; Vicepresid­ente, Arq. Javier Martín Ruiz; Secretario, Dr. en Historia, José Luis Lara Valdés; finalmente, Tesorero, C. P. Julio Dibella Prieto. Para nuestro estado de Guanajuato esta fundación representa mucho, y lo es porque esta Sociedad Mexicana indudablem­ente provocará grandes beneficios de índole cultural en el estado y sus alrededore­s. En mi próximo artículo presentaré algo de su historia y muchas trascenden­tes acciones en favor de México.

Inevitable, por sus consecuenc­ias, comento algo sobre amlo y su flotilla de ‘asesores y consejeros’: con la trillada austeridad está acabando con las estancias o guarderías infantiles; reduciendo el apoyo económico a la normales de México continuará en contra de lo que predica: la educación es primordial, y por eso va a construir 100 universida­des; va a evitar que se roben gasolina por 2500 millones de pesos o más, cierto, pero con el desabasto de ella, los mexicanos están perdiendo otro tanto. ¿Cuál austeridad? Bajo la premisa de que ‘el fin no justifica los medios’, vemos –vivimos-, cómo México está siendo víctima - ¿hasta cuándo? -, de sus errores. Termino. Acepto críticas constructi­vas para este trabajo. Visite la galería de exposicion­es del Centro Regional de Expresión Artística, CREA; durante un mes estará la exposición de la obra extraordin­aria del artista plástico Juan Durán. Aplauda su calidad, y si puede, compre una obra y uno o dos libros en la Librería del Fondo de Cultura Económica, FCE, que se encuentra a un lado. Compremos obras de arte y de literatura; es la mejor inversión, las disfrutamo­s y dejamos un legado para los que nos siguen.

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