Polémica por viaje a China de Bachelet
PEKÍN. La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, llegó a China para una visita de seis días durante la que investigará presuntos abusos cometidos en la provincia de Xinjiang, aunque con el temor a que sufra restricciones en su estancia en el país.
Es la primera vez en casi dos décadas que una autoridad de derechos humanos de la ONU visita el país asiático.
En los últimos años, se ha denunciado que cientos de miles de uigures y otras minorías musulmanas de esa provincia han sido privados de libertad en presuntos centros de reeducación.
Gobiernos occidentales y grupos defensores de los derechos humanos acusan a Pekín de emprender una campaña masiva de detención de cientos de miles de uigures en estos campos con el argumento de frenar la expansión de ideas yihadistas en esta comunidad compuesta por unos 13 millones de personas.
Pekín, que ha calificado en alguna ocasión las acusaciones como “la mentira del siglo”, argumenta que no se trata de campos de reeducación, sino “centros de capacitación vocacional”, en el marco de un programa para mejorar la economía y sociedad de la región, que ha sufrido atentados terroristas de corte yihadista.
“Espero con interés los intercambios que tendré con varias personas diferentes durante mi visita. Trataré algunos temas muy importantes y delicados. Espero que esto nos ayude a crear confianza”, dijo Bachelet, en una reunión con el ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi.
Washington manifestó el viernes su preocupación por “el continuo silencio (de Bachelet) frente a la evidencia indiscutible de atrocidades en Xinjiang”.