“Todo músico, sea popular o no, siempre se remite a alguna pieza de Beethoven o a alguna de sus sinfonías, aunque sean las más famosas, para inspirarse. Y es que, cuando tocas música, y te clavas un poquito en las notas, las armonías y la estructura, pues
En esta idea coincide Arau, quien considera que “el arte en general debe hacer visible lo invisible: eso es lo que pasa cuando escuchas a Beethoven con la Novena, se te aparecen sensaciones y cosas que no habías pensado y sentido. Y cuando la escuchas por primera vez con una sinfónica quieres llorar. Es impresionante las membranas que toca, las células que mueve”.
Además de esto, Bartra subraya que la obra de Beethoven ha logrado “transitar del paradigma de la música clásica, para ser adoptada en un concepto más amplio de la cultura, especialmente del siglo XX”. Como ejemplo menciona los Discos de Oro lanzados por la NASA junto a las sondas Voyager en 1977, donde tres piezas de Beethoven aparecen representadas, y seguirán viajando por 40 mil años hasta llegar a su destino en la estrella más cercana a nuestro planeta.
MELODÍAS DE FÁCIL ADAPTACIÓN
Pero regresando a la tierra, Bartra menciona que el modo en que se ha introducido la música de Beethoven en la cultura popular se debe, no sólo por la genialidad de las piezas en sí mismas, sino por lo que otros han hecho de ellas. Versiones que “siempre presentan una gran originalidad”, al hacer un uso efectivo de algunas melodías en las obras de Beethoven sobre sus estructuras armónicas.
Entre ellas, menciona el cover en cumbia amazónica de la bagatela Para Elisa, hecho por el grupo peruano Los Destellos, en la década de los 70, o la famosa canción A Fifth of Beethoven, basada en la Quinta Sinfonía, compuesta por Walter Murphy, y que aparece en la película Fiebre de sábado por la noche (1977). Pero advierte que hay muchísimas más, algunas más contemporáneas, en canciones de hip-hop y hasta en bandas municipales mexicanas.
Sergio Arau comenta su experiencia de llevar a música popular canciones clásicas, como Para Elisa, de Beethoven, a la que le puso letra y rebautizó como ¡Paraliza!, particular versión que interpreta junto a Rubén Albarrán, vocalista de Café Tacvba.
“Lo que yo hice con Tocada y fuga es bajar la música clásica a nivel de banqueta, poniéndola en cumbia, punk, ska, blues y otros géneros que en teoría no le corresponden, pero que en esencia son las mismas notas. Las canciones de los clásicos son muy elásticas, lo que pasa es que la lógica que usaba cada uno de esos compositores era única y respondía a los motivos que hacían que repitiera ciertas mecánicas. Beethoven, que era muy romántico, logró en verdad que sus canciones fueran reconocibles, algo que no hace cualquiera y, sin duda, es impresionante”, afirma el guacarroquero.
Y si bien estos cambios, para algunas mentes “puristas” podrían llegar a ser escandalosas, ambos músicos afirman que Beethoven se caracterizó por ser escandaloso, al “encarnar la misma vanguardia de su tiempo” y representar a “un generador de rupturas”, como apunta Bartra, quien, aunque no ha hecho con su banda de música electrónica, rock y balkan beat una evocación directa de Beethoven, no descarta que algún día pueda hacerla.
BRUNO BARTRA ETNOMUSICÓLOGO
DEL HIMNO A LA ALEGRÍA A LA NARANJA MECÁNICA
Novena